27/03/2014 CEDIÓ EL AUTORRETRATO DEL PINTOR AL MUSEO PROVINCIAL DE BELLAS ARTES
El heredero del Franklin Rawson
Hoy presentan la obra que estaba en manos de Guillermo Castro Nieva, quien lo entregó en comodato. Desde Mendoza, dialogó con DIARIO DE CUYO.Estela Ruiz M. - Diario de Cuyo
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Data de 1838 y a comienzos de la década del "80 lo recibió en Buenos Aires, de manos de Yanatilde Herrera, ya fallecida. Sabiendo que no iba a tener descendencia, ella eligió que fuera su primo hermano, Guillermo Castro Nieva, quien lo conservara, para que quedara dentro del marco familiar. Con esa misión se lo llevó a Mendoza, donde vive. Un tiempo estuvo colgado en una de las paredes de su casa, pero al notar que iba estropeándose, decidió guardarlo. Así permaneció el único autorretrato que hizo Benjamín Franklin Rawson hasta hoy, cuando será presentado en sociedad en el Museo Provincial de Bellas Artes que lleva el nombre del pintor sanjuanino; al que Castro Nieva lo cedió a modo de comodato, gracias a la intervención de Guillermo Collado Madcur, quien dio con él y con la obra a través de la genealogía.
"El cuadro está en muy buenas manos. Buena parte de mi familia paterna es sanjuanina y San Juan me llama mucho sentimentalmente, así que todo fantástico', comentó ayer a DIARIO DE CUYO Castro Nieva, bisnieto de Justo Castro, exgobernador de la provincia, casado con Rosa Cardozo, única hija de Rosa Rawson, medio-hermana de Franklin Rawson. "Espero que algunos familiares que quedaron allá puedan ir, familias Villamayor y Zavalla... lo que pasa es que con el tiempo perdimos el contacto, pese a estar tan cerca', agregó Guillermo, quien, por algunos compromisos antes asumidos, no sabe si podrá asistir esta tarde al acto (ver aparte), que en principio había sido anunciado para la semana pasada, pero luego postergado por razones de fuerza mayor.
"Después de hablar con Collado, muy serio y estudioso; me pareció lo óptimo que el cuadro bendito fuera para aquellos lares, que es donde tiene que estar', comentó el poseedor de la obra, a quien su prima Yanatilde le contó algo de su historia. "Hasta entonces, de Franklin lo único que sabía era que se había dedicado a la pintura y hasta allí llegaba mi conocimiento. Pero además, el cuadro tenía pegado atrás un papelito, alguien había escrito algo de la historia de Franklin; y como soy licenciado en Ciencias Políticas y me encanta la historia, me puse a leer', se explayó el actual gerente en el Club Gimnasia y Esgrima de Mendoza.
"En un momento lo tuve colgado, pero sufría un deterioro importante, así que lo puse en una bolsa de nylon y lo guardé en casa. Jamás pensé en su valor económico, el valor es afectivo. Tener esa obra en la familia es tener una parte de la historia de lo que fuimos, sobre todo en una familia que no ha sido muy numerosa', destacó el mendocino, quien desconocía que era una pieza importante para la provincia.
"No sabía que había interés en él hasta que me contactaron', reconoce el heredero, quien tiene como deuda pendiente visitar el Museo Provincial de Bellas Artes, que podrá exhibir el autorretrato de forma permanente luego de su próxima restauración en Buenos Aires. "Me voy a tener que buscar un tiempito, apenas pueda voy a ir a recorrer el museo y las obras de Franklin, que como tiene que ser, tienen que estar ahí', agregó Castro Nieva, a quien un par de detalles de la obra le llamaron la atención. Uno es que no tuviera firma; y según la tradición oral, se debe a que en algún momento fue cortado, ya que era de cuerpo entero y asustaba a los niños de la casa en la que era exhibido. El otro, la divisa rojo punzó en el saco. "Me parece que el amigo era rosista... en algún momento voy a investigar un poco eso', sonríe.
"El cuadro está en muy buenas manos. Buena parte de mi familia paterna es sanjuanina y San Juan me llama mucho sentimentalmente, así que todo fantástico', comentó ayer a DIARIO DE CUYO Castro Nieva, bisnieto de Justo Castro, exgobernador de la provincia, casado con Rosa Cardozo, única hija de Rosa Rawson, medio-hermana de Franklin Rawson. "Espero que algunos familiares que quedaron allá puedan ir, familias Villamayor y Zavalla... lo que pasa es que con el tiempo perdimos el contacto, pese a estar tan cerca', agregó Guillermo, quien, por algunos compromisos antes asumidos, no sabe si podrá asistir esta tarde al acto (ver aparte), que en principio había sido anunciado para la semana pasada, pero luego postergado por razones de fuerza mayor.
"Después de hablar con Collado, muy serio y estudioso; me pareció lo óptimo que el cuadro bendito fuera para aquellos lares, que es donde tiene que estar', comentó el poseedor de la obra, a quien su prima Yanatilde le contó algo de su historia. "Hasta entonces, de Franklin lo único que sabía era que se había dedicado a la pintura y hasta allí llegaba mi conocimiento. Pero además, el cuadro tenía pegado atrás un papelito, alguien había escrito algo de la historia de Franklin; y como soy licenciado en Ciencias Políticas y me encanta la historia, me puse a leer', se explayó el actual gerente en el Club Gimnasia y Esgrima de Mendoza.
"En un momento lo tuve colgado, pero sufría un deterioro importante, así que lo puse en una bolsa de nylon y lo guardé en casa. Jamás pensé en su valor económico, el valor es afectivo. Tener esa obra en la familia es tener una parte de la historia de lo que fuimos, sobre todo en una familia que no ha sido muy numerosa', destacó el mendocino, quien desconocía que era una pieza importante para la provincia.
"No sabía que había interés en él hasta que me contactaron', reconoce el heredero, quien tiene como deuda pendiente visitar el Museo Provincial de Bellas Artes, que podrá exhibir el autorretrato de forma permanente luego de su próxima restauración en Buenos Aires. "Me voy a tener que buscar un tiempito, apenas pueda voy a ir a recorrer el museo y las obras de Franklin, que como tiene que ser, tienen que estar ahí', agregó Castro Nieva, a quien un par de detalles de la obra le llamaron la atención. Uno es que no tuviera firma; y según la tradición oral, se debe a que en algún momento fue cortado, ya que era de cuerpo entero y asustaba a los niños de la casa en la que era exhibido. El otro, la divisa rojo punzó en el saco. "Me parece que el amigo era rosista... en algún momento voy a investigar un poco eso', sonríe.
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