Grande es tajante: "Con una tasa de
desempleo cercana al 27 por ciento en España —la gente no va al cine, ni
a restoranes ni a tiendas, paga el colegio de sus hijos y ya— nos
enfocamos más en América y con mucha expectativa en Argentina, un país
con gran interés lector y un público interesado en la cultura".
En diálogo con Télam explicó que "como resultado de las dificultades en la importación de libros, con cupos que se redujeron y la falta de títulos fundamentales, Siruela decidió imprimir en Argentina cuatro autores que reclamaba el mercado -Italo Calvino, Jostein Gaarder, Clarice Lispector y Cees Nooteboom- logrando muy buena calidad de impresión y que los títulos vendan".
"Aunque ahorremos en logística los costos de producción no se reducen pero conseguimos permanecer en un mercado que nos interesa mucho: América suma un tercio de la facturación total de Siruela y Argentina cerca de un décimo", señala la directora del sello que en el país distribuye Grupal.
Estas modificaciones en la gestión editorial generan complicaciones de otro tipo, como "asimilar un sistema de trabajo diferente".
Muchos autores no aprueban que su libro se imprima fuera del territorio en que firmaron contrato, "habituados a trabajar con sellos que tienen un sólo idioma para un sólo país —detalló la editora—, y Siruela está comprando derechos en español para vender en España por un lado y en Argentina y México por el otro, donde los costos sí son menores".
La editorial "una empresa cultural independiente económicamente de grandes grupos, y libre para decidir su catálogo si bien otras realidades definen lo posible dentro de la edición", se instaló en el predio de avenida Sarmiento 4201 con la intensión de mostrarse y hallar jóvenes escritores locales para sumar a su catálogo.
El sello ya cuenta entre sus filas con Elsa Osorio, elegida por "su escritura emocional", y con Ernesto Mallo, "un autor policíaco como los de antes, que te hace vivir el desgarro de sus personajes y muy argentino, una cultura con la que España se siente muy afín. Es como vernos del otro lado del espejo. Los españoles de América..., nuestro espacio mítico", describió Grande.
Respecto del futuro de la edición, sintetizó: "En España hay dos crisis, una es esa inconsistencia económica que afecta al consumo en general y arrastra a todos, y por tanto a la venta de libros y toda la industria editorial; y la otra producida por la piratería digital".
"El incremento de venta de aparatos lectores, como ipads y readers, es exponencialmente más alto que el de descargas digitales legales -denunció-, y aunque perfectamente podría elaborarse una legislación de control no ocurre porque sería antipopular; y a esto suma que en España el IVA al libro en papel es del 4% mientras que al digital se aplica 21% encareciendo los precios esperados por el usuario" que, de esta manera, prefiere una descarga ilegal.
A su entender, más allá de una idiosincrasia abierta y pública de una Web que tiene sus propias reglas, esto responde a que "falta educación, a nuestros jóvenes nadie les ha dicho eso es robar".
"Es legítimo aplicar a las versiones digitales los costes del trabajo editorial y es muy difícil vender un e-book a 1,50 euros", dijo.
"Países con otra conciencia social, como los del norte de Europa, tienen un sistema educativo que logró que sus jóvenes no pirateen y en Francia, por ejemplo, detectan desde qué ordenador pirateas y te cortan la conexión, tampoco sé cuánto sirve eso, pero somos latinos y por algún motivo este tipo de cosas se entienden diferente", sonríe.
Los editores tendrán que ver si este contexto "les compensa publicar e-books, muchos costos, por no decir todos, son absorbidos por el libro en papel, por lo que consideran esa ganancia como un añadido, pero las descargas son mínimas, un promedio de 300 por título en dos años, fuera de las compras institucionales que llegaron a las 20.000", cuando se trata de textos escolares comprados por el Estado.
Grande reconoció que "es un dinero que no ha costado mucho producir pero que modifica el negocio tal como lo entendemos ahora, lo digital replanteará muchas de sus variables y términos en un sentido que al presente no puedo vislumbrar".
