viernes, 5 de abril de 2013

Estrictamente social


rinconcitos sanjuaninos

Estrictamente social

El Club Social San Juan llegó a los 125 años de vida este domingo 31 de marzo. Y se transformó en un referente de la aristocracia sanjuanina. Un paseo por el interior de su elegante sede, cargada de historia y tradición. Por Gustavo Martínez Puga.


jueves, 04 de abril de 2013


Estrictamente social

Desde un baño sauna en el gimnasio hasta las tradicionales mesas de juego; desde el tradicional salón principal del primer piso, donde religiosamente se celebra el Día de la Independencia cada 9 de Julio con la más alta alcurnia sanjuanina, hasta el comedor interno donde cada noche sus socios disfrutan de un café, un buen vino y una charla con amigos al finalizar el día. El Club Social San Juan es una institución de la Ciudad de San Juan, con toda una vida formando parte de su historia.
Tal vez el sitio más simbólico del edificio de la calle Rivadavia sea un pasillo que funciona como un túnel del tiempo en la planta baja. Allí están todos y cada uno de los presidentes de la institución. Desde Ramón Posse, Justo P. Castro, Daniel Aubone y Carlos Doncel, todos en 1888, hasta Tristán Yanzón, el último, pasando por el abogado Fernando “Peluco” Echegaray, quien tiene el récord de haber sido el que más veces lo presidió, desde 1992 hasta el 2009.
“Acá cualquiera puede ser socio. No hace falta tener doble apellido. Lo único que no permitimos es a los delincuentes. Yo soy el vicepresidente y también soy socio de Árbol Verde”, dice Ignacio Sánchez, quien contó que “muchos de los socios del Club Social llegaron a ser gobernadores de San Juan”.
Sin embargo, el historial dice que el linaje del club se conservó desde aquellos socios fundadores hasta hoy en día. Y sus mismos socios se encargan de mantener la tradición viva de generación en generación, llevando a sus hijos desde chicos a tomar un café, a cortarse el cabello en la peluquería propia que durante años estuvo bajo la atención del fallecido Ercole Posattini y celebrando en el salón principal los eventos sociales.

Épocas doradas


Festejar los 15, casarse por civil en la elegante biblioteca Abrahan Vidart y luego celebrarlo en el salón principal, fue durante años un símbolo de prestigio social de difícil acceso económico para el grueso de los sanjuaninos. Aunque hoy en día cambió: hacerse socio del Club Social tiene un costo accesible (piden el pago adelantado de cinco cuotas societarias, que tiene un costo de 115 pesos cada una para todo el grupo familiar, y el aval de dos socios).
Con eso se puede acceder a todos los beneficios que ofrece el Club Social, con un descuento del 50 % en el uso del salón principal o el secundario, el cual tiene un fresco único finalizado por el ingeniero Federico Blanco el 26 de mayo del ´55.

Soplo vital


Toda esta historia comenzó un 31 de marzo de 1888, cuando Pedro Doncel, Modesto Salcedo y Pedro P. Ramírez dejaron plasmado para las futuras generaciones que su intención era la de formar un club para “cambiar ideas sobre la formación de un centro social”. Y resolvieron: “Constituir una comisión”; que “todo el que firme el acta se considere socio fundador” y “el día que hayan 100 suscriptos se convoque a una asamblea para el nombramiento de la comisión directiva y así quede constituido el club”.
Así nació el Club Social San Juan, en una casona que estaba ubicada sobre la actual calle Santa Fe, entre Mendoza y Entre Ríos, donde hoy funciona la Dirección de Defensa Civil. Trece años después, en 1901, se mudaron al lugar donde está actualmente, en calle Rivadavia, frente a la plaza 25 de Mayo.
Recién en 1918 lograron terminar la construcción del nuevo edificio, cuyo frente era mucho más amplio que el actual. Tenía grandes escaleras, hall de entrada, varios pisos y elegantes escaleras con barandas de madera talladas a mano, entre otras finas terminaciones. Pero el terremoto del ´44 lo arruinó: si bien no lo derrumbó, cuentan que los ingenieros sugirieron demolerlo ante las grietas que habían afectado su estructura.
Entonces, y por primera vez en su historia, el Club Social debió mudarse a una sede que no le era propia. Fue a la casa de Isabel Chirino, que data de 1916, donde actualmente funciona la Alianza Francesa. Eso fue desde octubre del ´44 hasta el 8 de julio de 1954, cuando inauguraron el nuevo edificio gracias a la colaboración de sus socios. Hoy solo queda vivo uno de ellos, Carlos “Peluco” Castro. http://www.tiempodesanjuan.com/imgs/gral/tiempo-de-san-juan.png

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