Las bibliotecas siempre piensan en ofrecer lo mejor a su comunidad de usuarios y en la adaptación y creación de servicios. Ahora bien, no hay que olvidar preguntar a esa comunidad de usuarios qué es lo que quiere o espera de la biblioteca. Puede que nos llevemos una grata sorpresa y se redirecciones los esfuerzos a lo que quiere dicha comunidad (teniendo el visto bueno de la biblioteca, por supuesto). La creación de un banco de ideas como han hecho en al MIT puede ser una muy buena solución a la hora de preguntar sobre ese futuro cercano de las bibliotecas.
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