miércoles, 26 de febrero de 2014

Resistencia emocional

Resistencia emocional

Colectiva. En “Fortaleza”, Alex Kehayoglou, Florencia Temperley, Andrés Paredes y Agustín Sirai abordan la naturaleza desde perspectivas íntimas.

Ya en la vidriera, una mancha de verdes con la textura del musgo invita al confort de un refugio, donde la intimidad espanta los peligros de la calle. De cerca, la mancha es una alfombra de pura lana, tejida por Alexandra Kehayoglou y la primera manifestación visible de Fortaleza , la muestra colectiva que hasta el 20 de marzo se exhibe en Elsi del Río, la galería que ya cumplió diez años en Palermo.
Entre los artistas contemporáneos que se aproximan al mundo natural, la curadora Melisa Boratyn erigió esta Fortaleza con tres pilares más: los universos irreales de Florencia Temperley, construidos a partir de ramas, flores, piedras, en composiciones arbitrarias capturadas por la fotografía, donde finalmente permanecen; las “islas” de Agustín Sirai, pintadas en el centro de una tela en blanco, donde conviven los árboles vigorosos con los caídos y objetos que delatan de la civilización actual el paso del hombre; y la exuberante y delicada densidad de los calados en papel de Andrés Paredes, que funcionan como dispositivos de sombras, reflejos y color que impactan con la belleza con que la vegetación lo cubre todo en la selva mesopotámica, donde creció.
“La naturaleza está en la temática, también en el proceso de trabajo artesanal, súper vigente en el arte contemporáneo, pero con una vuelta más: porque todos hablan de su vida personal a través de sus obras”, explica Boratyn frente a una clásica silla de playa de madera. En lugar de una lona, la cubre una alfombra tejida en degradé que imita el horizonte marítimo y se desborda por lo bajo convirtiéndose en un objeto de bienestar (donde el día de la inauguración jugaron los niños). “Representan lugares de su pasado donde ella fue feliz, y casi siempre son bosques o playas”, agrega la curadora sobre la labor de Kehayoglou, heredera del oficio familiar e impulsora de un laboratorio de diseño y sustentabilidad, siempre con alfombras.
La marca del origen en Andrés Paredes abarca múltiples registros. Si la naturaleza del paisaje de Misiones parece la más evidente, se suman los motivos de la clínica donde trabajaba su padre cirujano y donde él mismo descubrió a través del microscopio la trama del mundo natural imperceptible. Igual de esquiva a simple vista es la iconografía personal de corazones, palabras y eventos que el artista introduce en los calados de su obra, basada en la técnica scherenschnitte que aprendió de una profesora alemana en la Universidad de Oberá, capital nacional del inmigrante. Paredes dibuja, pinta y escribe sobre papel –en sus obras más pequeñas– o sobre lonas vinílicas recicladas en el caso de sus grandes mariposas o libélulas de hasta seis metros de envergadura; ambos materiales que después se someten al trabajo manual con trinchetas, instancia en la que elige y descarta los diseños que quedarán, cuando la pieza esté pintada de ambos lados y sea “tomada por la naturaleza”, con la fuerza de la vegetación y el paso del tiempo contenidos.
“El factor de mi obra es la belleza, y rigurosa. Para llegar a esa armonía hay reglas básicas, una de ellas es la simetría”, explica el artista, de visita en la ciudad. Sus obras en esta muestra responden a una búsqueda sin apelar a ese recurso clásico, para dotar de densidad al ala de una chicharra (protagonista en Exuvia , la muestra que en estos días se exhibe en Posadas), y una serie de plantas autóctonas con sus bayas dulces que podría extenderse hasta el infinito y sin perder encanto ni equilibrio. “Ese efecto de enjambre es parecido al real, al que encontrás en la naturaleza”, asegura.
“En todos hay una manipulación consciente”, reflexiona Boratyn, repasando la obra de cada artista. Las maquetas de escala incalculable en la serie de las flores de Temperley dejan ver las costuras, mientras que en Perderse en el bosque , su árbol-silla en el centro de una reunión tribal de hojas como hombres ante el fuego sagrado, además de belleza hay soledad y aislamiento. Esa ambigüedad, en las pinturas de Sirai tiene contornos más definidos, si la elección es dejarse llevar por la meticulosidad del trazo de los objetos (armas, computadoras) desperdigados en el espacio, lo que sobreviene es una sensación angustiosa de abandono, sosegado pero implacable. “Habla de cosas del hombre moderno pero de manera muy sutil”, analiza la curadora, abrazando la idea del regreso a la naturaleza en el arte como vuelta al origen y búsqueda de lo bello; y de fortaleza en el sentido de entereza, es decir, la capacidad humana de sobrellevar las penalidades de la existencia.

FICHA:
Fortaleza
Lugar: Elsi del Río, Humboldt 1510.
Fecha: Hasta el 21 de marzo, martes a viernes de 14 a 20 y sábados y domingos de 11 a 15
Entrada: Gratis http://www.revistaenie.clarin.com/arte/Fortaleza-Alex-Kehayoglou-Florencia-Temperley-Andres-Paredes-Agustin-Siral_0_1089491080.html

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