Ejercicios críticos
La
renovación de la narrativa argentina no sería completa sin un aparato
de lecturas críticas. De a poco, las ficciones publicadas en su mayoría
por editoriales independientes de la ciudad de Buenos Aires y del
interior del país impusieron el consenso de que el panorama literario
argentino había cambiado. Hay sin embargo cierto déficit en la
producción de apreciaciones críticas sobre ese fenómeno. Revistas
impresas y digitales, cátedras y suplementos culturales, blogs y páginas
web intentan rendir cuenta de las novedades, de tendencias (con el
omnipresente passe-partout de las "generaciones") y de un orden
de referencias, casi siempre temático. A ese conjunto de esfuerzos se
suma ahora la colección de ensayos de Milena Caserola. Su primer título,
Los gauchos irónicos , un conjunto de textos escritos por Juan
Terranova (Buenos Aires, 1975), reúne intervenciones del autor en
blogs, sitios web como Hipercrítico , presentaciones y discusiones, ampliadas o editadas para la ocasión.
Terranova, autor de varias novelas, docente, director de la revista digital Tónica y tuitero contumaz, participa, demás está de decirlo, de aquello que en este nuevo libro analiza. Novelas como Los amigos soviéticos o El vampiro argentino
(que Lengua de Trapo distribuye en el país a dos años de su publicación
en España) funcionan como fuerzas activas dentro del canon literario,
siempre en proceso de mutación. Al optar en sus ensayos por ciertos
autores, revisa postulados "blandos y previsibles" de la crítica. En un
movimiento doble, sus lecturas sobre, por ejemplo, Bajo este sol tremendo , gran novela de Carlos Busqued, o 76
, el volumen de cuentos de Félix Bruzzone, interpelan tanto esas obras
como la recepción que tuvieron. Apelando al formalismo o a la sociología
de la literatura, a la anécdota personal y al combate contra los
lugares comunes, el autor se propone "complejizar los nombres, armar un
mapa y jerarquizar". Tres operaciones que, en apariencia, prometen menos
de lo que finalmente el libro brinda: un ejercicio sobre la imaginación
literaria contemporánea, sobre sus posibilidades y sus apelmazamientos:
ejercicio similar a un balance que genera, para citar sus palabras
sobre la obra de Federico Falco, un tipo de libertad, que "produce,
autoriza, la creatividad en sus procedimientos más irónicos".Ya sea cuando escribe a propósito de las obras conceptuales de Pablo Katchadjian o cuando comenta Musulmanes , la novela de Mariano Dorr; cuando aborda la juventud como valor literario o la productividad textual de Twitter y Facebook, los blancos de Los gauchos irónicos se suman en una payada tan divertida como audaz. Martín Kohan y Sergio Olguín, prólogos sin firma de antologías comerciales y el discurso culpabilizante de "los Derechos Humanos", Alfredo Bryce Echenique y César Aira, Jacques Derrida y el barrio de Palermo, Abelardo Castillo y Beatriz Sarlo -todos, hay que decirlo, sellos legitimados del campo intelectual- desfilan por las páginas del libro.
Terranova lee novelas y poemas, textos presentados en jornadas en la ex ESMA, posts de blogs y Wikipedia. Allí encuentra material suficiente para señalar con soltura aciertos y equívocos, profundizar en la función de los objetos en los cuentos de Bruzzone, proponer series de lectura en las obras de Busqued, Carlos Godoy o Luciano Lamberti, conjeturar sobre la actual "amenaza" a la autonomía literaria por parte de las redes sociales y defender el uso de las antologías como instrumento de promoción y mapeo.
Sin notas al pie ni más bibliografía que la mencionada en los textos reunidos -que, se dijo antes, fueron publicados en diferentes medios y soportes-, los once ensayos de Los gauchos irónicos ratifican la necesidad de una crítica separada de los intereses del mercado editorial y de la demagogia de turno, quizás puesta al servicio de la creación de una comunidad de lectura de mayor exigencia.
- Los gauchos irónicos
Juan terranova
Milena Caserola
178 páginas
$ 75
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