Muy reciente hemos celebrado el Día
internacional del Libro cuyo objetivo es el de fomentar la lectura e
impulsar la industria editorial y la protección de la propiedad
intelectual por medio de los derechos de autor. Pero el libro no ha sido
siempre como lo conocemos hoy día.
Como todos sabemos, la Historia comienza
con la invención de la escritura. Los primeros sistemas de escritura se
sitúan en el inicio de la Edad de Bronce, en la última mitad del IV
milenio a.C. en Sumeria (Sistema de escritura mesopotámica original -ca.
3500 a. C.-). Sin embargo, hay que tener en cuenta que estas primeras
escrituras no pueden considerarse como una invención espontanea y que,
por tanto, debieron existir testimonios escritos anteriores.
Estos sistemas se denominan protoescritura y se basan en la utilización de símbolos ideográficos
que efectivamente transmitían información pero que no tenían una
relación lingüística directa. Estos sistemas tempranos tienden a
situarse en el VII milenio a.C.
Pero ¿Cuál era el soporte en el que se representaban estas primeras escrituras?
Parece
que la arcilla es el material sobre el que se conserva la escritura más
antigua, lo cual facilitó la aparición de la alfarería. Esto se
entiende fácilmente si atendemos a los soportes de algunas
protoescrituras, como por ejemplo las pinturas rupestres.
Así pues, las placas de arcilla solían
ser muy finas, generalmente cuadradas y de esquinas redondeadas. El
proceso por el cual se grababa la escritura sobre estas era inscribir
con una cuña de metal, marfil o madera cuando aún estaban húmedas y
blandas, lo cual le dio el nombre de escritura cuneiforme (del latín cuneus, cuña).
Sin embargo, y a pesar de que este
material era pesado, de difícil transporte y muy frágil también se
utilizó como instrumento de expresión literaria: En Nínive
fueron encontradas cerca de 25.000 tablillas que datan del siglo VII
a.C., y que consistían en literatura épica e interpretaciones de
augurios principalmente. Era la biblioteca del rey de Asiria Asurbanipal de Nínive.
Este es el panorama que encontramos en
Europa, concretamente en Mesopotamia, pero que por estas fechas no era
único en el mundo. En la antigua China la variedad de soportes que
contenían su escritura fue mucho más variada: podemos encontrar desde plastrones de tortuga a huesos de diferentes animales grabados con cuchillos.
Pero los primeros libros de China
reconocibles propiamente como tales eran unas tiras o tablillas de bambú
o de madera sobre las que se escribía con pinceles y tinta y se ataban
con un cordel para mantener el orden. Reciben el nombre de jiance y fueron empleados en el siglo VI a.C.
Los jiance precederían a los libros de seda, llamados boshu, aunque otras fuentes apuntan a que la utilización de la seda como material escriturario es igual de antiguo que el uso del bambú.
Para ampliar esta información es muy recomendable el siguiente artículo: Diversas formas de los libros chinos antiguos – Liu Yongxin. China Today [www.chinatoday.com.cn]
Sea como fuere, la gran revolución China
será la invención del papel ya en el siglo primero d.C. que como ya
sabemos significó una gran revolución para la escritura, pero esto es ya
materia para otro post ;)
http://documania20.wordpress.com/
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