Reflexionar sobre ese papel educador de las bibliotecas es preguntarse, en primer lugar, qué entendemos por aprendizaje en la sociedad del aprendizaje. Es en realidad cuestionarse, entre otras cosas, sobre el qué aprendemos, cómo aprendemos, dónde aprendemos o de quién aprendemos. Es preguntarse cómo debe ser la educación cuando están cambiando las motivaciones personales para el aprendizaje, las metodologías utilizadas, los lugares donde aprendemos. Cómo debe ser el aprendizaje ante la abundancia de información, datos y recursos, el impulso de lo abierto, el surgimiento de nuevas formas de evaluación y de acreditación, la necesaria hibridación entre aprendizaje formal, no formal e informal o entre aprendizaje presencial y online.
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