30/06/2014 REALIDAD
Nueva batalla de Angaco
Luis Eduardo Meglioli (*) http://diariodecuyo.com.ar/home/new_noticia.php?noticia_id=628924
Llaman mucho la atención los sucesos que tienen lugar en el departamento Angaco desde hace varios meses, a raíz de la disputa entre oficialistas y opositores por la presidencia del Concejo Deliberante. Y sorprende que el enfrentamiento se prolongue tanto tiempo, cuando se trata de una cuestión legal a resolver que debe continuar en su marco jurídico correspondiente, lejos de discusiones sobredimensionadas.
Los angaqueros están presenciando un entremés, antiquísimo género del Siglo de Oro español que se afianzó con el tiempo, y que trata de una pieza dramática jocosa en un solo acto que, como si gozara de éxito en este caso, se repite varias veces en los últimos sesenta días. El argumento es el mismo, aunque los protagonistas cambian, salen de escena, retornan y terminan transformando la actuación en un sainete, que es como se conoció luego el entremés. Aquellos personajes originales eran, curiosamente, alcaldes, alguaciles, soldados y otros hombres del folclore popular.
Hoy y aquí, en este departamento del centro-sur de la provincia, de casi 1.900 kilómetros cuadrados de superficie y más de 8 mil habitantes, según el último censo de octubre de 2010, los enfrentamientos en el Concejo parecen, con sincero respeto, la batalla moderna de Angaco, o como se le llama también, "la batallita deliberante'' de la Villa cabecera Del Salvador (a la luz y salvando distancias del recuerdo de aquella cruenta batalla de la guerra fraticida argentina entre unitarios y federales que tuvo lugar en Angaco en 1841). De gracioso no hay nada, y frente a ello el pueblo de Angaco demuestra su tradicional serenidad, a la espera de que sus ediles terminen de discutir un problema importante a resolver de manera urgente para que no se afecte la acción municipal.
Lejos de los nombres de los protagonistas, que no son necesarios en esta columna, síhay que reconocer la existencia de distintas interpretaciones que los concejales hacen de la Ley 8.231 que dispone que el presidente del órgano deliberativo debe ser siempre de la misma lista del Intendente. Y que nadie se ofenda, porque en todas partes secuecen habas, pero el actual conflicto soporta solo una reflexión: el espectáculo no es bueno para nadie y de mantenerse así por tiempo indeterminado el escenario del Concejo se convertirá en una pampa de salares, de las tantas que cubren la Depresión de la Travesía, como se conoce un sector inculto del territorio de Angaco. Mientras tanto, desde el sur, los sanmartinianos miran asombrados por la ventana; desde el este, los cauceteros ponen el oído sin creer lo que oyen, y desde el oeste los albardoneros rezan al Cristo de la puerta principal para que se acabe pronto el silencioso padecimiento de sus hermanos angaqueros.
En realidad, esta "batalla'' de Angaco de 2014 no es una batalla, pero tampoco es una discusión típica de representantes del pueblo. Sí se sabe que luce variados ingredientes: ambiciones, por un lado, una errónea interpretación de las normas vigentes por otro, y algo de escasa voluntad, probablemente, que hacen que la sesión más larga del Concejo Deliberante local, no se levante aún.
En este marco, cabe recordar que la historiadora Prof. Mag. Nora Inés Rodríguez (en "Aportes desde la Historia a la Revalorización del Patrimonio Cultural Sanjuanino'', Edit. FFHA), considera a todo el departamento como "pueblo histórico'', y señala también que "'originariamente constituía el 'Gran Valle de Angaco'' comprendiendo a los actuales departamentos de Albardón, San Martín y el propio Angaco. Su historia, además, "está enlazada con el mismo momento de la Fundación de San Juan''. De aquí se desprende que el 16 de marzo de 2016 Angaco deberá celebrar el bicentenario de su fundación. Puede que las actuales autoridades estén o que hayan sido reemplazadas, pero lo que debería tenerse en cuenta es que en el camino hacia los doscientos años los vecinos necesitan un mayor rigor en el espíritu de servicio que, no hay dudas, poseen los concejales del departamento, porque si no, no hubiesen sido elegidos por los angaqueros.
A quienes tenemos familiares y conocidos desde lejanos tiempos en el querido Angaco, nos llegan impresiones de molestia general entre los habitantes de distintos parajes del departamento, donde anclan las noticias no sólo por los medios de comunicación, sino también de boca a boca, y su tenor responde al vocero que las transmite. Así, surge que en El Bosque, La Puntilla, Punta del Monte, Campo de Batalla, San Isidro o Las Tapias, la gente no quiere mas riñas, sino "más trabajo''.
