Un seminario realizado por la UnTref puso en debate las Recetas y planes diferentes que Europa y América Latina Instrumentan en sus campos políticos y económicos.
Por Ines Hayes
Bancos. En Europa, las respuestas a la crisis comenzaron por fortalecer a los bancos.
Millones de jóvenes recién recibidos que no encuentran trabajo,
jubilados sin acceso a la salud y políticas estatales que intentan
salvar del colapso a bancos y empresas, mientras que los ciudadanos van
perdiendo sus derechos adquiridos tras décadas de lucha. Son los
resultados de los planes de austeridad que los gobiernos europeos llevan
adelante como réplica a la crisis. Los mecanismos y las respuestas que
los Estados del Viejo Continente pero también los de América Latina
dieron al conflicto se analizaron en el Seminario Desafíos de las Crisis
Internacionales de 2007 y 2009 que organizó la Universidad Nacional de
Tres de Febrero en acuerdo con la Universidad Federal de Brasilia y
Sciences Po de París.
“El objetivo principal del Seminario fue generar un evento internacional sobre las crisis, cuya irrupción y falta de solución ataca países centrales y emergentes. Convocar a economistas, políticos y académicos de Francia, Brasil y Argentina permitió conocer cómo países desarrollados y periféricos grandes enfrentan la situación cada uno a su modo”, dijo a Ñ Agustín Colombo Sierra, director de Relaciones Internacionales de la UNTREF y organizador de las jornadas.
Según las estadísticas difundidas por la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), la tasa de desempleo en la Unión Europea llegó a su récord: 26 millones 300 mil personas no tienen trabajo. En Grecia, más de la mitad de los jóvenes está desocupada. Detrás de los porcentajes están las personas: en España, 6 millones de trabajadores no tienen empleo; en Francia, 3 millones 200 mil; en Italia, 2 millones 200 mil. Alemania, a pesar de contar con la tasa de desempleo más baja de la Unión Europea (5,4%), alcanza los 2. 300.000 trabajadores.
Las crisis, originadas en EE.UU. y Europa, modificaron el funcionamiento del comercio internacional y las relaciones entre países. Los conferencistas, como Bertrand Badie, politólogo de Sciences Po, Jorge Taiana, director del Centro Internacional de Estudios Políticos de la Universidad de San Martín y Marco Aurelio García, asesor del gobierno brasileño, abordaron en sus ponencias cómo los Estados adoptaron diferentes medidas relacionadas con la inversión, el gasto y la política monetaria para intentar salir de la crisis.
“Desde que asumió Lula, el problema de la desigualdad fue elegido como fundamental. La política fue elevar el salario mínimo. En 12 años tuvimos aumentos del salario mínimo siempre por encima de la inflación. También aplicamos programas de transferencias de ingreso vía el Estado, como el Bolsa Familia, que permitió que 45 millones de brasileños salieran de la pobreza extrema”, dijo en su conferencia Marco Aurelio García. El ex canciller Taiana resaltó la nueva realidad de la región, que le permite acordar políticas para enfrentar crisis exógenas al estar más fortalecida luego de haber profundizado la integración regional.
En otra mesa, Félix Peña, director de la Maestría en Relaciones Comerciales Internacionales de la UnTref subrayó que una de las claves era determinar las razones y los objetivos de las cooperaciones entre los países: “Desde el campo académico podemos aportar para evitar confusiones. Debemos redefinir conceptos: supranacionalidad es una noción que confunde, tanto aquí como en la Unión Europea. Hay que trazar caminos pero poniéndose en los zapatos de los que están en el campo de batalla”.
El profesor Bertrand Badie presentó, junto a Aníbal Jozami, rector de la UnTref, la primera edición en español de su libro Diplomacia del contubernio: los desvíos oligárquicos del sistema internacional . La obra, traducida e impresa por la editorial de la Universidad, recorre y analiza la historia de las relaciones internacionales desde el Congreso de Viena de 1815, cuando los países centrales de Europa se repartieron el mundo, a la actualidad. “Europa, que fue la primera del mundo en mostrar un bloque regional tiene ahora una máquina de producir fragmentaciones. Cuando algo no funciona en Europa se le echa la culpa a Bruselas. Esta situación, en contextos de crisis, puede tomar caminos graves”, dijo Badie.
Si a principios de siglo XX la mirada estaba centrada en Europa, hoy, cuando los 27 países de la Unión Europea están sumidos en el mayor colapso financiero de su historia, el faro parece ser América Latina. Ivan Ramalho, como representante del MERCOSUR detalló la importancia de la incorporación oficial de Bolivia al bloque y de la adhesión de Surinam y Guyana como Estados Asociados. En ese sentido, Juan Gabriel Tokatlián, de la Universidad Torcuato Di Tella, definió a la integración como un medio y no como un fin en sí mismo: “Es un recurso económico porque permite avanzar en el desarrollo y es un recurso político y simbólico porque ayuda a gestar una identidad. Las economías están en crecimiento, tenemos ahora una autonomía en la región que no hemos tenido nunca antes”, dijo resaltando la importancia política y económica del Mercado Común del Sur.
