Agua dulce: el bien más preciado

SOCIEDAD/ CUIDAR LOS RECURSOS HÍDRICOS
Agua dulce: el bien más preciado Por ser un recurso tan necesario como escaso en el planeta, la Asamblea General de las Naciones Unidas estableció el 22 de marzo como Día Mundial de Agua. Con esto se intenta destacar su importancia y defender la gestión sostenible de los recursos hídricos. Por tratarse de un tema vital para la humanidad, la Universidad Católica de Cuyo creó recientemente un Instituto del Agua con el fin de dar claridad científica a este problema global.

Myriam Pérez

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El exvicepresidente del Banco Mundial y Presidente de la Global Water Partnership, Ismail Serageldin, dijo hace tiempo que "si las guerras del siglo XX fueron por el petróleo, las del siglo XXI serán por el agua potable". Una afirmación basada en que el agua dulce es un bien cada vez más escaso y cotizado por lo que se transforma en objeto de la codicia mundial. Un tema que se profundiza en algunas zonas como San Juan teniendo en cuenta sus características geográficas y climáticas, y del cual no están ajenos los investigadores de la Universidad Católica de Cuyo (UCC). Así es que surgió la idea de crear el primer Instituto del Agua (IA) privado de la provincia con el fin de promover el uso racional del agua dulce mediante la utilización de la información científica, técnica, conocimientos éticos, económicos y jurídicos, actualizados sobre la calidad del agua, sus mecanismos de captación, uso, distribución, reutilización, entre otros aspectos públicos y privados.

De hecho el primer trabajo realizado por un equipo interdisciplinario, dirigido por el titular de IA, Luis Jiménez, será presentado a comienzos del mes próximo y su tema es el "Valor económico del agua para riego en San Juan".

Las acciones que llevará adelante son varias, entre las que se destaca las auditorías técnico- económicas ambientales para organismos públicos y empresas privadas; monitoreo de calidad de aguas a distancia, y también in situ; análisis de eficiencia y optimización de los recursos hídricos (agua potable, riego, hidroelectricidad, industrias, minería, agua subterránea); evaluación de impacto ambiental de obras hidráulicas, mineras, industriales; peritajes judiciales y extrajudiciales sobre contaminación de aguas, uso racional, cálculos de demandas y suministros; diagnósticos de riesgos ambientales en ecosistemas; estudios sobre uso racional del agua (menor consumo, reutilización); biorremediación de cauces naturales, aguas industriales, mineras; análisis económicos y financieros sobre decisiones de inversión para el desarrollo del recurso hídrico: asistencia técnica para el cumplimiento de legislación específica; autorizaciones administrativas para el uso y reuso de aguas dulces: acciones de transferencia de tecnología y capacitación de recursos humanos.

Un amplio abanico que responde directamente a las diferentes aristas que tiene este tema en un momento en el que el consumo del agua crece a pasos agigantados.

La escasez

Indica el primer informe elaborado que da sustento a la creación del IA que, "en general, los problemas de escasez aparecen a nivel mundial por la extendida falla de valorización del agua; comportamiento estrechamente vinculado con la idea de

abundancia, es decir, no se percibe un costo de oportunidad positivo al desperdiciar el agua. Se pretende responder a estos problemas de demanda con aumentos en la oferta (sin tener en cuenta los límites ecológicos y económicos), pero cada vez es más difícil, tanto por la capacidad misma del ecosistema para producir el agua, como por los altos costos financieros y ambientales de nuevos sistemas de abastecimiento y tratamiento".

Una de las grandes prioridades mundiales es que se restrinja el uso del agua a los monopolios, una buena medida

sería que "a mayor consumo de agua, mayor precio por el servicio de la misma", asegura el informe preliminar.

Una de las preguntas que surgieron en el proyecto de investigación previo a la creación del IA es ¿qué sucede con las políticas de raciocinio y reducción en el consumo del agua?

"Como siempre, están dirigidas a la población, como si el mal uso que se hace de este recurso no lo hiciera también la industria, y el sector agrícola. Es necesario que se revisen las leyes en cuanto al consumo de agua en la industria

refresquera, en las embotelladoras de agua. Frecuentemente existen verdaderas batallas campales entre los pueblos por el uso del agua, para mencionar algunas de las más conocidas como: movilizaciones en contra del gobierno por el suministro de este vital líquido, suspensiones en el servicio doméstico de agua por deudas pequeñas de los usuarios. Mientras que las empresas transnacionales hacen uso del agua para su industria refresquera en forma masiva e indiscriminada sin que el gobierno del que se trate (municipal, estatal o federal) hagan algo al respecto, motivo por el cual es necesario

revisar aspectos relacionados con el agua como el que se menciona y otros problemas que están vinculados con esta época en la que los controles son insuficientes con respecto al desperdicio por fallas en la red acuífera".

Otros problemas que se presentan son en la infraestructura y la falta de inversión para corregir de inmediato las fugas en las tuberías, por lo que la problemática se agudiza ya que se pierda un alto porcentaje del agua potable en fugas de las redes de distribución.

"La falta de drenes y canales adecuados para la mejor distribución del agua en zonas de riego, o de secano, considerando que la agricultura es la actividad económica que más agua ocupa. El agua almacenada en presas y otros depósitos naturales se evapora desde un 10 hasta en un 70 por ciento perdiéndose sin tener la oportunidad de llevarse a los sitios que más requieren de agua, debido a la falta de los citados drenes y canales", indica el trabajo científico elaborado por el equipo de la UCC.

Todo esto sin contar un punto clave como es la contaminación de las fuentes naturales, los arroyos, manantiales, ríos, que están en extinción, a veces por causas naturales aunque la más importante es la acción devastadora del hombre.

Las que no han sido sobreexplotadas están en un proceso de envenenamiento por la contaminación del subsuelo y por la creciente deforestación.

El agua como recurso, dice el informe, no ha sido respetado por el ser humano, por lo que resulta sumamente necesario revisar la situación actual.
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