31/03/2014 ENFOQUE
Internet, esa gran paradoja
Internet tiene grandes paradojas. Nos hizo más libres, aunque también más esclavos. Nos conecta a otras realidades y contenidos, aumentando nuestro conocimiento pero, al mismo tiempo, nos expone a mayor vigilancia y escrutinio, reduciendo nuestra intimidad y privacidad.Ricardo Trotti, periodista y escritor, Miami EEUU
La mayor paradoja quedó en evidencia luego que Estados Unidos, el país que creó, masificó y cuidó que Internet fuera libre y sin censura, lo desvirtuara tras usarlo como instrumento para espiar a los usuarios, dentro y fuera del país, justificando tácticas contraterroristas.
Cuando Edward Snowden reveló el alcance del programa de espionaje de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA), se sabía que las consecuencias no tardarían en llegar. Al principio, sus denuncias sirvieron para avergonzar al gobierno y así Barack Obama no tuvo más remedio que admitir culpas y disiparlas con una serie de regulaciones que prohiben espiar en forma indiscriminada, sin justificación u órdenes judiciales.
Ahora, sin embargo, las denuncias de Snowden cobraron otra dimensión, transformándose en un bumerán que pone en riesgo las cualidades innatas de Internet, tal como lo disfrutamos hasta hoy: Libre, global y abierto. Muchos países, aprovechando la pérdida de confianza en EEUU, reclaman con insistencia a Obama que deje el control y la administración de Internet en manos de un órgano gubernamental internacional.
Hábil en el juego geopolítico, el gobierno estadounidense contraatacó la semana pasada. Obama anunció que cederá la administración de Internet para 2015, año en que vence el contrato de su administrador de siempre, la ICANN, una agencia privada, autónoma y sin fines de lucro creada por las autoridades estadounidenses con ese fin. Lo más sorpresivo del anuncio fue que las discusiones sobre el traspaso comienzan en Singapur, antes de otra reunión convocada por la presidente brasileña, Dilma Rousseff.
De esta forma, EEUU no solo quiere descomprimir las críticas y la presión por su manipulación de Internet, sino neutralizar las pretensiones de Rousseff que buscará, en una reunión global en Sao Paulo en abril, que la administración termine en la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), dependiente de las Naciones Unidas. Rousseff tiene razones justificadas en su propuesta. Siendo aliada de EEUU, espiaron sus comunicaciones y mensajes, por lo que canceló una visita oficial a Obama y en la asamblea de la ONU lideró la moción de que el manejo de Internet no quede en EEUU.
La paradoja, sin embargo, es que mientras Brasil ofrece garantías para Internet otros Estados como China, Rusia, Cuba, Irán y Venezuela, han demostrado que para ellos la palabra administrar es sinónimo de controlar, restringir y censurar.
EEUU la tiene clara. Cederá la administración siempre sólo a un nuevo ente internacional, de carácter multilateral, privado, apolítico y autónomo de los gobiernos, muy lejos de la ONU y de los intereses de países opresores y censores, que también manipulan las discusiones sobre derechos humanos.
Puede ser que los gobiernos autoritarios insistan en restringir Internet, sin embargo, seguirán desafiados y desbordados por las nuevas tecnologías y los usuarios. Además, Internet que va camino a las cosas que se conectan entre sí -desde automóviles a refrigeradoras o de cámaras fotográficas a prendas de vestir será cada vez más difícil de controlar, paradójicamente, tanto para gobiernos como para usuarios.
"'INTERNET debe mantenerse privada, libre, global y abierta como se expendió a todas las regiones del mundo y para que prospere la creatividad, su innovación y el desarrollo económico.
Cuando Edward Snowden reveló el alcance del programa de espionaje de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA), se sabía que las consecuencias no tardarían en llegar. Al principio, sus denuncias sirvieron para avergonzar al gobierno y así Barack Obama no tuvo más remedio que admitir culpas y disiparlas con una serie de regulaciones que prohiben espiar en forma indiscriminada, sin justificación u órdenes judiciales.
Ahora, sin embargo, las denuncias de Snowden cobraron otra dimensión, transformándose en un bumerán que pone en riesgo las cualidades innatas de Internet, tal como lo disfrutamos hasta hoy: Libre, global y abierto. Muchos países, aprovechando la pérdida de confianza en EEUU, reclaman con insistencia a Obama que deje el control y la administración de Internet en manos de un órgano gubernamental internacional.
Hábil en el juego geopolítico, el gobierno estadounidense contraatacó la semana pasada. Obama anunció que cederá la administración de Internet para 2015, año en que vence el contrato de su administrador de siempre, la ICANN, una agencia privada, autónoma y sin fines de lucro creada por las autoridades estadounidenses con ese fin. Lo más sorpresivo del anuncio fue que las discusiones sobre el traspaso comienzan en Singapur, antes de otra reunión convocada por la presidente brasileña, Dilma Rousseff.
De esta forma, EEUU no solo quiere descomprimir las críticas y la presión por su manipulación de Internet, sino neutralizar las pretensiones de Rousseff que buscará, en una reunión global en Sao Paulo en abril, que la administración termine en la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), dependiente de las Naciones Unidas. Rousseff tiene razones justificadas en su propuesta. Siendo aliada de EEUU, espiaron sus comunicaciones y mensajes, por lo que canceló una visita oficial a Obama y en la asamblea de la ONU lideró la moción de que el manejo de Internet no quede en EEUU.
La paradoja, sin embargo, es que mientras Brasil ofrece garantías para Internet otros Estados como China, Rusia, Cuba, Irán y Venezuela, han demostrado que para ellos la palabra administrar es sinónimo de controlar, restringir y censurar.
EEUU la tiene clara. Cederá la administración siempre sólo a un nuevo ente internacional, de carácter multilateral, privado, apolítico y autónomo de los gobiernos, muy lejos de la ONU y de los intereses de países opresores y censores, que también manipulan las discusiones sobre derechos humanos.
Puede ser que los gobiernos autoritarios insistan en restringir Internet, sin embargo, seguirán desafiados y desbordados por las nuevas tecnologías y los usuarios. Además, Internet que va camino a las cosas que se conectan entre sí -desde automóviles a refrigeradoras o de cámaras fotográficas a prendas de vestir será cada vez más difícil de controlar, paradójicamente, tanto para gobiernos como para usuarios.
"'INTERNET debe mantenerse privada, libre, global y abierta como se expendió a todas las regiones del mundo y para que prospere la creatividad, su innovación y el desarrollo económico.
'http://www.diariodecuyo.com.ar/home/new_noticia.php?noticia_id=616000
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