La diferencia de las medidas adoptadas por los gobiernos europeos y los latinoamericanos radica, según el organizador de las jornadas, en que en América Latina se reforzó la presencia del Estado a partir de políticas generadoras de empleo mientras que en Europa se implementaron ajustes sociales que llevaron al aumento del desempleo y a la pérdida de derechos ciudadanos. En palabras de Colombo Sierra: “La ‘salida’ por esta vía es para peor. Los años mostrarán si los países centrales encuentran una manera de contener daños o esta situación, sumada a nuevos y fuertes deterioros como el cambio climático, lleva directamente a un nuevo sistema de acumulación de capital y de distribución del poder en que los países históricamente centrales no lo serán tanto y los emergentes grandes podrán alcanzar, con el tiempo, una incidencia mayor en lo político y en lo económico”.
http://www.revistaenie.clarin.com/rn/
“El objetivo principal del Seminario fue generar un evento internacional sobre las crisis, cuya irrupción y falta de solución ataca países centrales y emergentes. Convocar a economistas, políticos y académicos de Francia, Brasil y Argentina permitió conocer cómo países desarrollados y periféricos grandes enfrentan la situación cada uno a su modo”, dijo a Ñ Agustín Colombo Sierra, director de Relaciones Internacionales de la UNTREF y organizador de las jornadas.
Según las estadísticas difundidas por la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), la tasa de desempleo en la Unión Europea llegó a su récord: 26 millones 300 mil personas no tienen trabajo. En Grecia, más de la mitad de los jóvenes está desocupada. Detrás de los porcentajes están las personas: en España, 6 millones de trabajadores no tienen empleo; en Francia, 3 millones 200 mil; en Italia, 2 millones 200 mil. Alemania, a pesar de contar con la tasa de desempleo más baja de la Unión Europea (5,4%), alcanza los 2. 300.000 trabajadores.
Las crisis, originadas en EE.UU. y Europa, modificaron el funcionamiento del comercio internacional y las relaciones entre países. Los conferencistas, como Bertrand Badie, politólogo de Sciences Po, Jorge Taiana, director del Centro Internacional de Estudios Políticos de la Universidad de San Martín y Marco Aurelio García, asesor del gobierno brasileño, abordaron en sus ponencias cómo los Estados adoptaron diferentes medidas relacionadas con la inversión, el gasto y la política monetaria para intentar salir de la crisis.
“Desde que asumió Lula, el problema de la desigualdad fue elegido como fundamental. La política fue elevar el salario mínimo. En 12 años tuvimos aumentos del salario mínimo siempre por encima de la inflación. También aplicamos programas de transferencias de ingreso vía el Estado, como el Bolsa Familia, que permitió que 45 millones de brasileños salieran de la pobreza extrema”, dijo en su conferencia Marco Aurelio García. El ex canciller Taiana resaltó la nueva realidad de la región, que le permite acordar políticas para enfrentar crisis exógenas al estar más fortalecida luego de haber profundizado la integración regional.
En otra mesa, Félix Peña, director de la Maestría en Relaciones Comerciales Internacionales de la UnTref subrayó que una de las claves era determinar las razones y los objetivos de las cooperaciones entre los países: “Desde el campo académico podemos aportar para evitar confusiones. Debemos redefinir conceptos: supranacionalidad es una noción que confunde, tanto aquí como en la Unión Europea. Hay que trazar caminos pero poniéndose en los zapatos de los que están en el campo de batalla”.
El profesor Bertrand Badie presentó, junto a Aníbal Jozami, rector de la UnTref, la primera edición en español de su libro Diplomacia del contubernio: los desvíos oligárquicos del sistema internacional . La obra, traducida e impresa por la editorial de la Universidad, recorre y analiza la historia de las relaciones internacionales desde el Congreso de Viena de 1815, cuando los países centrales de Europa se repartieron el mundo, a la actualidad. “Europa, que fue la primera del mundo en mostrar un bloque regional tiene ahora una máquina de producir fragmentaciones. Cuando algo no funciona en Europa se le echa la culpa a Bruselas. Esta situación, en contextos de crisis, puede tomar caminos graves”, dijo Badie.
Si a principios de siglo XX la mirada estaba centrada en Europa, hoy, cuando los 27 países de la Unión Europea están sumidos en el mayor colapso financiero de su historia, el faro parece ser América Latina. Ivan Ramalho, como representante del MERCOSUR detalló la importancia de la incorporación oficial de Bolivia al bloque y de la adhesión de Surinam y Guyana como Estados Asociados. En ese sentido, Juan Gabriel Tokatlián, de la Universidad Torcuato Di Tella, definió a la integración como un medio y no como un fin en sí mismo: “Es un recurso económico porque permite avanzar en el desarrollo y es un recurso político y simbólico porque ayuda a gestar una identidad. Las economías están en crecimiento, tenemos ahora una autonomía en la región que no hemos tenido nunca antes”, dijo resaltando la importancia política y económica del Mercado Común del Sur.
La diferencia de las medidas adoptadas por los gobiernos europeos y los latinoamericanos radica, según el organizador de las jornadas, en que en América Latina se reforzó la presencia del Estado a partir de políticas generadoras de empleo mientras que en Europa se implementaron ajustes sociales que llevaron al aumento del desempleo y a la pérdida de derechos ciudadanos. En palabras de Colombo Sierra: “La ‘salida’ por esta vía es para peor. Los años mostrarán si los países centrales encuentran una manera de contener daños o esta situación, sumada a nuevos y fuertes deterioros como el cambio climático, lleva directamente a un nuevo sistema de acumulación de capital y de distribución del poder en que los países históricamente centrales no lo serán tanto y los emergentes grandes podrán alcanzar, con el tiempo, una incidencia mayor en lo político y en lo económico”.
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