"Nos pasamos 10 años hablando que venía el libro digital, por fin llegó hace año y medio y, en términos porcentuales el incremento del negocio es bestial —si vendiste un e-book hace un año y ahora dos tuviste un incremento del 100 por 100— pero en términos reales es nada", ejemplificó sin perder las esperanzas: "En Estados Unidos, que nos lleva más o menos tres años de ventaja, hay grandes editoriales cuya venta on-line alcanza el 30 por ciento de la recaudación total".
http://www.eltribuno.info/jujuy/
En diálogo con Télam explicó que "como resultado de las dificultades en la importación de libros, con cupos que se redujeron y la falta de títulos fundamentales, Siruela decidió imprimir en Argentina cuatro autores que reclamaba el mercado -Italo Calvino, Jostein Gaarder, Clarice Lispector y Cees Nooteboom- logrando muy buena calidad de impresión y que los títulos vendan".
"Aunque ahorremos en logística los costos de producción no se reducen pero conseguimos permanecer en un mercado que nos interesa mucho: América suma un tercio de la facturación total de Siruela y Argentina cerca de un décimo", señala la directora del sello que en el país distribuye Grupal.
Estas modificaciones en la gestión editorial generan complicaciones de otro tipo, como "asimilar un sistema de trabajo diferente".
Muchos autores no aprueban que su libro se imprima fuera del territorio en que firmaron contrato, "habituados a trabajar con sellos que tienen un sólo idioma para un sólo país —detalló la editora—, y Siruela está comprando derechos en español para vender en España por un lado y en Argentina y México por el otro, donde los costos sí son menores".
La editorial "una empresa cultural independiente económicamente de grandes grupos, y libre para decidir su catálogo si bien otras realidades definen lo posible dentro de la edición", se instaló en el predio de avenida Sarmiento 4201 con la intensión de mostrarse y hallar jóvenes escritores locales para sumar a su catálogo.
El sello ya cuenta entre sus filas con Elsa Osorio, elegida por "su escritura emocional", y con Ernesto Mallo, "un autor policíaco como los de antes, que te hace vivir el desgarro de sus personajes y muy argentino, una cultura con la que España se siente muy afín. Es como vernos del otro lado del espejo. Los españoles de América..., nuestro espacio mítico", describió Grande.
Respecto del futuro de la edición, sintetizó: "En España hay dos crisis, una es esa inconsistencia económica que afecta al consumo en general y arrastra a todos, y por tanto a la venta de libros y toda la industria editorial; y la otra producida por la piratería digital".
"El incremento de venta de aparatos lectores, como ipads y readers, es exponencialmente más alto que el de descargas digitales legales -denunció-, y aunque perfectamente podría elaborarse una legislación de control no ocurre porque sería antipopular; y a esto suma que en España el IVA al libro en papel es del 4% mientras que al digital se aplica 21% encareciendo los precios esperados por el usuario" que, de esta manera, prefiere una descarga ilegal.
A su entender, más allá de una idiosincrasia abierta y pública de una Web que tiene sus propias reglas, esto responde a que "falta educación, a nuestros jóvenes nadie les ha dicho eso es robar".
"Es legítimo aplicar a las versiones digitales los costes del trabajo editorial y es muy difícil vender un e-book a 1,50 euros", dijo.
"Países con otra conciencia social, como los del norte de Europa, tienen un sistema educativo que logró que sus jóvenes no pirateen y en Francia, por ejemplo, detectan desde qué ordenador pirateas y te cortan la conexión, tampoco sé cuánto sirve eso, pero somos latinos y por algún motivo este tipo de cosas se entienden diferente", sonríe.
Los editores tendrán que ver si este contexto "les compensa publicar e-books, muchos costos, por no decir todos, son absorbidos por el libro en papel, por lo que consideran esa ganancia como un añadido, pero las descargas son mínimas, un promedio de 300 por título en dos años, fuera de las compras institucionales que llegaron a las 20.000", cuando se trata de textos escolares comprados por el Estado.
Grande reconoció que "es un dinero que no ha costado mucho producir pero que modifica el negocio tal como lo entendemos ahora, lo digital replanteará muchas de sus variables y términos en un sentido que al presente no puedo vislumbrar".
"Nos pasamos 10 años hablando que venía el libro digital, por fin llegó hace año y medio y, en términos porcentuales el incremento del negocio es bestial —si vendiste un e-book hace un año y ahora dos tuviste un incremento del 100 por 100— pero en términos reales es nada", ejemplificó sin perder las esperanzas: "En Estados Unidos, que nos lleva más o menos tres años de ventaja, hay grandes editoriales cuya venta on-line alcanza el 30 por ciento de la recaudación total".
http://www.eltribuno.info/jujuy/
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