martes, 11 de junio de 2013

Cómo identificar a los "ladrones de cuello blanco" que buscan aprovecharse del trabajo ajeno


Según los expertos, este tipo de empleadps se apropian de las ideas de sus compañeros y les arrebatan la propiedad de las mismas cuando son buenas
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Última actualización:
10/06/2013 12:06:10 pm

"No te preocupes. Andate a tu casa que ya lo termino yo". Si esta frase sale de alguien que cuida las apariencias, tiene buena relación con el jefe y se muestra algo ambiguo... desconfíe. Es posible que su verdadero objetivo sea canibalizar su trabajo y colgarse sus medallas.
Paco Muro, presidente de Otto Walter España, define a esta figura como alguien egoísta y caradura. "No son malos tipos, simplemente son aprovechados de nacimiento. Siempre encuentran a alguien que les haga su trabajo para ir presumiendo del logro que han conseguido", dice al diario español Expansión.

"Son ladrones de cuello blanco", asegura José Manuel Casado, socio fundador de 2C Consulting, "porque se apropian de las ideas de sus compañeros y les arrebatan la propiedad de las mismas cuando son buenas".

Sin embargo, señala Expansión, este delito no tiene castigo en la empresa. "Es más, el sistema es tan perverso que si el colaborador que tuvo la idea, la dio forma y la configuró, reclama el título de lo que legítimamente le pertenece, podría incluso ser perseguido por su compañero o por su jefe. Hay todavía pocos fiscales empresariales que lo defiendan", señala Casado.

Este es uno de los motivos que justifican que tanto Paco Muro como Montse Ventosa, fundadora de Truthmark, crean que no vale la pena denunciar la situación.

En diálogo con Expansión, Ventosa considera que lo mejor es prevenir, "asegurándose que uno hace su trabajo de la mejor manera; siendo el mejor profesional; evitando que nadie lo represente ni acabe sus tareas; aceptando una mano sólo cuando sea estrictamente necesario y previa consulta al jefe; y, aunque cueste, cultivando la relación con el líder".

Convivir con un caníbal en la oficina es difícil. Según Casado, cuando hay una figura como esta en un equipo el ambiente se vuelve molesto, incómodo. "Además, causan mucho estrés", asegura.

Asimismo, la buena relación que estos colaboradores mantienen con el jefe los coloca en una posición privilegiada que, en algunos casos, se vuelve en contra del superior.

Según Ventosa, convierten a los responsables en víctimas silenciosas de sus prácticas. "Bajo la pretensión de ayudarles van abriéndose paso, alejan a los jefes de la realidad del equipo y merman su capacidad de liderazgo", advirtió. Un buen líder debe ser el primero en darse cuenta de la situación y poner remedio.
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