19/03/2014 PRESENTAN EL ÚNICO AUTORRETRATO DE FRANKLIN RAWSON
Al fin, cara a cara
Tras una investigación genealógica, el Mg. Guillermo Collado dio con la obra.Estela Ruiz M. - Diario de Cuyo
Durante años su paradero fue una incógnita. El único autorretrato que pintó el reconocido artista sanjuanino Guillermo Franklin Rawson -cuyo nombre lleva el Museo de Bellas Artes provincial- figuraba en todos los libros y hasta en Wikipedia; sin embargo, los especialistas no sabían dónde estaba. Fue el magister Guillermo Collado Madcur quien dio con la obra que data de 1838 y que se hallaba en manos de un descendiente mendocino que lo cedió a modo de comodato al Museo de Bellas Artes Franklin Rawson. Institución que lo presentará al público el viernes próximo y que luego lo enviará a Buenos Aires para su restauración. Pero lo interesante es que Collado -presidente del Centro de Genealogía y Heráldica de San Juan- llegó a esta verdadera joya justamente gracias a la Genealogía.
Todo comenzó con un par de libros. "Franklin Rawson: El pintor', de Rodolfo Trostiné, que señalaba como poseedor de este cuadro al Dr. Ataliva Herrera, por entonces residente en Buenos Aires; y "El coronel Juan de Dios Rawson' de Mariano Espina Rawson, que indicaba que el famoso autorretrato se hallaba en poder de descendientes de Rosa Rawson de Cardozo (medio hermana de Franklin Rawson, hija extramatrimonial del Dr. Amán Rawson y Rosa Castro Núñez). A partir de allí, fue rastreando y relacionando vínculos y descendencias, en un verdadero bosque de datos, hasta desembocar en el hombre indicado: Guillermo Castro Nieva (usa el doble apellido paterno), tataranieto de Rosa Rawson de Cardozo; quien recibió el cuadro de manos de su prima hermana Yanatilde Herrera Castro, hija de Ataliva Herrera.
"El año pasado consultamos a la Dra. Ana María Videla Vallée, miembro del Centro de Genealogía de Mendoza, y nos informó que conocía a Guillermo Castro Nieva (gerente en el Club Gimnasia y Esgrima de Mendoza) y que nos podía hacer contacto con él a la brevedad. Esto sucedió un día jueves. El viernes siguiente nos llamó Ana María desde el teléfono celular del propio Castro Nieva. Me presenté, le comenté como llegué a él y también de la existencia y revalorización del Museo Provincial de Bellas Artes de las obras de su patrono, en una muestra que se acababa de inaugurar; y de nuestra intención de localizar el autorretrato de este autor, que le da nombre al museo y que inspira la muestra en cuestión. Me respondió que el mencionado cuadro del Dr. Ataliva Herrera había pasado a su hija Yanatilde y que ésta última, al advertir que iba a fallecer sin descendencia, en Buenos Aires, en la década de 1980, se lo pasó a él, con la intención de que permaneciera en el seno de la familia', comentó Collado, fascinado con este logro. Y se explayó: "La semana siguiente, el 18 de diciembre, viajamos a Mendoza. Por la mañana nos contactamos telefónicamente con Castro Nieva, nos encontramos en su lugar de trabajo y en la tarde nos llevó el cuadro ya embalado. A la noche, regresamos a San Juan con el cuadro en las manos. En la Terminal nos esperaba el Lic. Juan José Arancibia', miembro del Centro de Genealogía y Heráldica de San Juan y de la Comisión de Amigos del Museo, quien -involucrado en la gran retrospectiva del pintor que se inauguró el año pasado- había invitado a Collado a dar una charla sobre la genealogía de la familia Rawson, que resultó el disparador para esta investigación y posterior hallazgo.
"Finalmente, fuimos al Museo, donde nos aguardaba el co-curador local de la muestra, magister Alberto Sánchez Maratta y allí lo dejamos en custodia', resumió Collado sobre el autorretrato que Guilllermo Castro Nieva (propietario, junto a su hermana Patricia, que vive en Tucumán) cedió a modo de comodato. Él mismo contó que en algún momento, la valiosa pieza no sólo fue cubierta por barniz, sino que además -se desconoce quién y cuándo lo hizo- fue mutilada.Originalmente era un autorretrato de cuerpo entero y se encontraba en el descanso de una escalera; pero como "asustaba a los niños de la familia', la recortaron.
