La emoción es un ingrediente clave para lograr una presentación exitosa

27-08-2013 Experto en oratoria aconseja conectarse con el tema del que se va hablar al auditorio, manejar los tiempos y no repetir lo que se lee en el PPT

 

Última actualización: 27/08/2013 4:08:00 pm

Hablar en público es una situación desafiante para muchas personas que, aunque son expertas en el tema al que van referirse, preferirían no tener que enfrentarse a un auditorio. Comunicar bien más allá de las palabras, ajustarse al tiempo y hacer gala de simpatía son aspectos clave para lograr una presentación solvente.
Luego de un par de minutos, el público tiende a hacer un juicio, a veces favorable, a veces negativo pero casi siempre definitivo, del orador al que escucha, tanto por el interés que suscita el tema como por la habilidad del expositor a la hora de comunicar.
Por ejemplo, Gonzalo Frasca, catedrático de la Universidad ORT y experto en videojuegos, comentó el 1° de agosto en su cuenta de Twitter que el último PechaKucha -el ciclo de conferencias de tendencia y tecnología donde cada exposición dura 6:40 minutos- fue "divertido y algo desparejo".
"Lo mejor del formato Pecha Kucha es que si la charla descarrila, son apenas 6 minutos de tu vida. En un congreso puede ser una hora :(", escribió Frasca.
De hecho, el manejo del tiempo que haga el orador incidirá en que la presentación sea exitosa o un fracaso. Una forma de no defraudar al público es cumplir con la duración estipulada, de modo que si una presentación debía durar 20 minutos, "alguien no se descuelgue a hablar una hora y media", explicó a el diario uruguayo El País Federico Isabella, profesor de comunicación y oratoria en la Universidad de la Empresa (UDE).
El tiempo también influye en la estrategia que debe diseñar el orador previamente. No es lo mismo desarrollar un tema en seis minutos como en el Pecha Kucha a hacerlo en 20 o en una hora.

Cuando el tiempo es poco, lo conveniente es ir directamente el grano aunque siempre "el inicio tiene que aportar algo, dejar con ganas de saber más y el orador debe tratar de ser breve y no irse nunca del punto porque eso tiende a aburrir a la gente", insistió Isabella.
No obstante, el verdadero problema para muchos expositores es la falta de conexión emocional con el tema del que van a hablar. Hace falta algo más que un desarrollo ordenado de la presentación sino imprimir interés, pasión y ganas de comunicarse.
El lenguaje no verbal juega una parte muy importante en la interacción con el público. El 90% del proceso de comunicación se apoya en los gestos, el tono de voz, las pausas y solo un 10% en las palabras, destacó el experto.
Es crucial, además, analizar a qué clase de audiencia se va a dirigir, ya que a veces los profesionales cometen el error de hablar en un lenguaje técnico ante un público no especializado.
Leer la pantalla
En tanto, consigna El País, apelar al humor puede ayudar a distender al público o a reactivar su interés, pero no es recomendable utilizarlo en asuntos trágicos ni por todas las personas.

"La gente que cree que puede romper el hielo siempre con algo de humor y de pronto el público es frío y no se ríe, entonces puede ser totalmente perjudicial", alertó Isabella, quien sí sugirió demostrar simpatía.
Para muchos oradores el simple hecho de ver a la cara al público o sentirse observado es un motivo de ansiedad. El experto sostiene que hacer un curso de oratoria puede ayudar a vencer ese miedo o al menos se debería intentar "concentrarse en el mensaje y dirigirse a las caras más simpáticas, de modo de irse soltando de a poco, preocupándose por el sentido de comunicación y el público".
Un último consejo es no llenar las presentaciones en Power Point de textos largos ni repetir exactamente lo que se ve en pantalla porque sino "el público le pierde respeto", concluyó

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