De La Ciénaga al museo
Las dejaron titanosaurios, del período cretácico en la localidad jachallera. Por Natalia Caballero
sábado, 28 de septiembre de 2013
La Ciénaga fue el refugio que mantuvo intactas las huellas de una manada de titanosaurios, una especie de dinosaurio del período cretácico, del único que no había registros en el territorio provincial. Para preservar las pisadas un grupo de especialistas enviados por la Dirección de Patrimonio tomaron moldes hace un año. Hoy esas réplicas serán exhibidas en los jardines del museo Mundo Dinosaurio que se está construyendo sobre calle España y serán las que darán la bienvenida a los visitantes que lleguen al increíble edificio.
Escondidas en el medio de la naturaleza estaban las huellas de los titanosaurios, una especie que pesaba aproximadamente 70 toneladas, medía entre 9 y 12 metros de altura y vivió hace 70 millones de años. Fueron dos geólogos que estaban trabajando para una consultora los que descubrieron las pisadas. Inmediatamente dieron aviso al INGEO (Instituto de Geología), quienes se encuentran a cargo del trabajo científico.
Tras el asombroso descubrimiento, la Dirección de Patrimonio envió un equipo de especialistas, liderado por Oscar Alcober. Los profesionales tomaron moldes de las huellas para preservarlas porque se encuentran ubicadas en una zona de crecientes. Encontrar pisadas tan bien preservadas es un milagro paleontológico porque no sólo implica que la naturaleza obre de una manera inusual sino que también haya habido especialistas que logren detectarlas en la inmensidad.
Para que una pisada se preserve es necesario que una vez dejada sea cubierta lo más rápidamente posible por una capa de sedimentos que la deje enterrada y la proteja de la erosión. Dicha huella enterrada podría sobrevivir hasta la actualidad y salir a la superficie a causa de algún proceso geológico, quedando a la vista lista para ser descubierta y estudiada.
Las pisadas serán exhibidas en el museo Mundo Dinosaurio y recibirán a los visitantes que lleguen al lugar. Otras tantas se colocarán en un centro de interpretación que se edificará en La Ciénaga con presupuesto de Bosques Nativos de la Nación. Para fomentar el ingreso de turistas a la reserva natural, el Ministro de Turismo, Dante Elizondo, contó que piensan colocar una corporación del titanosaurio, de 17 metros de altura, en el ingreso a la reserva natural.
Tomar los moldes de las huellas no fue una tarea simple. Uno de los primeros obstáculos fue llevar los elementos para realizar la toma de moldes al lugar donde están las pisadas. Para acceder al sitio hay que atravesar con una camioneta 4x4 13 kilómetros y luego realizar 2 más caminando. A pesar de las dificultades, los profesionales llegaron hasta con un andamio. Lo primero que hicieron fue limpiar las huellas y luego se tomaron los moldes. De esta forma se hicieron copias completas de todas las pisadas.
En la provincia se encontraron restos de dinosaurios del período triásico en Ischigualasto y del período jurásico en Mogna y Marayes. Sólo faltaba un hallazgo del cretácico para aseverar que en San Juan se desarrollaron y vivieron especies a lo largo de toda la era mesozoica. Por eso, hallar las pisadas permitió confirmar la existencia de dinosaurios de la dinastía de los gigantes en San Juan, correspondientes a dicho período.
La Directora del Área Protegida, Yanina Ripoll, contó que están impulsado que se preserven las huellas a través de la construcción de una especie de refugio, que evite que las crecientes afecten las pisadas y sean resguardadas por la eternidad.
La Ciénaga, un paraíso natural
El canto característico del benteveo rompe con el silencio que reina en la reserva natural. Los pájaros de pequeño tamaño se mueven en bandada y se destacan en el inmenso cielo de La Ciénaga, un área protegida de 10.000 hectáreas de extensión ubicada en el norte de Jáchal.