Antes de su exhibición permanente, la obra será enviada a Buenos Aires para ser restaurada por el experimentado grupo Tarea de la Universidad Nacional San Martín, que ya ha trabajado con otras obras del artista local.
Todo comenzó con un par de libros. "Franklin Rawson: El pintor', de Rodolfo Trostiné, que señalaba como poseedor de este cuadro al Dr. Ataliva Herrera, por entonces residente en Buenos Aires; y "El coronel Juan de Dios Rawson' de Mariano Espina Rawson, que indicaba que el famoso autorretrato se hallaba en poder de descendientes de Rosa Rawson de Cardozo (medio hermana de Franklin Rawson, hija extramatrimonial del Dr. Amán Rawson y Rosa Castro Núñez). A partir de allí, fue rastreando y relacionando vínculos y descendencias, en un verdadero bosque de datos, hasta desembocar en el hombre indicado: Guillermo Castro Nieva (usa el doble apellido paterno), tataranieto de Rosa Rawson de Cardozo; quien recibió el cuadro de manos de su prima hermana Yanatilde Herrera Castro, hija de Ataliva Herrera.
"El año pasado consultamos a la Dra. Ana María Videla Vallée, miembro del Centro de Genealogía de Mendoza, y nos informó que conocía a Guillermo Castro Nieva (gerente en el Club Gimnasia y Esgrima de Mendoza) y que nos podía hacer contacto con él a la brevedad. Esto sucedió un día jueves. El viernes siguiente nos llamó Ana María desde el teléfono celular del propio Castro Nieva. Me presenté, le comenté como llegué a él y también de la existencia y revalorización del Museo Provincial de Bellas Artes de las obras de su patrono, en una muestra que se acababa de inaugurar; y de nuestra intención de localizar el autorretrato de este autor, que le da nombre al museo y que inspira la muestra en cuestión. Me respondió que el mencionado cuadro del Dr. Ataliva Herrera había pasado a su hija Yanatilde y que ésta última, al advertir que iba a fallecer sin descendencia, en Buenos Aires, en la década de 1980, se lo pasó a él, con la intención de que permaneciera en el seno de la familia', comentó Collado, fascinado con este logro. Y se explayó: "La semana siguiente, el 18 de diciembre, viajamos a Mendoza. Por la mañana nos contactamos telefónicamente con Castro Nieva, nos encontramos en su lugar de trabajo y en la tarde nos llevó el cuadro ya embalado. A la noche, regresamos a San Juan con el cuadro en las manos. En la Terminal nos esperaba el Lic. Juan José Arancibia', miembro del Centro de Genealogía y Heráldica de San Juan y de la Comisión de Amigos del Museo, quien -involucrado en la gran retrospectiva del pintor que se inauguró el año pasado- había invitado a Collado a dar una charla sobre la genealogía de la familia Rawson, que resultó el disparador para esta investigación y posterior hallazgo.
"Finalmente, fuimos al Museo, donde nos aguardaba el co-curador local de la muestra, magister Alberto Sánchez Maratta y allí lo dejamos en custodia', resumió Collado sobre el autorretrato que Guilllermo Castro Nieva (propietario, junto a su hermana Patricia, que vive en Tucumán) cedió a modo de comodato. Él mismo contó que en algún momento, la valiosa pieza no sólo fue cubierta por barniz, sino que además -se desconoce quién y cuándo lo hizo- fue mutilada.Originalmente era un autorretrato de cuerpo entero y se encontraba en el descanso de una escalera; pero como "asustaba a los niños de la familia', la recortaron.
Antes de su exhibición permanente, la obra será enviada a Buenos Aires para ser restaurada por el experimentado grupo Tarea de la Universidad Nacional San Martín, que ya ha trabajado con otras obras del artista local.
http://www.diariodecuyo.com.ar/home/new_noticia.php?noticia_id=614305
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