2007. Se lanza el Kindle. Mientras se debaten sus ventajas y defectos, los e-book siguen ganando usuarios.
Por Andres hax
El Kindle es el primer libro que te lee a ti mientras que tú lo
lees a él. Si uno usa ese dispositivo legalmente –es decir, conectado a
la red, consumiendo libros de Amazon.com, y utilizando sus servicios
(como el respaldo de tus anotaciones en sus servidores) estás bajo
vigilancia. El Kindle también es el primer libro que sólo puedes leer
después de firmar un contrato. Como todos estos contratos que hoy en día
firmamos sin pensar (como para abrir una cuenta en una red social o
cualquier servicio online gratis) el del Kindle parece inocuo. Pero no
lo es. Tu no eres el dueño de los libros digitales que compras en el
sitio de Amazon.com, simplemente has licenciado un permiso para leerlos.
No se pueden prestar. Tus hijos no los heredarán. Y Amazon reserva el
derecho de cambiar y modificar sus contenidos sin tu permiso. El Kindle
es parte del emergente Panóptico Digital. El truco de un panóptico es
que nunca sabes cuando estás siendo observado, pero sabes que en todo
momento puedes estar siendo observado. En el mundo del Panóptico Digital
resignamos la privacidad por la comodidad. Las consecuencias a largo
plazo de este trueque, para el individuo y la sociedad, están por verse.
Dicho esto, el Kindle –y dispositivos parecidos– también tienen algo
que fomenta la libertad que sólo pueden dar los libros. En la Argentina
de hoy, por ejemplo, es difícil, sino imposible, importar libros
extranjeros (tanto por los precios como por las restricciones
comerciales). El Kindle resuelve este dilema. También es cierto que se
puede usar el Kindle offline y en un espíritu anticapitalista. Hace poco
ocurrió un milagro y mi sobrino descubrió la lectura. Le regalé un
viejo Kindle mío cargado con casi 200 textos de clásicos bajados
legalmente del sitio gutenberg.org. Comprar estos libros hubiera costado
miles de dólares; encontrarlos hubiera llevado semanas. Si los lee
tendrá una educación digna de Borges. El eBook no es ni bueno o malo en
sí mismo. Es un reflejo del mundo actual, con sus enormes oportunidades y
sus nuevos sistemas de vigilancia digital, juntos.
http://www.revistaenie.clarin.com/ideas/tecnologia-comunicacion/libro-electronico-riesgos-oportunidades_0_1001299932.html
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