lunes, 24 de junio de 2013

Bibliotecas escolares

Mejorar la Educación


A un uruguayo atento a la discusión del tema educativo en los medios de comunicación, este libro lo sorprendería: casi quinientas páginas sobre bibliotecas escolares, y no acerca de escuelas de tiempo completo, enseñanza de segunda lengua, distribución de laptops a los estudiantes o locales escolares en malas condiciones.
Juan de Marsilio
Ni sobre un bajo nivel académico y una falta de vocación, supuestos o reales, de los docentes de ahora. Aquí, sobre bibliotecas, se discute poco y nada.
Se trata, sin embargo, de un libro imprescindible para docentes, bibliotecarios y directores de centros de estudios. Y mucho más aún para los gobernantes y legisladores que deban decidir sobre política educativa, hacia una mejora real en la educación pública (y no buscando votos y nada más). Con algún esfuerzo, por el grado de aridez que caracteriza a los libros técnicos, también sería buena lectura para los padres interesados en tomar mejores decisiones sobre la educación de sus hijos. La pasión con que escriben los autores de los artículos, basados en su labor de aula y biblioteca, atenúa bastante esta aridez.
La premisa de estos trabajos es que el objetivo fundamental de la enseñanza inicial, primaria y media básica es incluir a las personas en la cultura escrita. En una sociedad que da tanta importancia a lo audiovisual e informático, es lúcido y valiente subrayar que, sin lectura y escritura bien adquiridas, ningún sujeto puede manejar ni construir conocimientos abstractos, por mucho que se lo provea de computadoras. Tanto en el centro de estudios, como en el aula y el hogar, los autores sostienen que la computadora y los medios audiovisuales tienen un rol importante a jugar, pero que sin la lectoescritura como factor previo e imprescindible, terminan profundizando el fracaso educativo.
Por eso se necesita bibliotecas bien provistas y atendidas -de aula y de centro- coordinadas con las bibliotecas públicas cercanas, pero también debe haber libros en las casas. Es vital que, desde el útero, los padres les hablen, les canten y les lean a sus hijos. Esta lectura debe seguir en los primeros años escolares, pues la destreza del niño es aún insuficiente para dar cuenta de toda la lectura que necesita. En varios artículos se analizan experiencias de trabajo con padres, sobre todo de familias que no cuentan con el "capital cultural" necesario para ayudar a sus hijos.
Niños y adolescentes no necesitan sólo ni principalmente libros de texto, pues estos debieran ser guía para la lectura de otros materiales -escritos o audiovisuales- que aporten otros puntos de vista y otros grados de profundidad.
La biblioteca tiene el desafío de atraer el deseo de los estudiantes: el gusto de la lectura no se adquiere por obligación, y menos si el estudiante presenta problemas con su capacidad lectora. Pero cada triunfo individual cuenta: para multiplicar, primero hay que sumar uno a uno. En materia educativa no existen los éxitos masivos y rápidos. Los articulistas insisten en esto, porque en las distintas realidades iberoamericanas que reflejan a menudo se quita recursos a programas bibliotecarios eficaces, por razones que, de fondo, no son educativas sino burocráticas o de marketing político.
La última sección del libro aporta valiosas experiencias sobre organización y gestión de bibliotecas en centros educativos.
BIBLIOTECAS Y ESCUELAS: RETOS Y POSIBILIDADES EN LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO, de Elisa Bonilla, Daniel Goldin y Ramón Salaberria. Océano, 2009. México, 496 págs
.http://www.elpais.com.uy/cultural/bibliotecas-escolares-educacion.html

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