CASOS QUE CONMOCIONARION A SAN JUAN
Fue la primera firma sanjuanina que incursionó con tecnología de vanguardia en una moderna planta fraccionadora. Las Bodegas Peñaflor marcaron un hito en beneficio de la industria vitivinícola local. Por Michel Zeghaib.
VIERNES, 03 DE ENERO DE 2014
Augusto Pulenta, director de la firma, y su esposa Filomena, fueron los encargados de cortar la cinta de la moderna planta en un día memorable para los sanjuaninos
Por Michel Zeghaib
El 30 de diciembre de 1983 se inauguraba en el departamento de San Martín una planta fraccionadora bajo la firma de Peñaflor S.A. –con el paso del tiempo, la firma cambió su nombre por la de Grupo Peñaflor– que le permitió a la empresa envasar alrededor de 14 mil botellas de vino por hora y 50 mil damajuanas de cinco litros por día. Una producción impensada para una bodega local de aquella época.
Aquel día, la nueva planta realzaba las esperanzas de la producción de vino, con la materia prima más importante que ha tenido siempre la provincia: la uva. Más aún, aportó posibilidades de trabajo a muchos sanjuaninos, no sólo del departamento en donde se emplazaba, sino también de los departamentos aledaños como Caucete y 25 de Mayo. Y, sin dudas, esta inauguración afectó positivamente a la economía local.
Augusto Pulenta, director de la firma, y su esposa Filomena, fueron los encargados de cortar la cinta de la moderna planta en un día memorable para los sanjuaninos. Una empresa local resonaba por el país y el mundo. Nadie quiso perderse ese momento que fue seguido por los sanjuaninos a través de los medios de comunicación: radios, diarios y televisión; además de los que se hicieron presentes en el lugar para conocer las modernas maquinaras de la bodega. Es que era algo inusual ver tanta tecnología junta en las bodegas de la provincia, las que, comúnmente, estaban equipadas de máquinas rudimentarias.
En ese entonces, la firma ya estaba posicionada a nivel nacional e internacional: cubría con su producción el centro y norte del país, proveía el 60 % de mosto a Japón y tenía una planta de vinos en Puerto Rico. La elaboración de vino de mesa, mosto y vino moscato –el que se usa para las misas católicas– eran su especialidad.
El Grupo Peñaflor, según lo expresa en su página web, nació en 1914. La primera mitad del siglo XX, tiempo de sangre sudor y lágrimas, fue testigo del origen de este emprendimiento que estaba ubicado en la zona donde hoy es el departamento San Martín y que era conocido como Angaco Sur. Una historia familiar que empezó Ángelo Antonio Polenta, inmigrante italiano, oriundo del a localidad de Ancona. Al llegar a Argentina, como solía suceder con muchos apellidos, le cambiaron una letra en el Registro Civil, y pasó a llamarse Pulenta.
Al principio, don Ángelo trabajó en viñas de otros italianos en la ciudad de Mendoza. Pero tuvo la fortuna de que uno de sus patrones le entregara unas tierras en Pie de Palo para que las trabajara. Con sus primeros ahorros compró 6 hectáreas en Angaco Sur.
En una nota hecha por Diario de Cuyo a Mario Pulenta, cuenta que al fallecer don Ángelo, los 9 hijos trabajaron juntos. Las mujeres hacían comidas para vender. Uno de ellos, Antonio Pulenta, fue el primero de la familia en tener el título de Enólogo. Mientras que Quinto, que era el mayor, contenía a los demás. De esa unión familiar, continúa, nació la “Sociedad Colectiva Pulenta Hermanos”, luego “Pulenta Hermanos S.A.” y en 1956, se llamó “Bodegas Peñaflor S.A.”. En la actualidad, la firma lleva el nombre de “Grupo Peñaflor”.
Nunca se fue
Hoy día, el Grupo Peñaflor es el mayor productor de vino de la Argentina y uno de los primeros diez productores de vinos a nivel mundial. Es una empresa sanjuanina que permaneció en la provincia a pesar de los altibajos económicos por las que atravesó la industria vitivinícola en el país, sobre todo a partir de los años ’90, años en el que modelo neoliberal hizo mella en la industria vitivinícola, en particular, en el fraccionamiento en origen.
En el departamento de San Martín, el grupo tiene una de las plantas fraccionadoras de vinos de mesa más importante del país. En la actualidad, después de 30 años de aquella inauguración, en ella se elaboran alrededor de 60 millones de kilos de uva por año y se envasan aproximadamente 130 millones de litros en sus líneas de Tetra Brick.
En el departamento de San Martín, el grupo tiene una de las plantas fraccionadoras de vinos de mesa más importante del país. En la actualidad, después de 30 años de aquella inauguración, en ella se elaboran alrededor de 60 millones de kilos de uva por año y se envasan aproximadamente 130 millones de litros en sus líneas de Tetra Brick.
Ley de fraccionamiento en origen
Elaboradas en 1982, las leyes 5205 y 5107 fueron aplicadas a partir de 1983 en el marco de una promoción económica que apuntaba al crecimiento de San Juan.
En su Tesis Doctoral, Silvina Frau cuenta que la sanción de estas las leyes: la nº 5105 sobre la promoción a la diversificación del uso de la uva, y la nº 5107 sobre la promoción al fraccionamiento de vinos en origen; fueron sancionadas por el Estado Provincial a partir de las influencias de grupos económicos dominantes.
Cuando se inauguró la planta fraccionadora de Peñaflor (1983), gobernaba la provincia el Bloquismo en la figura del Leopoldo Bravo. Con estas leyes provinciales (5.107 y 5.105) buscaban, expresa Frau, reordenar la vitivinicultura sanjuanina encausando la diversificación y el fraccionamiento en origen por la necesidad de solucionar un problema cíclico que se perpetuaba en la historia económica de la provincia (y de la región).
Además, continúa, el Estado Provincial elaboró estas leyes conjuntamente con los actores involucrados, para promover el crecimiento y la reorganización: la reconversión de este sector económico a través de beneficios impositivos y líneas de créditos para lograr la reconversión tecnológica, principalmente, de bodegas y de varietales en lo correspondiente a la uva de mesa.
http://www.tiempodesanjuan.com/notas/2014/1/3/gigante-vino-anos-despues-48276.asp
En su Tesis Doctoral, Silvina Frau cuenta que la sanción de estas las leyes: la nº 5105 sobre la promoción a la diversificación del uso de la uva, y la nº 5107 sobre la promoción al fraccionamiento de vinos en origen; fueron sancionadas por el Estado Provincial a partir de las influencias de grupos económicos dominantes.
Cuando se inauguró la planta fraccionadora de Peñaflor (1983), gobernaba la provincia el Bloquismo en la figura del Leopoldo Bravo. Con estas leyes provinciales (5.107 y 5.105) buscaban, expresa Frau, reordenar la vitivinicultura sanjuanina encausando la diversificación y el fraccionamiento en origen por la necesidad de solucionar un problema cíclico que se perpetuaba en la historia económica de la provincia (y de la región).
Además, continúa, el Estado Provincial elaboró estas leyes conjuntamente con los actores involucrados, para promover el crecimiento y la reorganización: la reconversión de este sector económico a través de beneficios impositivos y líneas de créditos para lograr la reconversión tecnológica, principalmente, de bodegas y de varietales en lo correspondiente a la uva de mesa.
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