Técnicas de apoyo emocional para hermanos de niños con Autismo
Enviado por: Autismo Diario el 15 abril, 2014.Guardado en Divulgación, Técnicas
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“Habilitar Sentimientos”
Los hermanos de personas con diversidad
funcional van creciendo al lado de su hermano, viviendo cada etapa, cada
duelo y cada alegría junto a toda la familia; y son testigos casi
omniscientes de lo que pasa a su alrededor. Cada hermano es único, y
cada modo particular de afrontar esta situación va a depender de
múltiples factores, como la edad, la cantidad de hermanos y personas que
conviven en la casa, el orden de nacimiento, la capacidad de
resiliencia individual y/o familiar, el tipo de diversidad y el estilo previo de afrontamiento de las crisis de cada familia, entre varios otros.
En esta oportunidad queríamos compartir
algunas generalidades que observamos a diario en consultorio y en
talleres para hermanos que hemos realizado y que creemos pueden ayudar a
pensar sobre estas cuestiones.
Los hermanos mayores
muchas veces toman un rol autoexigente, sumamente protector de su
hermano con diversidad funcional y a veces hasta de sus padres. Este rol
puede llevar a que éstos, en su intento de proteger a sus padres y a su
hermano, no puedan expresar realmente lo que les pasa, lo que piensan y
sienten. Se acostumbran a “no querer molestar a mamá y papá que ya
suficientes preocupaciones tienen” con su hermano. Suelen sobreadaptarse
a todo, y les cuesta manifestar sus necesidades y deseos.
También observamos que en muchos casos,
hermanos menores, suelen adaptarse un poco mejor que el mayor a la
diversidad funcional de su hermano. Quizás el hecho de haber nacido
después que la persona con diversidad funcional hace que se críen desde
un comienzo con esta realidad y la vivencien, en general, con más
naturalidad que los hermanos mayores. Pero esto no los exime de
preocupaciones, sentimientos y pensamientos continuos en relación a su
hermano. Todos los hermanos de personas con diversidad funcional los
tienen en mayor o menor medida. Los niños, igual que los adultos, frente
a esta circunstancia de la vida, se encuentran con sentimientos y
emociones contrapuestas, que si bien muchas ya existen en una relación
típica fraterna, muchas veces se intensifican frente a la presencia de
la diversidad funcional del hermano.
Sentimientos de amor y alegría por los
logros se contraponen con los de celos, culpa, vergüenza, preocupación,
sobre exigencia y enojo, entre otros. Estos últimos, los sentimientos
que comúnmente se llaman “negativos”, muchas veces son difíciles de ser
escuchados por los padres; y más aún, muchas veces los hermanos
prefieren no mencionarlos tal vez por sentir culpa.
¿Qué podemos hacer entonces? Creemos que una buena opción podría ser HABILITAR SUS SENTIMIENTOS.
Cuando hablamos de “habilitar
sentimientos”, nos referimos a dar lugar, espacio y tiempo a la
expresión de los sentimientos de los hermanos. Podría parecer algo
sencillo en la teoría, pero en la práctica los padres nos manifiestan
las dificultades que tienen en este sentido.
Significa, en principio, poner palabras a
aquellos sentimientos y emociones que aparecen pero “no se mencionan”.
Para intentar ser más precisos y claros compartimos algunos ejemplos de
situaciones concretas.
Situación 1
Tomás tiene 5 años y un diagnóstico de
autismo. El niño ingresa al cuarto de su hermana María, de 10 años, y le
rompe su cuaderno de dibujo sin estar ella presente. María llega a su
casa y se entera de lo sucedido. Comenta a sus padres lo que pasó muy
enojada.
Posibles respuestas a esta situación:
A) “Bueno… No se da cuenta, no lo hace apropósito… ¡Tienes que tenerle paciencia!”.
B) “¿Debes estar muy enojada, no? Yo en tu lugar lo estaría”. “Vamos a buscar una solución a este problema. A ver… “
La respuesta A) es una respuesta
entendible y natural, pero inhibe sin querer los sentimientos de María.
No se le está dando lugar ni permiso a la expresión. Se da por supuesto
que María debería comprender o aceptar que le rompan sus cosas porque
Tomás tiene una diversidad funcional.
En cambio, con la respuesta B) se le da
lugar a la expresión. Permite que María aprenda a poner en palabras sus
sentimientos. Los padres de María le transmiten empatía y seguridad de
que lo que ella siente, a pesar de ser un “sentimiento negativo”, está
bien sentirlo y no la hace mejor ni peor persona. Estas respuestas
suelen favorecer el diálogo entre padres e hijos.
