sábado, 15 de febrero de 2014

Génesis de la obra de Alberdi

Génesis de la obra de Alberdi

Lingüística. Elida Lois hizo la crítica genética de un libro muy particular del gran intelectual del siglo XIX.

Con la palabra cruzada en la garganta como una espada, con la prensa de Mitre en ataque, disputándole a Sarmiento una forma de educar y de poblar, Alberdi escribe. La herida que le deja su apoyo a Paraguay en la guerra de la Triple Alianza, la derrota en la batalla de Pavón, lo obligan a mirar la Argentina desde el exilio.
Su ánimo está en zona de tempestades hacia 1870, sus conflictos internos se derraman en una pluma que dibuja posiciones en el campo de combate. Su taller de escritura está abierto en la mano que tacha, que inventa personajes, que recurre a la ficción, al género burlesco para continuar el ritual del duelista.
La escritura es en Juan Bautista Alberdi un acto, una intervención política, su cuerpo en los cuarenta y cuatro años de ausencia de la escena nacional, su empeño por estar presente en la construcción de un país que después de la Revolución de Mayo debía conquistar su autonomía.
La herramienta defensiva consiste en hacerse visible en el texto como personaje mientras ensaya el rol de Luz del Día, mientras se viste de mujer para andar por los caminos de su patria en la figura siempre sospechosa de la verdad y hacer de la polémica una ficción. La composición actoral es la estrategia de comunicación de un hombre que busca contagiar el malestar crítico a una opinión pública lejana y tal vez envuelta en la caracterización de traidor que sus enemigos pregonan.
Peregrinación de Luz del Día representa el punto más alto de una explosión del yo que se disemina en conceptualizaciones y personajes.” Explica la investigadora Elida Lois “Hay retazos del yo de Alberdi en los personajes de Fígaro y en la promulgación de una Constitución que hace Don Quijote en la Patagonia ante un pueblo de carneros (una desgarradora parodia de las Bases ), y hay una autoficción manifiesta en el personaje de Luz del Día. Designa un tipo de ‘escritura del yo’ que se sitúa en las fronteras de la autobiografía, se cuela por los intersticios de diferentes géneros discursivos y convierte realidades en ficción, incorporando una estrategia de relaciones complejas entre autor real, autor implícito y narrador”.
El Archivo Alberdi es una capa arqueológica que permite desenterrar la multiplicidad de una escritura. En ese territorio de tensiones donde las municiones de la semántica y los verbos convierten cada papel en el fragmento de una película que se lee desde el presente, se internó la investigadora de la Universidad de San Martín, Elida Lois. En su edición crítico genética de Peregrinación de Luz del Día (UNSAM Edita) los borradores de Alberdi son un territorio dinámico, revelador de contradicciones pasadas que vuelven a estar en proceso. Allí surgen las marcas de escritura donde conviven materiales que en otro tipo de edición estarían suprimidos. Visualizar las condiciones de producción le permite al lector participar de una experiencia temporal, entrar en la cabeza y en las emociones del autor de las Bases, mientras se empeñaba en depurar un estilo.
“La edición crítica se propone ofrecer a la lectura un texto, la edición genética tiene por objetivo hacer leer pre-textos, presenta, exhaustivamente y siguiendo el orden cronológico de su aparición, los testimonios de una génesis escritural. Pero los documentos que se editan en la Serie Archivo Alberdi interesan también como textos, es por eso que son crítico-genéticas, dan protagonismo al texto, pero además brindan la información y los recursos imprescindibles para hacer leer génesis, se transcribe al margen del texto establecido, en cuerpo tipográfico menor, el proceso escritural previo.” Junto a la armadura de esos personajes alegóricos, extremos, Lois trabaja sobre los manuscritos de Alberdi para mostrar su pensamiento como el diálogo platónico de criaturas que lo cuestionan. Allí aparece un hombre dispuesto a corregirse, a responder ante la inminencia de los hechos, a las noticias que le llegan por carta, como si desmontara y volviera a ordenarse, una suerte de encuadramiento de sus pasiones. Lois se opone a la lectura lineal de un material envuelto en los cambios políticos y en la afirmación de un conocimiento nuevo, de otra palabra que nacerá en la reiteración y revisión de lo escrito.
“Los apéndices documentales divulgan también material inédito; en el primero se editan los significativos pasajes suprimidos por el autor y en el segundo, la primera recepción de la obra registrada en la correspondencia con sus allegados. Se trata de un concierto discordante donde los elogios sinceros alternan con reacciones indignadas o censuras explícitas pero cuyo tejido de implícitos delata el desconcierto generalizado que la obra produjo en el campo cultural contemporáneo. En una tercera etapa escritural hay reformulaciones que sólo pudieron realizarse en 1874, en vísperas de su impresión, son las que no se registran en los borradores conservados; tuvieron que hacerse sobre los originales que se enviaron a imprenta y están relacionadas con realineamientos políticos de las figuras satirizadas.” Lois sigue una huella fracturada que despliega rayos de luz en direcciones opuestas. La edición genética debe hacer legible un vestigio de escritura convertido en testimonio que permite reconstruir ese tiempo en el que Alberdi se postulaba como el intelectual consejero del príncipe. Además le asigna una fisonomía que se viste de los dolores y extrañamientos, de los impulsos que lo hicieron posible.
http://www.revistaenie.clarin.com/ideas/Genesis-obra-Alberdi_0_1081091903.html

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