La biblioteca, el azar y los libros
Ir a la biblioteca, ¿resulta una actividad atractiva hoy en día? Ojalá. Durante toda mi infancia ha sido un lugar de enorme placer e intriga...
Ir a la biblioteca, ¿resulta una actividad atractiva hoy en día? Ojalá. Durante toda mi infancia ha sido un lugar de enorme placer e intriga. Debo agradecer a mi madre por mandarme a la biblioteca del Rotary cada vez que me acercaba a la cocina o su cuarto para decirle: “Estoy aburrida”.
Entonces caminaba dos cuadras hasta el lugar del silencio, donde le susurrabas a la bibliotecaria, donde apenas había tres o cuatro personas leyendo, unos extraídos del mundo. Experimentaba una sensación religiosa, conmovedora durante ese tiempo que estaba allí hasta que decidía qué libros me llevaría. Caminar entre las estanterías a ciegas, sin realmente saber qué elegir y quizás, con doce años, leer poemas de Thomas Dylan o A sangre fría , de Truman Capote; han sido torpezas, casualidades, elecciones que hice guiada por diseño de las portadas, intuiciones que me enamoraron de las palabras, de las palabras contando una historia, de las palabras como sensaciones. Que hoy en día escriba teatro, no cabe duda, tiene raíz en esa biblioteca, en volver a casa con libros en la mano imaginando miles de ficciones antes de acostarme a leerlos. En aquel entonces también pensé en ser bibliotecaria cuando fuera grande, pero no era parte del lugar lo que yo quería ser sino aquello que se contaba.
http://www.revistaenie.clarin.com/literatura/Silvia-Gomez-Giusto-biblioteca-azar-libros_0_1127287271.html
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