El Festival Internacional de Poesía de Córdoba; sobre el Premio del Lector de la Feria Internacional del Libro; y sobre el proyecto Del Libro al Libro.
POR María Luján Picabea
Festival Internacional de Poesía de Córdoba
“Está muy bien Córdoba. Es alentador que haya tantas editoriales publicando poesía y tantos poetas. Todos los años se abren dos o tres pequeñas editoriales que le dan lugar a nuevos poetas. Hay ferias, ciclos de lectura, talleres, y en casi todos los casos se trata de grupos de gente que se organiza y logra poner en pie un evento, una publicación. Menciono esto porque ese espíritu es constitutivo de lo que estamos haciendo. Este es un festival de mucha gente”, reflexiona el poeta y editor del sello Caballo negro, Alejo Carbonell, uno de los organizadores del Festival Internacional de Poesía de Córdoba, que el miércoles 20 de marzo inaugura su segunda edición. Un encuentro del que participarán poetas locales e internacionales, entre ellos: Miriam Reyes (España), Circe Maia (Uruguay), Arnaldo Antunes (Brasil) junto a Eduardo D’Anna de Rosario, Damián Ríos de Buenos Aires y los cordobeses Silvio Mattoni, José Di Marco, Daniel Vera y Carina Sedevich. “Intentamos poner en una situación de visibilidad importante a todo lo que se produce en el campo poético de Córdoba durante todo el año. Eso no significa que hacemos un encuentro maratónico e infinito, pensamos mucho la programación y abarcamos lo que podemos concretar con relativa eficacia: un encuentro de tres o cuatro días con alrededor de cuarenta poetas. Ni los invitados ni la organización de las mesas son azarosos”, resume Carbonell. En el encuentro habrá lecturas en espacios públicos, presentaciones de libros, performances poéticas, muestras y actividades en escuelas. Buena parte de las acciones se concentrará en el Cabildo Histórico (Independencia 30), pero también habrá otras sedes como el teatro La Luna (pasaje Escuti 915), la Plaza Austria, el Centro Cultural España-Córdoba (Entre Ríos 40) y la Librería Eduvim (Félix Frías 60). Córdoba alza la voz una vez más y se perfila como uno de los más importantes refugios de la poesía contemporánea argentina.
Los lectores eligen sus favoritos
Porque existen lectores dispuestos a andar los pasillos, otear entre los stands, polemizar y aplaudir en las miles de charlas y conferencias, buscar libros, llevarlos a sus casas y perderse en ellos es que existe la Feria Internacional del Libro que celebra este año su edición número 39. En 2012 la Feria estrenó el Premio del Lector, una votación abierta para elegir el mejor libro del año. En esa primera edición el elegido fue Y porá (Plaza & Janés), de Gloria Casañas. Ahora toca elegir el mejor libro publicado durante 2012 y para ello un jurado formado por libreros seleccionó 20 títulos, entre los que se hallan Los pasajeros de Anna C, de Alcoba, El viento que arrasa, de Almada; La fragilidad de los cuerpos, de Olguín y La 31, de Magnus. La lista completa está en www.el-libro.org y se puede votar hasta el 9 de mayo.
El libro, punto de partida y llegada
“El proceso de producción de este espectáculo fue parecido a un viaje en subte, bastante rápido, con alguna demora en un momento...”, cuenta Daniela Lozano en el libro Reino Crepuscular. Julio Cortázar y los subterráneos porteños, producto del proyecto Del Libro al Libro, en el marco del cual –y en base a la lectura de los textos “Bajo nivel”, “Manuscrito hallado en un bolsillo” y “Texto en una libreta”, de Cortázar–, un conjunto de artistas generó el espectáculo Reino crepuscular –que se repuso ayer en Garrick Arte (Av. Avellaneda 1359) y podrá verse el viernes 22 y 29 a las 21– que combina danza, proyecciones audiovisuales, artes plásticas y fotografía. Con el agregado de que todo el proceso creativo, desde las primeras reuniones de los integrantes del colectivo –Paula Lena, Ingrid Pelicori, Mariano Abalo, Felipe Fernández Koeraus, Guillermo Guevara, Teodoro Leff, Francisco Cardozo Matus, María Luján Sánchez y Jorge Martín Paret–, fue documentado por Daniela Lozano en un libro. “Quisimos trabajar con los subtes, medio de transporte fundamental en nuestra ciudad, amado, odiado y utilizado por casi todos”, afirma el prólogo, donde además se postula que la razón de la elección de Cortázar se debe a que el autor “valorizó el juego por el juego mismo”. “Con los subtes, Cortázar, las mayólicas y danzas de Oriente Medio comenzamos a crear este ‘Reino Crepuscular’”. La historia coloca a Fátima (Paula Lena) en una intrazona, atrapada entre Oriente y Occidente en un submundo atemporal en el que se proyectan secuencias de imágenes del subte, los pasillos, los andenes, los túneles, la gente que va y viene. Viajes de idas y vueltas entre la realidad y la ficción. Una encrucijada de poéticas, lenguajes y planos. La forma para el retorno es quizá la danza, la expresión física, el reencuentro de la protagonista con las generaciones que la precedieron. La danza de Oriente, la danza de sus abuelas, la música andalusí.www.
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