El ingreso al lugar no anticipa la belleza que uno encuentra tras la frondosa vegetación de tuscas, espinillos, retamos y añejos algarrobos. Formaciones rocosas de varios períodos geológicos se observan a simple vista, esta es una de las características que hace de La Ciénaga un sitio único en el mundo.
Los efectos de la erosión le han dado a las montañas aspectos extraños que remiten a un paisaje de otro mundo. En la reserva natural se forman bochas como las que componen la cancha de bochas de Ischigualasto.
La Ciénaga fue bautizada con el nombre santuario de las aves por la gran cantidad de especies que habitan la zona. Desde zorzales, halcones y picaflores hasta los famosos benteveos, una especie emblemática ya que cuando en el 2005 se declaró a la zona área protegida prácticamente no quedaban estos pájaros por la acción de los cazadores y hoy ha vuelto a ser la comunidad de aves más numerosa del lugar.
En las interminables tierras se encuentran también zorros, liebres europeas, chinchillones y hasta pumas. A pesar de que la reserva es muy grande nunca se detectó la presencia de cazadores furtivos.
El río Huaco atraviesa La Ciénaga, formando canales de agua no muy anchos pero sí intrépidos. Aunque el agua no es apta para el riego, es un atractivo para los turistas que llegan a La Ciénaga. Según los registros, en los fines de semana suelen ir entre 50 y 60 personas. La cifra récord de visitantes fue lograda en Semana Santa cuando más de 300 personas acamparon en la reserva.
El tiempo parece detenerse en La Ciénaga. El canto de los pájaros y el increíble paisaje sumergen al visitante a un viaje único en el que la naturaleza es la gran protagonista.
La jaula rescatista
Por mes llegan a la jaula voladora de La Ciénaga entre 15 y 20 aves capturadas en allanamientos realizados por los inspectores de la Secretaría de Medio Ambiente. El estado en el que llegan los pájaros es lamentable, generalmente la mitad se muere a las 72 horas siguientes. Al resto, se las alimenta y se les ejercitan las alas para que vuelvan a volar. Cuando están repuestas se las deja en libertad.
La jaula se denomina voladora porque es muy grande y adentro las aves pueden ejercitarse y volar. Próximamente trasladarán la jaula al lado del refugio de la reserva natura
http://www.tiempodesanjuan.com/notas/2013/9/28/preservaran-huellas-dinosaurios-eslabon-perdido-40479.asp
Escondidas en el medio de la naturaleza estaban las huellas de los titanosaurios, una especie que pesaba aproximadamente 70 toneladas, medía entre 9 y 12 metros de altura y vivió hace 70 millones de años. Fueron dos geólogos que estaban trabajando para una consultora los que descubrieron las pisadas. Inmediatamente dieron aviso al INGEO (Instituto de Geología), quienes se encuentran a cargo del trabajo científico.
Tras el asombroso descubrimiento, la Dirección de Patrimonio envió un equipo de especialistas, liderado por Oscar Alcober. Los profesionales tomaron moldes de las huellas para preservarlas porque se encuentran ubicadas en una zona de crecientes. Encontrar pisadas tan bien preservadas es un milagro paleontológico porque no sólo implica que la naturaleza obre de una manera inusual sino que también haya habido especialistas que logren detectarlas en la inmensidad.
Para que una pisada se preserve es necesario que una vez dejada sea cubierta lo más rápidamente posible por una capa de sedimentos que la deje enterrada y la proteja de la erosión. Dicha huella enterrada podría sobrevivir hasta la actualidad y salir a la superficie a causa de algún proceso geológico, quedando a la vista lista para ser descubierta y estudiada.
Las pisadas serán exhibidas en el museo Mundo Dinosaurio y recibirán a los visitantes que lleguen al lugar. Otras tantas se colocarán en un centro de interpretación que se edificará en La Ciénaga con presupuesto de Bosques Nativos de la Nación. Para fomentar el ingreso de turistas a la reserva natural, el Ministro de Turismo, Dante Elizondo, contó que piensan colocar una corporación del titanosaurio, de 17 metros de altura, en el ingreso a la reserva natural.