Resaltamos de este ejemplo la
importancia de poner en palabras los sentimientos, llamarlos por su
nombre (“Debes estar muy enojada, no?”) porque estos modelos son los que
luego aprenden los niños para expresar todo lo que les pasa. Nos hemos
encontrado con muchos hermanos que al preguntarles qué sienten, no saben
expresar lo que les pasa. O cuando les preguntamos en qué oportunidades
se sienten enojados o tristes, ¡dicen no sentir nunca estas emociones!
Situación 2
Pablo tiene 16 años y su hermana Sofía
de 5 años tiene Síndrome de Down. Sofía, cada vez que vienen los amigos
de Pablo a la casa, grita y tira cosas para llamar su atención. Los
amigos de Pablo se ríen de la situación, pero a Pablo esto no le causa
ninguna gracia y le da mucha vergüenza. Al poco tiempo, deja de invitar a
sus amigos para evitar sentirse así delante de ellos. Sus padres lo
notan y al preguntarle qué pasa, Pablo les cuenta las razones reales.
Posibles respuestas a esta situación:
A) “No les des bolilla (…) si tus amigos
se ríen de lo que hace Sofía y no entienden lo que le pasa, no son
realmente buenos amigos (…)”.
B) “¡Me imagino cómo te sentirás cada
vez que Sofía hace eso! ¡A mí en tu lugar me daría mucha vergüenza
también! ¿Qué te parece si pensamos una buena solución juntos para que
no tengas que dejar de invitar a tus amigos a casa?
La respuesta A) inhibe los sentimientos
de Pablo, y de alguna manera estaría juzgando las amistades del
adolescente como malas elecciones de su parte. Este tipo de respuesta no
anula el “sentimiento negativo” que siente el hermano, sino que puede
despertar otro: la “culpa” por sentirlo.
Con la respuesta B) se habilita el
sentimiento de la vergüenza, tan característico de los hermanos al
llegar a la adolescencia. Esta respuesta, una vez más, es empática y da
seguridad a los hermanos de que es natural que surjan los “sentimientos
negativos” y de que no está mal sentirlos cuando pasan estas cosas.
Nos parece importante mencionar también,
que la mayoría de los adolescentes buscan “pertenecer” a un grupo,
entre otras cuestiones. Y el sentimiento de vergüenza del que recién
hablamos es natural, y en la mayoría de los casos, pasajero y no
significa que no quieran a su hermano. Es sólo una etapa que suele
desaparecer al concluir la adolescencia.
Habilitar sentimientos también es
escuchar y aceptar esos sentimientos que quizás no se comparten. Es
importante respetar su legitimidad viniendo de los hermanos. Poder hacer
esto, probablemente ayude a que los hermanos continúen contando lo que
les pasa en otras oportunidades.
Alentamos entonces a los padres a probar
esta alternativa de comunicación con sus hijos, sabiendo sin embargo
que no siempre es fácil, y que a pesar de sus esfuerzos pueden no
conseguir en todos los casos la respuesta esperada. Es importante que
consideren siempre la posibilidad de consultar o buscar ayuda con algún
profesional experto en el tema. Otra alternativa complementaria que
recomendamos es la de hablar con los hermanos sobre la posibilidad de
asistir a “talleres para hermanos de personas con diversidad funcional”.
Estos talleres ofrecen la oportunidad de encontrarse con pares que
viven situaciones y sentimientos similares. A través de actividades
lúdicas y de reflexión, se “habilitan estos sentimientos” de un modo
natural, espontáneo y sencillo.
Lic. Gabriela Leoni y Lic. Agustina Girard
Programa FADI
Twitter: @ProgramaFadi
Bibliografía consultada:- - Harris, Sandra. “Hermanos de niños autistas”. Editorial Alfaomega, 2003.
- - Núñez, Blanca. “Familia y Discapacidad: de la vida cotidiana a la teoría” – 1ª ed. 1a reimp. – Buenos Aires: Lugar Editorial, 2008.
- - Núñez, Blanca; Rodríguez, Luis Alberto. “Los hermanos de personas con discapacidad: Vivencias y apoyos” – 1ª ed. – Buenos Aires: Lugar Editorial, 2009. http://autismodiario.org/2014/04/15/tecnicas-de-apoyo-emocional-para-hermanos-de-ninos-con-autismo/
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