sábado, 1 de marzo de 2014

Lecturas de subterráneo

Lecturas de subterráneo

Es una idea sencilla, claro, pero una idea al fin. Desde hace un tiempo hay alguien que además de espiar el libro que lee la persona que se ha sentado a su lado en el subte, cosa por demás frecuente, se empecina en descubrir cuál es el título y el autor, pero además le toma una fotografía que luego sube a un tumblr y a una cuenta de Twitter (@sublecturas) en la que por el momento tiene poco menos de 200 seguidores, algunos editoriales, algunos periodistas y pare de contar.
Un breve recorrido por los tuits de esta cuenta permite darse una idea de cuáles son los libros que circulan, que andan de mano en mano, que van y vienen de casa al trabajo o la facultad, libros compañeros que ayudan a bancar el viaje diario o libros necesarios.
De cada cinco lecturas registradas por la cuenta, una es de un libro de ensayo, o una biografía, alguna vez una guía y otras un manual, incluso una ley; las otras cuatro pertenecen a libros de ficción. Si aparece un Malcomidos , de Soledad Barruti, aparecen varios de Haruki Murakami ( Kafka en la orilla y Tokio Blues ); y algunos de Michel Houellebecq ( Las partículas elementales y El mapa y el territorio ). Los títulos que más se repiten son los de la trilogía erótica Cincuenta sombras de Grey , de E. L. James y los best-séllers de Dan Brown ( Inferno y El Código Da Vinci ). Hay mucho Nora Roberts, Sidney Sheldon y Agatha Christie. Entre los locales la que pisa más fuerte es Florencia Bonelli con su trilogía Caballo de fuego , seguida por Florencia Canale.
Pero eso no es todo, vale decir que aparecen también La muerte del polilla y otros cuentos, de Virginia Woolf; Nuestro hombre en La Habana , de Graham Greene; La peste , de Albert Camus; El Tercer Reich , de Roberto Bolaño; Inés y la alegría , de Almudena Grandes; El cementerio de Praga , de Umberto Eco, Crimen y castigo , de Fedor Dostoievsky y Trópico de cáncer , de Henry Miller.
De las letras locales han sido registradas por @sublecturas ejemplares de Adán Buenosayres , de Leopoldo Marechal; Abaddón el exterminador , de Ernesto Sabato;Clases de literatura , de Julio Cortázar; Cuentos completos y Los pichiciegos , de Fogwill;De un mundo a otros , de Adolfo Bioy Casares y hasta Lumbre , de Hernán Ronsino.
Mención especial para La voluntad , de Eduardo Anguita y Martín Caparrós, que aparece más de una vez en manos de los pasajeros.
Es una muestra caprichosa probablemente, pero una muestra al fin. Estos son, aquí están, algunos de los libros y autores que andan en las manos de aquellos hombres y mujeres que viajan en subte atados a una historia. Hay entre los tuits de esta cuenta, una mayoría de mujeres lectoras, tal vez porque efectivamente son más, tal vez porque captan con mayor atención la mirada de quien sea que administra la cuenta.

Encuentro 
Una década de literatura en vivo 

“Si de algo estamos orgullosos es de seguir asistiendo al silencio que ocurre cuando un autor lee un buen texto y el público lo escucha con fascinación, porque ha quedado capturado en el hechizo literario”, dicen Clara Anich, Yair Magrino, Nicolás Hochman y Edgardo Scott, integrantes del Grupo Alejandría, que este miércoles –5 de marzo a las 18.30 en Malba (Figueroa Alcorta 3415)– celebra diez años de encuentros y literatura en vivo con una mesa que integrarán Martín Kohan, Elsa Drucaroff, Sylvia Iparraguirre, Ricardo Romero y Silvia Hopenhayn, y que cerrará la escritora Hebe Uhart, como no podía ser de otra manera, con una lectura.
Tal vez no suceda con todos los textos, pero muchos al ser leídos a viva voz se elevan como rascacielos dorados, salen del papel e inundan las salas, se apropian del aire y cambian el clima; y si, además, la voz que los habita es la de quien los ha concebido, entonces son capaces de un oleaje arrollador.
El grupo Alejandría nació a fines de 2004 y, como muchos otros, apostó a ese ritual de reunión y de intercambio entre autores y lectores. Buena parte de los nombres de la literatura argentina han tenido sus lecturas en el grupo, desde Andrés Rivera, Martín Kohan, Leónidas Lamborghini, Edgardo Cozarinsky, Liliana Heker a Oliverio Coelho, Pablo Ramos, Fabián Casas y Samanta Schweblin.

Teatro 
Todo sobre mi madre
Esta es la historia de una mujer que un día echó su vida por la ventana, abandonó a sus tres hijos, se prostituyó, consumió drogas y vivió en la calle por dos años. Es la historia de la madre de la actriz y directora brasileña Talita Braga y es ella, su hija, quien la narra, poniéndose en el lugar de su madre en el biodrama Las rosas del jardín de Zula , que este miércoles 5 de marzo a las 21 realizará una única función en Buenos Aires, en el Teatro El Extranjero (Valentín Gómez 3378).
“Yo quería contar la historia de una mujer que abandonó a sus hijos, se prostituyó, vivió en la calle y, sin embargo, fue capaz de reconstruir su vida y nunca perdió su dignidad. Siempre quise mostrar que detrás de una actitud tan extrema y, para algunos, condenable, existe una humanidad que me interesa, una fuerza, un misterio”, cuenta Braga que en julio de 2010 armó junto a Andréia Quaresma, en Belo Horizonte, la compañía de teatro documental Zula.
Braga cuenta que descubrió que llevar a escena la historia de su madre, la suya propia, y hacerlo declarando su involucramiento potenciaba el hecho artístico y era, al tiempo, un acto de amor. “Yo siento fascinación por las personas que salen de los límites y consiguen volver para contar lo que vivieron. Así ocurrió con mi madre”, concluye.
http://www.revistaenie.clarin.com/literatura/sublecturas-Lecturas_de_subterraneo_0_1093690674.html

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