Alguien pensó en la Villa que si todos los vecinos le piden a la Difunta Teresa, venerada en la zona por sus milagros tras su vida y muerte en el siglo XIX, y en quien se conjugan leyenda, creencia y culto, podría lograrse que los concejales asistan juntos a su Oratorio, con la esperanza de que nunca más vuelvan a desunirse. "Porque Angaco no tiene tiempo que perder'', como dijo un anciano de la Villa cabecera, sentado en unbanco de la plaza principal, viendo pasar la secuencia de los actuales desencuentros y a la espera del último capítulo.
Los angaqueros están presenciando un entremés, antiquísimo género del Siglo de Oro español que se afianzó con el tiempo, y que trata de una pieza dramática jocosa en un solo acto que, como si gozara de éxito en este caso, se repite varias veces en los últimos sesenta días. El argumento es el mismo, aunque los protagonistas cambian, salen de escena, retornan y terminan transformando la actuación en un sainete, que es como se conoció luego el entremés. Aquellos personajes originales eran, curiosamente, alcaldes, alguaciles, soldados y otros hombres del folclore popular.
Hoy y aquí, en este departamento del centro-sur de la provincia, de casi 1.900 kilómetros cuadrados de superficie y más de 8 mil habitantes, según el último censo de octubre de 2010, los enfrentamientos en el Concejo parecen, con sincero respeto, la batalla moderna de Angaco, o como se le llama también, "la batallita deliberante'' de la Villa cabecera Del Salvador (a la luz y salvando distancias del recuerdo de aquella cruenta batalla de la guerra fraticida argentina entre unitarios y federales que tuvo lugar en Angaco en 1841). De gracioso no hay nada, y frente a ello el pueblo de Angaco demuestra su tradicional serenidad, a la espera de que sus ediles terminen de discutir un problema importante a resolver de manera urgente para que no se afecte la acción municipal.
Lejos de los nombres de los protagonistas, que no son necesarios en esta columna, síhay que reconocer la existencia de distintas interpretaciones que los concejales hacen de la Ley 8.231 que dispone que el presidente del órgano deliberativo debe ser siempre de la misma lista del Intendente. Y que nadie se ofenda, porque en todas partes secuecen habas, pero el actual conflicto soporta solo una reflexión: el espectáculo no es bueno para nadie y de mantenerse así por tiempo indeterminado el escenario del Concejo se convertirá en una pampa de salares, de las tantas que cubren la Depresión de la Travesía, como se conoce un sector inculto del territorio de Angaco. Mientras tanto, desde el sur, los sanmartinianos miran asombrados por la ventana; desde el este, los cauceteros ponen el oído sin creer lo que oyen, y desde el oeste los albardoneros rezan al Cristo de la puerta principal para que se acabe pronto el silencioso padecimiento de sus hermanos angaqueros.
En realidad, esta "batalla'' de Angaco de 2014 no es una batalla, pero tampoco es una discusión típica de representantes del pueblo. Sí se sabe que luce variados ingredientes: ambiciones, por un lado, una errónea interpretación de las normas vigentes por otro, y algo de escasa voluntad, probablemente, que hacen que la sesión más larga del Concejo Deliberante local, no se levante aún.
En este marco, cabe recordar que la historiadora Prof. Mag. Nora Inés Rodríguez (en "Aportes desde la Historia a la Revalorización del Patrimonio Cultural Sanjuanino'', Edit. FFHA), considera a todo el departamento como "pueblo histórico'', y señala también que "'originariamente constituía el 'Gran Valle de Angaco'' comprendiendo a los actuales departamentos de Albardón, San Martín y el propio Angaco. Su historia, además, "está enlazada con el mismo momento de la Fundación de San Juan''. De aquí se desprende que el 16 de marzo de 2016 Angaco deberá celebrar el bicentenario de su fundación. Puede que las actuales autoridades estén o que hayan sido reemplazadas, pero lo que debería tenerse en cuenta es que en el camino hacia los doscientos años los vecinos necesitan un mayor rigor en el espíritu de servicio que, no hay dudas, poseen los concejales del departamento, porque si no, no hubiesen sido elegidos por los angaqueros.
A quienes tenemos familiares y conocidos desde lejanos tiempos en el querido Angaco, nos llegan impresiones de molestia general entre los habitantes de distintos parajes del departamento, donde anclan las noticias no sólo por los medios de comunicación, sino también de boca a boca, y su tenor responde al vocero que las transmite. Así, surge que en El Bosque, La Puntilla, Punta del Monte, Campo de Batalla, San Isidro o Las Tapias, la gente no quiere mas riñas, sino "más trabajo''.
Alguien pensó en la Villa que si todos los vecinos le piden a la Difunta Teresa, venerada en la zona por sus milagros tras su vida y muerte en el siglo XIX, y en quien se conjugan leyenda, creencia y culto, podría lograrse que los concejales asistan juntos a su Oratorio, con la esperanza de que nunca más vuelvan a desunirse. "Porque Angaco no tiene tiempo que perder'', como dijo un anciano de la Villa cabecera, sentado en unbanco de la plaza principal, viendo pasar la secuencia de los actuales desencuentros y a la espera del último capítulo.
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