Viernes, 22 mayo 2015
COMPUTACIÓN
Analizan la usabilidad de las aplicaciones para tabletas de las revistas
Las revistas ya no se encuentran solo en el kiosco. Como el resto de la prensa, este sector se ha adaptado a las nuevas tecnologías y ha buscado fórmulas para llegar hasta el lector en dispositivos móviles como las tabletas digitales, aunque para conseguirlo no hay una solución única y cada editor aún sigue buscando la fórmula más adecuada a través de la investigación y la innovación.
“Las versiones para tabletas no son un lector de PDF ni siquiera un lector de PDF enriquecido, con enlaces, vídeos e interactividad, como tienen algunos periódicos; son aplicaciones específicamente diseñadas para acceder a los contenidos de la revista, que pueden ser iguales o diferentes a los de la edición en papel”, explica a DiCYT Juan Ramón Martín, experto en diseño de la Facultad de Comunicación de la Universidad Pontificia de Salamanca (UPSA) y director del Master en Diseño Gráfico y de Interface para nuevos dispositivos, en España.
En esa adaptación una de las cuestiones que más preocupan es la usabilidad, es decir, la facilidad con que las personas pueden utilizar el producto, en este caso, una aplicación que trata de mostrar contenidos que el lector está acostumbrado a ver físicamente en papel. “Cuando compras una revista o un periódico conoces el volumen de lo que estás comprando, pero en un producto digital no se aprecia y esto supone un problema para los lectores”, según comprobaron los investigadores anteriormente, ya que llevan varios años profundizando en esta línea de investigación.
El proyecto Territorio e-book, que desarrolló la Facultad de Comunicación junto con la Fundación Germán Sánchez Ruipérez, sirvió para comprobar el malestar de los usuarios de la tercera edad por no tener claro el volumen del libro que están leyendo. Desde entonces, “las diferentes marcas de lectores de e-book han desarrollado estrategias, como indicar el número de horas que quedan para finalizar un libro en función de la velocidad lectora de cada persona o barras de porcentajes de lo que lleva avanzado”, comenta Juan Ramón Martín, pero “nunca es lo mismo que ver el volumen de un libro, sus hojas y el tipo de letra para decidir si me da tiempo a leerlo en vacaciones”.
Juan Ramón Martín, director del Master en Diseño Gráfico y
de Interface de la UPSA. (Foto: DICYT)
En las revistas para tabletas el problema es el mismo, “estás pagando por un tiempo de ocio y necesitas hacerte una idea de cuánto puede ser”. Desde el punto de vista de los contenidos, el producto no es muy diferente al tradicional, no se trata de una web dinámica, sino que el usuario se descarga cada número de la revista y este ya no se modifica, así que el lector debería tener derecho a hacerse una idea de lo que está comprando, al igual que cuando va al kiosco y hojea una revista.
Con esta idea, los investigadores se plantearon estudiar la percepción que tienen los lectores de las revistas en tabletas y para realizar sus experimentos eligieron Telva, revista dedicada a la moda que publica los mismos contenidos en el dispositivo digital que en papel y que desarrolló su propia aplicación. Los participantes pudieron leer las dos versiones durante una hora y después contestaron una serie de preguntas que ofrecieron resultados muy significativos: “Más de la mitad pensaban que la tableta y la revista de papel no contenían la misma información”, destaca el investigador.
El estudio se llevó a cabo con la colaboración de Pilar García Battaglia, antigua alumna de Periodismo, e incluyó una muestra de 39 personas, un número aparentemente reducido, pero que supera con creces las muestras habituales en investigación sobre usabilidad. Por eso, los resultados son suficientes para analizar este ámbito y, de hecho, refuerzan la hipótesis de que existen problemas para adaptar el concepto de revista a un medio digital.
“Desde el punto de vista de la interfaz la cuestión está por resolver”, apunta Juan Ramón Martín. “En el futuro queremos ver cuál es la mejor estrategia y para ello queremos analizar las diferencias que existen entre los estándares que se están aplicando y ver si alguno presenta ventajas desde el punto de vista de los usuarios, ya que a veces el diseño se corresponde más con las necesidades del editor, cuya redacción está orientada al producto de papel”, agrega.
Estos problemas están relacionados con la falta de definición de un modelo de negocio para los medios de comunicación, sobre todo en su adaptación al mundo digital. “Tal vez tuvieran menos dificultades si hubiesen invertido más en I+D+i”, señala el profesor de la UPSA, “realmente, no existe una cultura de investigación en este sector salvo en cuestiones de mercado”. (Fuente :José Pichel Andrés/DICYT)
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