Se trata de una muestra del destacado artista disidente de China. El atacante dijo que fue para denunciar la exclusión de la producción local en ese creciente circuito museístico.
El artista entró al museo, caminó directo a la obra del famoso artista chino disidente Ai Weiwei –con jarrones de cerámica de la dinastía Han–, tomó uno y lo estrelló contra el piso. Máximo Caminero –el “artista-rompe-vasijas”–, declaró que se trataba de una nueva forma de protesta: “Lo hice por aquellos artistas locales que nunca expusieron en museos aquí, en Miami. Se gastan muchos millones en artistas internacionales”. Ahí quedaba sobre el piso su pedido público: parte de la obra del chino, Colored Vases, eran fragmentos de cerámica de dos mil años de antigüedad, valuados en 1 millón de dólares.
El incidente ocurrió en la tarde del pasado domingo pasado, en el nuevo Museo de Arte Pérez de Miami (PAMM, sus siglas en inglés), y tuvo especial repercusión internacional: porque la obra que rompió Caminero y la exposición donde se encontraba, eran de Ai Weiwei: el artista chino más renombrado hoy y un fuerte activista opositor.
Debido a su posición crítica hacia el gobierno de su país y sus investigaciones, que dejaron al descubierto la corrupción del gobierno (especialmente un trabajo que realizó en torno al caso de la construcción deficiente de escuelas en la zona de Sichuán, que trajo como consecuencia, tras un terremoto en 2008, la muerte de unos 5 mil chicos), Ai Weiwei fue encarcelado en 2011 sin cargos formales. Después de unos 80 días detenido y gracias a la presión internacional, fue liberado. Entre sus últimas muestras se destaca la realizada en la Tate Modern de Londres, comisionada para la Serie Unilever, donde cubrió el Turbine Hall con un millón de semillas de girasol de cerámica, tan realistas que en una fotografía no se distinguen de las reales. El emblemático Weiwei fue seleccionado por Jorge Pérez (el dueño del PAMM es argentino, aunque se crió entre Cuba, Colombia y los Estados Unidos) para inaugurar su museo en Miami en diciembre pasado.
Tras la detención, el domingo, Caminero justificó su protesta y la destrucción de la obra en la que cerca de las vasijas se expone la serie de fotos en las que Weiwei se retrata a sí mismo rompiendo vasijas de cerámica; de hecho, argumentó haberse inspirado en las fotos de la obra Tirando al suelo una obra de la dinastía Han, de 1995, cuando el artista tenía 38 años. “Vi las fotos como una provocación de Ai Weiwei para unirme a él“, le dijo al semanario Miami New Times. Sin embargo, las obras del chino fueron creadas con la intención de estimular un debate en torno de “la autenticidad, el valor y el significado de obras de arte originales”, según explica el PAMM en su comentario de la muestra. El punto que señalaba Caminero no es el mismo que pretendía destacar Weiwei.
¿Cómo reaccionó el propio artista damnificado? “La protesta en sí misma puede ser válida, pero dañar la obra de otro es cuestionable”, tuiteó Ai Weiwei. Y agregó: “A menudo dañan mi obra porque es frágil, así que normalmente no le doy mucha importancia.” Los que deben de estar satisfechos son los artistas locales de Miami. Toda esta polvareda deja al descubierto su reclamo ante una ciudad “que se renueva pero que”, según ellos, “insiste en excluirlos”. El nuevo circuito de Miami quedó establecido en el arte internacional desde que, en 2002, comenzó a hacerse allí la feria Art Basel: se abrieron museos, pasan curadores importantes y la plaza gana notoriedad en el mercado del arte.
http://www.revistaenie.clarin.com/arte/Rompen-Ai-Weiwei-principal-Miami_0_1087691451.html
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