RINCONCITOS SANJUANINOS
¿Querés entrar a un almacén de los años ´30?
Es Casa Marinaro, fundada por un inmigrante siciliano en 1905. En 1930 logró construir la casa y la tienda que recién bajó sus persianas al público hace cinco años. Pero adentro es un viaje al pasado reciente. Por Gustavo Martínez Puga.
viernes, 19 de julio de 2013
Interior.
La caja, el mostrador y la estantería principal de un almacén de antaño
gmartinezpuga@tiempodesanjuan.com
Cuadernos Tamborcito con figuritas ilustrativas de las fechas patrias; cuadernos Gloria; goma líquida vegetal; cuchillas de afeitar españolas; publicidades de cigarrillos Arizona y de cañas de pescar Fishing pintadas en carteles de lata… todo está como entonces, intacto, sólo con un poco de polvo encima que pareciera un barniz para el tiempo. Se trata de la Casa Marinaro, ubicada en Mitre antes de Salta desde 1905, cuando el siciliano Juan Marinaro empezó con un pequeño negocio que se transformó en un referente de la ciudad en 1930, cuando logró terminar la tienda y la casa que aún hoy están de pie.
Desde hace cinco años que el negocio ya no está abierto al público. Pero en su interior todo se mantiene de pie, como si en cualquier momento las cadenas fueran a levantar las pesadas persianas metálicas de la vidriera para que los sanjuaninos vuelvan a disfrutar de un almacén como eran los de antes.
Esto es: un mostrador principal, vitrinas, exhibidores y una estantería central que luce en lo alto un exquisito trabajo de tallado en madera que hizo un ebanista amigo del fundador, quien le puso arte y estilo a los mueble del comercio. Toda esa carpintería está hecha en madera, con cientos de pequeños cajoncitos que supieron guardar desde anzuelos y navajas hasta lápices negro alemanes.
Muchos de esos artículos aún hoy están en la tienda. Como también lo están la caja registradora, una máquina de escribir y un teléfono fijo con discado. Enormes, antiquísimos y en completo silencio, el mobiliario y los productos dejaron de estar al alcance de los sanjuaninos por decisión de otro Juan Marinaro, el nieto del fundador, quien heredó el negocio y siguió comercializando con la persiana baja alguno de los productos que le quedaron en la vieja librería, cigarrería, cuchillería y artículos para la caza y la pesca.
Juan Marinaro hizo ese negocio en 1905. Él vivía en ese lugar, que a fines del 1800 era una pensión. Marinaro era por esos años un joven Italiano que había llegado desde Sicilia en busca de una mejor vida. Se instaló en San Juan en esa pensión y hacía changas en la Estación San Martín, ubicada a 50 metros del lugar.
En esa misma pensión, en una pequeña habitación, Marinaro empezó a comercializar artículos de librería y cigarrería. El negocio fue prosperando y Marinaro terminó adquiriendo el predio de la pensión. Y con el paso del tiempo construyó allí su casa. Eso fue en 1930. Y dos años más tarde, en 1932, logró abrir las puertas de su negocio: Casa Marinaro.
Desde entonces el negocio estuvo sobre la calle Mitre. Soportó el terremoto del ´44. Pero no pudo con la Reconstrucción: en el ´55, cuando la Revolución Libertadora decidió levantar una nueva ciudad en manzanas cuadradas, la nueva línea edilicia hizo que la Casa Marinaro perdiera tres metros de frente.
Así fue que, manteniendo el estilo, los Marinaro reconstruyeron su negocio y su casa tres metros más atrás. El salón comercial, el hall de entrada y la cochera fueron los más perjudicados. Así y todo, a las dimensiones de hoy en día, todos esos lugares siguen siendo lugares muy espaciosos.
El hall de entrada, ubicado al costado Este del negocio, tiene en toda su espalda una enorme mampara de vidrios repartidos de colores. Conduce a uno de los dos patios de luz de la casa, al cual dan los siete cuartos (dos comedores y cinco dormitorios), el baño y el pasillo que conduce al fondo.
Además, en todo lo que es la superficie del negocio también funcionaba un sótano, que era el depósito del comercio. Y en la parte superior de todo lo que es la casa funcionaba una enorme terraza, la cual supo ser el epicentro de los grandes eventos sociales de la familia Marinaro.
La familia
Juan Marinaro falleció en 1948 en un accidente de tránsito en Talacasto, cuando el micro en el que viajaba se quedó sin frenos, chocó a unos camiones que hacían el mantenimiento del tendido eléctrico y terminó impactando las piedras.
Marinaro y su esposa, María Severino, habían tenido seis hijos: María, Antonino, Antonia, Horacio, Josefa y Juanita (es la única que aún hoy vive).
Tras la muerte de Juan, sus hijos Antonino y Horacio siguieron con el negocio. Juan, uno de los hijos de Antonino, fue quien siguió con el negocio hasta hace cinco años, cuando cerró sus puertas.
http://www.tiempodesanjuan.com/notas/2013/7/19/queres-entrar-almacen-anos-%C2%B430-36269.asp
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