viernes, 7 de junio de 2013

Salen a la luz los poemas inéditos de amor de Juan Ramón Jiménez


Se publica 'Idilios', escrito por el poeta en 1912

El libro contiene 38 composiciones dedicadas a Zenobia Camprubí que no habían visto la luz


Juan Ramón Jiménez, en Madrid en 1923.

El poeta titánico que fue Juan Ramón Jiménez no para de dar sorpresas. Este año llegará, por fin, Vida, uno de los libros más esperados de 2013: se trata de un inédito autobiográfico, en el que el autor mezcla la narración de su vida con su poesía y que fue durante décadas su gran proyecto inacabado. Pero antes, a finales de este mes, aparecerá otro material inédito de Juan Ramón Jiménez: Idilios, un libro escrito en 1912 con más de una treintena de poemas de amor dedicados a Zenobia Camprubí que nunca habían visto la luz.
Publicado por la editorial La Isla de Siltolá, con prólogo de Antonio Colinas y con la introducción, edición y estudio de la profesora y experta juanramoniana Rocío Fernández Berrocal, Idilios incluye 98 poemas, de los cuales 38 son totalmente inéditos.
El resto había aparecido de forma fragmentaria y dispersa en diferentes publicaciones con transcripciones dispares.
Se trata, según explica a Efe Fernández Berrocal, de la última obra que Juan Ramón Jiménez escribió en 1912, al final de su etapa de retiro en Moguer (la localidad onubense en la que nació) entre 1905-1912 y que después continuó al conocer a la que sería su esposa, Zenobia Camprubí, en Madrid en 1913.
El poeta y premio Nobel de 1956 dejó iniciada la preparación de esta obra en las carpetas que se encuentran en la Sala Zenobia-Juan Ramón Jiménez de Puerto Rico con instrucciones muy claras para su publicación, como había diseñado toda su monumental obra.
En la carpeta se encontraban los manuscritos y mecanuscritos de los textos, portadas y portadillas, la dedicatoria y la división de la obra en Idilios clásicos e Idilios románticos. Los primeros eran poemas dedicados a los amores pasados y los segundos iban dirigidos a su esposa Zenobia. Todo ello con un claro deseo de que el libro se viera publicado, precisa la experta juanramoniana.
En su conjunto, la obra está dedicada a Zenobia. Juan Ramón dejó escrito que estos poemas de Idilios, junto con el simbólico libro Diario de un poeta recién casado y Monumento de amor, eran por y para Zenobia. "Forman parte de mi conocimiento de Zenobia hasta mi casamiento con ella", dijo.
"In Memoriam/Z.C.A,/ muerta para el amor". Así reza la dedicatoria de Juan Ramón a Zenobia en Idilios. "El idilio eras tú", dice el poeta en referencia a Zenobia Camprubí. Un volumen que para Antonio Colinas, según escribe en el prólogo, podría resumir esa década prodigiosa del poeta que Rocío Fernández Berrocal denomina la "encrucijada clave", que es la que va de 1908 a 1917.
Una década que tiene su origen en los días de retiro del autor de Platero y yo en Moguer, y que se cierra con Diario de un poeta recién casado, escrito durante su viaje a América para casarse con Zenobia y que supuso un punto de inflexión en su poesía.
"Precisamente ahora -ante esta hermosa y cuidada edición de Idilios- podríamos pensar que éste es precisamente el libro que resume esta década prodigiosa", escribe Colinas, quien señala que "nos hallamos ante otro de los más grandes libros emblemáticos del poeta de Moguer".
"Primero, por estar escrito entre 1912 y 1913 y entre esos dos polos decisivos en su vida que fueron Moguer y Madrid; luego porque Idilios podría ser como el fruto decantado, esencial, de esa etapa que ha sido reconocida con fulgurantes calificativos: la de los 'libros amarillos', 'borradores silvestres' o 'fastuosos tesoros'".
"¡Dame tu carne!¡Quiero ir en ella loco jinete/al norte, al sur, al este y al oeste!/Quiero cruzar el mundo/con tu cuerpo luciente, derramarlo, un instante, más allá/en la vida y la muerte", escribe el poeta.
Juan Ramón Jiménez señala que los textos de Idilios se caracterizan por tener "brevedad, gracia y espiritualidad". La primera parte del libro tiene un carácter más carnal y sensual y en la segunda el amor se hace idílico tras conocer a Zenobia.
"Al encontrarte, Amor, hallé el Idilio" escribe Juan Ramón en estas páginas. "El idilio en mayúsculas, el verdadero, y, a partir de ahí, su vida y su obra, Obra de vida, se transformó", precisa Fernández Berrocal
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