Tomar los moldes de las huellas no fue una tarea simple. Uno de los primeros obstáculos fue llevar los elementos para realizar la toma de moldes al lugar donde están las pisadas. Para acceder al sitio hay que atravesar con una camioneta 4x4 13 kilómetros y luego realizar 2 más caminando. A pesar de las dificultades, los profesionales llegaron hasta con un andamio. Lo primero que hicieron fue limpiar las huellas y luego se tomaron los moldes. De esta forma se hicieron copias completas de todas las pisadas.
En la provincia se encontraron restos de dinosaurios del período triásico en Ischigualasto y del período jurásico en Mogna y Marayes. Sólo faltaba un hallazgo del cretácico para aseverar que en San Juan se desarrollaron y vivieron especies a lo largo de toda la era mesozoica. Por eso, hallar las pisadas permitió confirmar la existencia de dinosaurios de la dinastía de los gigantes en San Juan, correspondientes a dicho período.
La Directora del Área Protegida, Yanina Ripoll, contó que están impulsado que se preserven las huellas a través de la construcción de una especie de refugio, que evite que las crecientes afecten las pisadas y sean resguardadas por la eternidad.
La Ciénaga, un paraíso natural
El canto característico del benteveo rompe con el silencio que reina en la reserva natural. Los pájaros de pequeño tamaño se mueven en bandada y se destacan en el inmenso cielo de La Ciénaga, un área protegida de 10.000 hectáreas de extensión ubicada en el norte de Jáchal.
El ingreso al lugar no anticipa la belleza que uno encuentra tras la frondosa vegetación de tuscas, espinillos, retamos y añejos algarrobos. Formaciones rocosas de varios períodos geológicos se observan a simple vista, esta es una de las características que hace de La Ciénaga un sitio único en el mundo.
Los efectos de la erosión le han dado a las montañas aspectos extraños que remiten a un paisaje de otro mundo. En la reserva natural se forman bochas como las que componen la cancha de bochas de Ischigualasto.
La Ciénaga fue bautizada con el nombre santuario de las aves por la gran cantidad de especies que habitan la zona. Desde zorzales, halcones y picaflores hasta los famosos benteveos, una especie emblemática ya que cuando en el 2005 se declaró a la zona área protegida prácticamente no quedaban estos pájaros por la acción de los cazadores y hoy ha vuelto a ser la comunidad de aves más numerosa del lugar.
En las interminables tierras se encuentran también zorros, liebres europeas, chinchillones y hasta pumas. A pesar de que la reserva es muy grande nunca se detectó la presencia de cazadores furtivos.
El río Huaco atraviesa La Ciénaga, formando canales de agua no muy anchos pero sí intrépidos. Aunque el agua no es apta para el riego, es un atractivo para los turistas que llegan a La Ciénaga. Según los registros, en los fines de semana suelen ir entre 50 y 60 personas. La cifra récord de visitantes fue lograda en Semana Santa cuando más de 300 personas acamparon en la reserva.
El tiempo parece detenerse en La Ciénaga. El canto de los pájaros y el increíble paisaje sumergen al visitante a un viaje único en el que la naturaleza es la gran protagonista.
La jaula rescatista
Por mes llegan a la jaula voladora de La Ciénaga entre 15 y 20 aves capturadas en allanamientos realizados por los inspectores de la Secretaría de Medio Ambiente. El estado en el que llegan los pájaros es lamentable, generalmente la mitad se muere a las 72 horas siguientes. Al resto, se las alimenta y se les ejercitan las alas para que vuelvan a volar. Cuando están repuestas se las deja en libertad.
La jaula se denomina voladora porque es muy grande y adentro las aves pueden ejercitarse y volar. Próximamente trasladarán la jaula al lado del refugio de la reserva natura
http://www.tiempodesanjuan.com/notas/2013/9/28/preservaran-huellas-dinosaurios-eslabon-perdido-40479.asp
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