Lorenzo García Aretio coordina el libro colectivo Sociedad del Conocimiento y la Educación (UNED)
DANIEL ARJONA | Publicado el 05/02/2013
Todo cambió, todo está cambiando, todo va a cambiar. La Red alumbró una nueva caracterización de nuestra realidad como Sociedad del Conocimiento que debiera serlo también, si queremos cerrar el círculo virtuoso del progreso digital, de la Educación. Lorenzo García Aretio, catedrático de Teoría de la Educación de la UNED, ha consignado la importancia capital de la imbricación de las nuevas tecnologías en la enseñanza en el libro colectivo Sociedad del Conocimiento y la Educación (UNED, 2012). En sus páginas se citan destacados docentes universitarios y pedagogos del ámbito de la Teoría de la Educación con el fin de ofrecer esa otra visión del pedagogo no pegado al instrumental, a la cacharrería tecnológica. Miradas críticas, e interesantes reflexiones sobre la sociedad red y sus implicaciones educativas.
Pregunta- ¿Cuál fue el hilo de Ariadna que dio origen a este libro?
Respuesta- La idea fundamental del libro es la visión de esta sociedad del conocimiento y su relación con la educación actual, mirada con los ojos de reconocidos teóricos y críticos de la educación procedentes de casi todas las universidades españolas.
P.- "Información, comunicación, educación y conocimiento". ¿Tal es la receta de nuestro bienestar?
R.- En el ámbito del progreso científico las críticas y resistencias siempre la hubo. Parece que las hubo cuando se inventó la rueda. Hasta ahora. Datos, información y conocimiento suponen una cadena lógica en la que entre los dos últimos elementos tiene que estar el aprendizaje, la educación. De ahí la relevancia de la educación. ¿La comunicación?, para los humanos siempre fue consustancial a nuestro ser. Lo que sucede es que ahora la comunicación, la intercomunicación permanente es el sino de esta sociedad. Nuestros niños y adolescentes no han conocido otro mundo diferente de este hiperconectado. En fin, la información, la comunicación, la educación y el conocimiento son esenciales para la iniciativa, el progreso y el bienestar de las sociedades.
P.- Las TIC han revolucionado nuestras vidas en muy poco tiempo. ¿Cuál de todas estas transformaciones señalaría como esencial?
R.- ¿Como esencial? El asentamiento, la universalización de Internet. Internet marca, sin lugar a dudas, una nueva era. Y sus beneficios en el ámbito de la información y comunicación, en el de los negocios y el comercio, en el de las relaciones sociales, la salud, la ciencia y la cultura, la educación y el aprendizaje, la política, las movilizaciones sociales, etc., son incuestionables.
P.-¿Y alguna enmienda?
R.- Me preocupa la brecha digital, pero no sólo la existente entre los que cuentan con acceso a las tecnologías digitales y los que no. Personalmente también me preocupa la brecha entre, por ejemplo, en el campo de la educación, la brecha generacional con implicaciones, sin duda, en los centros educativos y aquella existente entre los ciudadanos que usan estas tecnologías de forma adecuada y aquellos otros que aún disponiendo de ellas o pudiendo acceder a las mismas sin grave dificultad, no lo hacen o no las usan adecuadamente. En este último caso la escuela tiene un buen reto por delante.
Pero resulta preocupante que en ciertos sectores del ámbito educativo y de la administración aún se sigue discutiendo sobre la utilidad de las tecnologías digitales, para que éstas sean integradas plenamente en las estrategias de enseñanza y en los procesos de aprendizaje en nuestros centros educativos. Mal nos irá si la educación se aísla, aún más, de lo que sucede en el entorno exterior al aula. La realidad exterior está inundada de lo digital. Ignorar el mundo digital en el que hoy se mueven nuestros estudiantes fuera de nuestras aulas será suicida. Si las tecnologías no penetran la escuela, los tiempos escolares serán un martirio para tantos alumnos que saben buscar y encontrar información puntual y actualizada a golpe de clic, que intentan aprender fuera de los muros del aula.
Cierto que podrá dudarse de la profundidad de lo que puede aprenderse a través de Internet, sobre todo si no media la orientación y guía de buenos profesores, bien capacitados y con actitudes positivas hacia esta realidad. Pero el saber ahora llega a más gente, más rápido y casi sin barreras. Si antes el “dogma” científico lo dictaban las publicaciones de prestigio, ahora, aunque también queda de eso, los buscadores acreditados nos señalan qué es lo importante, lo que más interesa en el mundo, lo más valioso, lo más compartido, lo de mayor real impacto, etc.
P.- Le interesa especialmente las aplicaciones tecnólogicas a la educación. ¿Andamos muy atrasados en España? ¿Qué iniciativas urgentes debieran implementarse políticamente?
R.- En tecnología no estamos tan atrasados y en penetración de ciertas tecnologías (dispositivos y aplicaciones), tampoco. En penetración de móviles inteligentes, España es tras Suecia el segundo país de la UE. El 68% de jóvenes posee smartphone y el 71% de internautas accede a diario a la red. Sin embargo, tanto los dispositivos como, sobre todo, los accesos a la red, son caros en España.
Más allá de poner las bases para que la existencia de internet en los hogares, en todos los hogares, llegue a ser un bien similar a la existencia de un televisor, pienso que los mayores esfuerzos deberían hacerse en la educación, en la escuela, en la Universidad. Sería de desear que en todas las instalaciones educativas nuestros niños y adolescentes finalizasen sus estudios de enseñanza primaria, cuánto más de la secundaria, plenamente alfabetizados en la imprescindible lectoescritura, en el inevitable lenguaje audiovisual y en todo lo que suponen los nuevos códigos tecnológicos e informacionales de los sistemas digitales, cada vez más necesarios. Este último tipo de alfabetización, la digital, debería permitir a quienes salen de la escuela una relación y participación con los otros miembros que pueblan la red, utilizando las herramientas apropiadas para cada tipo de actividad que se desee emprender
.http://www.elcultural.es/noticias/LETRAS/4346/Por_la_alfabetizacion_digital
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