miércoles, 10 de abril de 2013

El bibliotecario como maestro de destrezas de alfabetización informacional, ¿está realmente preparado para asumir ese reto?



El ciudadano más educado para la vida es aquel que puede servir a sus semejantes.
Eugenio María de Hostos 

Las destrezas de alfabetización informacional deben ser llevadas a los ambientes académicos e integradas sobre el currículo en un ambiente de colaboración mutua, entre la biblioteca, la facultad y la administración de la institución educativa.  Con éstos propósitos la Association of College and Research Libraries (ACRL), creó una guía Characteristics of Programs of Information Literacy that Illustrate Best Practices: a Guideline (2003, revisada en 2012). En la misma, la ACRL propone elementos a seguir para articular programas de alfabetización informacional en programas de dos y cuatro años para estudiantes subgraduados (ACRL, 2012).  Esta guía juntos a otras que rigen las bibliotecas académicas, sugieren que las bibliotecas tienen un papel activo, por no decir protagónico, en el desarrollo de estos programas de alfabetización informacional. De acuerdo a Maitaouthong, Tuamsuk y Tachamanee (2012), la biblioteca es un canal importante búsquedas de recursos e información que apoya el rol de enseñanza del maestro y el aprendizaje de los estudiantes.  Otros autores tales como Iannuzzi (1998), Nimon (2001) y Singh (2005), afirman que las bibliotecas tienen la función de apoyar a los profesores, y que los bibliotecarios deben participar en el proceso enseñanza y colaborar para que el profesor de la sala de clases, entienda el concepto de alfabetización informacional.
Esta idea de la colaboración entre el profesor y el bibliotecario, trae consigo la interrogante de cuan preparados están los bibliotecarios para afrontar este reto de la integración.  Durante el año 2012, Ellen Gay Detlefsen, profesora asociada en la Escuela de Ciencias de la Información de la Universidad de Pittsburgh, presenta los resultados de un estudio donde se mostraba la misma preocupación, cuan preparados están los bibliotecarios respeto a la enseñanza de las destrezas de alfabetización informacional, en el caso de Detlefsen en bibliotecas especializadas en medicina, pero los mismos pueden ser extensivos a todo tipo de biblioteca.

Para enseñar a los demás, primero has de hacer tu algo muy duro de enderezarte a ti mismo. Buda 

