miércoles, 14 de mayo de 2014

Faltan competencias para leer y producir textos orales o escritos

Faltan competencias para leer y producir textos orales o escritos

Orlando Llamas Mendoza, lingüista y exdocente de las universidades Nacional, Andes, Externado de Colombia, Javeriana, entre otras instituciones, revela por qué nos fue mal en las pruebas Pisa.
“Hoy 23 de abril, día del Idioma, es fecha propicia para reflexionar sobre el resultado de las pruebas Pisa en lo atinente a la comprensión lectora. Los colombianos no sabemos leer y como consecuencia obvia, tampoco somos competentes para producir textos orales o escritos”.
¿A quién culpar?
En la base de la pirámide están los estudiantes; ellos dan cuenta del aprendizaje en las aulas; decimos entonces que tuvieron maestros deficientes. Pero, ¿quién forma a los maestros? ¿Y acaso las instituciones de educación superior no se ajustan a los estándares trazados por el ministerio de Educación?
En conclusión, falta una política educativa trazada por la cúpula estatal.
¿Dónde se está fallando?
Recibimos una formación teorizante, memorística, repetidora, estereotipada, descontextualizada y, con frecuencia, incoherente, desarticulada y confusa.
¿Hay soluciones a la vista?
Todo indica que las agendas de los candidatos presidenciales anuncian reformas educativas de fondo: educación con calidad, mejoras en la formación de docentes, revisión de estándares y pénsum educativos, mejoras salariales para los maestros proporcionales a su nivel de formación.
¿Podríamos anticiparnos a esas propuestas?
Desde luego. Valdría la pena que las facultades de educación y, en nuestro caso los programas de lengua y literatura ejercieran un riguroso control sobre los aspirantes a la carrera docente. Sobre este particular queda poco por agregar.
¿Cómo se avanzaría?
Sería conveniente una reorientación didáctica. Realizar auténticos talleres, no solo literarios, sino informativos: reseñas, informes, monografías, artículos de opinión, ensayos, etc.
Esto requeriría grupos de estudiantes menos numerosos y profesores con mayor carga académica; no simplemente catedráticos con un mínimo de dedicación horaria.
¿Y cuál podría ser el marco de referencia para un proceso de enseñanza de la lengua eficaz y suficiente?
Tomaríamos como punto de partida las Habilidades Comunicativas.
Escuchar – Leer: Habilidades de Comprensión.
Hablar – Escribir: Habilidades de Producción.
Pero, ¿no sería indispensable partir de un marco teórico?
Los aportes de la Lingüística del Texto y de la Teoría del Discurso que dan bases científicas para el abordaje de este asunto. Sobre el particular hay una rica bibliografía.
Son de destacar los conceptos de Texto y Contexto. También son asuntos relevantes los relativos a la tipología de los textos.
Textos Narrativo – Descriptivos.
Textos Expositivos – Argumentativos.
Este segundo enunciado adquiere en la actualidad especial relevancia. El programa de filosofía de la universidad del Quindío ha adelantado serias investigaciones y ha ofrecido programas de actualización sobre el particular.
Para el desarrollo de esta disciplina sería conveniente una buena selección a manera de antología de textos argumentativos a las que se les añadiría preguntas pertinentes sobre todo lo que concierne a este tipo de escritos. Los diferentes pénsum de las universidades de Colombia, con seguridad, incluirán esta disciplina para mejorar la calidad de la educación.
¿Y qué decir de las múltiples funciones del lenguaje?
Parece que la enseñanza de la lengua se ha centrado más en las funciones metalingüística y poética.
En la primera se hace más énfasis en la utilización del lenguaje para explicarse a si misma. Esto se hace con la gramática descriptiva y la lingüística teórica. En la segunda, se enfatiza más en la utilización del lenguaje como instrumento de la expresión estética: este es el quehacer literario.
Surge la pregunta: ¿para qué sirve el lenguaje?
Álvaro Díaz Rodríguez en su libro Aproximación al texto escrito editado por la universidad de Antioquia en el año 1999, nos da una respuesta acertada. “La lengua es ante todo un instrumento utilizado por el ser humano para interpretar la realidad objetiva, psíquica y social que orienta su conducta en el mundo. A esa función de la lengua como instrumento de conocimiento, llamada función cognitiva, se le ha prestado muy poca atención en enseñanza en español”. Más adelante, agrega “uno de los objetivos principales del programa de español debe ejercitar al alumno para una competencia analítica, entendiéndose esta como la posibilidad que posee el hablante de una lengua para traducir el pensamiento oral o escrito de una manera cohesiva y coherente”.
Lo anterior alude a la evaluación sobre competencias de comprensión lectora a la que añadiríamos lectura y pensamiento crítico. Este último asunto hace referencia al más reciente resultado de las  pruebas Pisa sobre la incompetencia para resolver problemas cotidianos y nos llevaría a como resolver problemas complejos.
Queda un problema por resolver. ¿Dónde leer?
Carecemos de bibliotecas públicas. Apelamos al internet. Cada vez surgen salas virtuales y escasean salas de lectura. El filósofo español, Fernando Savater nos llama la atención en su obra Ética de urgencia sobre el uso del internet y de otros recursos virtuales en lo que coloquialmente llamamos ‘corte y pegue’. Los libros son reemplazados por bases de datos. Nuestras bibliotecas carecen de obras fundamentales como los diccionarios —generales, de uso, de sinónimos, etc.— y qué decir de la olvidada gramática en nuestros pénsum. Sin ella no es posible explicar la cohesión del texto o la puntuación.
Sus campos nos aportan información para el proceso de corrección —gramática normativa—.
El campo del sonido —fonética y fonología— nos explica la ortografía, la prosodia y la acentuación.
El campo de la palabra —morfología— nos explica la formación de las palabras.
El campo de la oración —sintaxis— nos explica la puntuación, los solecismos, los barbarismos y otros vicios.

ARTICULO PUBLICADO EN  http://www.cronicadelquindio.com/noticia-completa-titulo-faltan_competencias_para_leer_y_producir_textos_orales_o_escritos-seccion-general-nota-72375.htm

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