De acuerdo al estudio presentado, Detlefsen (2012), esboza claramente el problema de la investigación realizada al indicar que los programas para la preparación de bibliotecarios como  instructor o maestro de  alfabetización informacional (destrezas de información) debe basarse en una comprensión de dónde y cómo los bibliotecarios están expuestos a la capacitación para la enseñanza, en particular el caso de bibliotecarios especializados en los  entornos de la medicina. Presenta la autora que en la actualidad los programas para la formación de bibliotecarios hace un ofrecimiento limitado de cursos para su preparación y que de estos ninguno es uno especializado. Con este estudio el autor toca muy cercanamente una de las fibras más profundas del campo de la bibliotecología, puesto que para el año 2000, la American Library Association aprobó “un marco referencial (estándares) para el acceso y uso adecuado de la información en la enseñanza superior…  este marco referencial sirve de base para el aprendizaje continuo a lo largo de toda la vida” (en Osorio Bernal & Chiavola, 2008).
La enseñanza de este marco referencial es parte esencial del rol de los bibliotecarios en su desempeño profesional.   Maitaouthong, Tuamsuk, & Tachamanee  (2012) exponen que dos de los roles importantes de las bibliotecas son “(a) apoyar el desarrollo de los programas de alfabetización informacional de los profesores y bibliotecarios y (b) organizar actividades de enseñanza y aprendizaje para que los estudiantes puedan desarrollar sus destrezas de alfabetización informacional”. Esto pone de manifiesto la importancia de la formación del bibliotecario como instructor.
Para la realización de este estudio, la autora, seleccionó una muestra compuesta de 58 programas académicos para la formación de bibliotecarios. Los requisitos con los cuales debían cumplir los programas eran (a) que estuvieran ubicados en Norteamérica, (b) programa académico a nivel de maestría, (c) que fuesen programas acreditados por la American Library Association.  Para el análisis de la misma se utilizó el método de la selección de indicadores asociados con el término “instrucción”  las cuales aparecían en los títulos de los cursos. Dato que se menciona en el artículo, es que tanto los programas para la formación de bibliotecarios de Puerto Rico y de Canadá quedaron excluidos del estudio debido a que los idiomas en los cuales se impartían eran español y francés.
De estos 58 programas se obtuvieron 73 cursos. Estos cursos evidenciaban que las instituciones ofrecían al menos un curso para la preparación de bibliotecarios como instructores, aunque también denotaban las distintas formas en que se identifican los mismos. Según los resultados de Detlefsen, (2012),  “de los 73 cursos, 62 de ellos expresaban la idea de alfabetización informacional de manera diferente”.  Esto presenta una falta de normalidad en algo que debe estar normalizado de acuerdo al marco referencial implementado por la American Library Association en el 2000.
Observó la autora que en muchos cursos se hacía uso de las palabras instrucción,  enseñanza, usuario y  diseño.  Señala la misma que solo uno de los cursos mencionaba en su descripción  “el empleo de una variedad de perspectivas teóricas aprendizaje, modelos y estrategias de promoción de la alfabetización en información y programas de instrucción bibliográfica".
Como parte de los resultados obtenidos, Detlefsen (2012), encontró que el curso para la preparación del bibliotecario como instructor de alfabetización en información es algo común, y que en muchos de ellos se hace mención de bibliotecas especiales, con lo cual encajaría el planteamiento de la autora respecto a las bibliotecas de medicina. Mas sin embargo, encuentra Detlefsen, (2012), que ninguna hace mención específica de preparación del bibliotecario como instructor de alfabetización informacional de y en bibliotecas de medicina. Otro resultado hallado en la investigación es que la gran mayoría de los programas solo ofrece un curso; 10 programas ofrecen 2 cursos; 2 programas ofrecen 3 cursos y que solo un programa, el de la Universidad de Washington ofrece 4 cursos completos para cubrir el tópico de alfabetización informacional e instrucción bibliotecaria. Esta universidad (Washington) es la única que ofrece un curso totalmente enfocado en enseñanza y aprendizaje en alfabetización informacional e instrucción bibliotecaria.
Como resultado adicional, revela la autora que los bibliotecarios son parte del proceso académico, que su papel es ser miembro del equipo y consultor educativo. Indica que las teorías de aprendizaje y los problemas educativos que se aplican a la planificación cooperativa, y los proyectos de aplicación deben ser diseñados para mejorar la alfabetización informacional y el rendimiento escolar.
 De acuerdo a lo expuesto en la discusión de su artículo Detlefsen (2012), valida su hipótesis, e indica que la presión (particularmente económica) que hay en los programas para la preparación de bibliotecarios no les permiten a las escuelas graduadas añadir cursos tan especializados, como lo sería la preparación de bibliotecarios para bibliotecas especializadas en medicina. Sugiere la autora, que ante la falta de un programa especializado para bibliotecarios en bibliotecas de medicina, se presenten alternativas de desarrollo profesional adecuadas para suplir las necesidades de aprendizaje para el desarrollo de sus deberes de los mismos.
El artículo presentado, muestra posibles deficiencias en los programas para la preparación de bibliotecarios. Una de las mismas es la limitación de cursos especializados particularmente en el área de la preparación del bibliotecario como instructor. La segunda es que aparentemente no se habla el mismo idioma en la profesión. Algo positivo del mismo es que todos los programas participantes tienen un curso dedicado a la preparación del bibliotecario como instructor de alfabetización informacional e instrucción bibliotecaria, pero de igual forma esto da a entender que lo hacen para cumplir con la asociación que rige la profesión como tal.
El estudio de Detlefsen (2012) pone de manifiesto algunas preocupaciones, tales como ¿cómo los bibliotecarios afrontarán el reto de la integración, si no cuentan con una base solida en su educación sobre este tema en particular?  Otra pregunta que emana es ¿Qué sucede con aquellos bibliotecarios que no cuentan con los conocimientos básicos en educación para poder ejercer trabajar en un programa de alfabetización informacional?  Sería interesante conocer, si los programas de alfabetización informacional exitosos, son liderados por bibliotecarios que tienen estudios en educación y como es tratada esta temática en las escuelas de bibliotecología de América Latina.


Bernal, G. O., & Chiavola, C. (2008). Destrezas informacionales en los estudiantes de postgrado según   estándares de la Asociación Americana de Bibliotecas (ALA). Télématique, (3), 1-15.
Detlefsen, E.G. (2012). Teaching about teaching and instruction on instruction: a challenge for the health   science library education. Journal of the Medical Library Association JMLA, 100(4), 244. Recuperado de http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3484960/

Maitaouthong, T., Tuamsuk, K., & Tachamanee, Y. (2012). The roles of university libraries in supporting  the integration of information literacy in the course instruction. Malaysian Journal of Library & Information Science, 17(1), 51-64.

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