domingo, 31 de marzo de 2013
La tecnología y el humor, a la escuela
EDUCACIÓN / ENTREVISTA A AMÉRICO SIRVENTE
La tecnología y el humor, a la escuela
Es Ingeniero vial pero con más de 30 años
de docente en informática, lo que lo ha convertido en un experto en
tecnologías de la educación. Dice que las nuevas corrientes pedagógicas
no conciben una clase sin el uso de una computadora y sin el incentivo
del ingenio y el chiste. Esto permite aprender con alegría. Su aporte
desde el Voluntariado Universitario para que cada maestro y profesor
siga sus pasos.
El
profesor Américo Sirvente sueña con clases divertidas, entretenidas y
tecnológicas. Y no por eso menos interesantes ni carentes de contenido
académico. Ha leído y analizado muchas investigaciones en el campo de la
educación que le permiten afirmar que "un chico aprende mejor cuando
está involucrado en el aprendizaje y cuando lo hace con alegría. Esos
conceptos, sin lugar a dudas, quedan latentes para toda la vida\'\',
asegura. ¿Y cómo se logra? Alguna vez fue el conductivismo, después el
constructivismo como corrientes educativas que ya quedaron obsoletas
para las necesidades del alumno de hoy. Para este experto, la clave pasa
porque hoy entren al aula el conectivismo y el humorismo, es decir
aliarse con una computadora con Internet y la motivación de la risa.
Para lograrlo Sirvente tiene una propuesta: con un grupo de informáticos
voluntarios dicta talleres gratuitos sobre cómo hacer material
educativo navegable (como parte de un proyecto de investigación de la
UNSJ) para que los docentes de todos los niveles aprendan a utilizar
estas herramientas para transmitir contenidos de clase.
"Yo no puedo creer como a esta altura de las circunstancias hay docentes que les piden a los chicos del secundario que a sus clases no lleven las netbooks o en la Universidad, profesores que se quejan por el uso del Facebook o de los celulares, cuando son sencillas herramientas de comunicación\'\', comienza la charla Sirvente y da pie a la pregunta de si hay una brecha comunicacional entre docentes y alumnos.
S- Hay incomunicación porque los chicos son nativos digitales y algunos de nosotros somos inmigrantes digitales pero otros son analfabetos digitales. Muchos docentes o mejor dicho muchos adultos le tienen miedo a la tecnología porque supera sus estructuras de pensamiento. Es la resistencia al cambio. El gran desafío es ver cómo aprovechar la tecnología en la vida cotidiana y por supuesto en el aula, ya que esta herramienta ha hecho que cambien hasta las formas de pensar, de conceptuar la manera en que nos comunicamos. Nunca como hasta ahora los chicos habían estado tan comunicados. Eso sí, ha cambiado el modo de comunicarse. Pero eso no es nuevo, en otras épocas se hacían con señales de humo o por carta, ahora es por mensaje de texto, whatsApp, Facebook, redes sociales, etc, etc. Es más, la conectividad ha transformado el uso de la escuela: hoy los puntos de encuentro son las plazas o los alrededores de las escuelas donde hay alcance de wi-fi. Y no hay que perder esa oportunidad.
-¿Cómo se hace para acortar entonces estas distancias?
-Yo creo que los docentes tenemos que entender que estos mecanismos tecnológicos nos sirven para comunicarnos con los chicos. No es el único pero sí uno muy interesante. Alguna vez discutí con un colega que planteaba que si el docente hace su material de clase y lo sube a Internet, ya no va a hacer falta el rol docente. Para mí está equivocado porque el docente va a seguir siendo docente. Solo que en este caso aplica una herramienta novedosa y el mismo lenguaje de los alumnos.
-Para eso, ¿cómo debería ser el ámbito educativo ideal?
-Antes que nada hay que entender que el ambiente educativo, o sea el edificio escolar, ya no es el único lugar dónde uno va a aprender. Ahora el conocimiento está en la red, es ilimitado y los jóvenes se han apropiado de él. Solo por dar un ejemplo, cuando apareció el teléfono tardó 50 años en implementarse, pero el celular sólo necesitó 7 años, mientras que las redes sociales en apenas 3 años habían sido un boom revolucionario. Los tiempos se van acortando. Hoy, con los celulares, todos somos un número que permite que otros nos ubiquen, estemos donde estemos, inclusive en el baño. Entonces a los docentes no nos queda otra salida que apropiarnos de la tecnología, más en un momento de la escuela argentina donde el Estado va a repartir hasta fines del 2013 más de 3,5 millones de netbooks en todos los secundarios de gestión pública, los colegios para chicos especiales y las escuelas de formación docente, lo que significa que al menos el 9 por ciento de la población total de la Argentina va a tener computadora. Es una herramienta poderosísima, de uso cotidiano y a la que la educación debe darle lugar. Entonces los docentes no podemos reaccionar tarde, tenemos que integrarla porque esos son nuestros alumnos.
-¿Y entonces habrá también que aggionar las corrientes pedagógicas?
-Afortunadamente los pedagogos ya están hablando de que la manera de construir el conocimiento y tenderle puentes al alumno debe ser a través de la tecnología y el estar conectados a Internet y las redes sociales. Además le han agregado el humorismo, que es enseñar a partir de un disparador humorístico. Ya lo decían los griegos cuando sostenían que las cosas que se aprenden estando contentos, se aprenden mejor y quedan en la memoria porque cuando se está en un estado de felicidad los recuerdos permanecen más tiempo. Yo promuevo que los docentes apelen a Mafalda, Les Luthiers, los emoticones y otros tantos ejemplos parecidos para iniciar sus clases como disparadores de temas. Que prueben y me cuenten. Si a un chico se le pide que marque con una carita como se sintió al hacer un ejercicio, seguramente podremos comprobar cual cuenta le cuesta hacer más o menos. Hay que apelar a los dichos de Sarmiento que, palabras más, palabras menos, afirmaba que "enseñar no es aprender algo nuevo, sino que transformar a la persona\'\'. Eso es lo que trato de transmitir en los cursos para los docentes: hagamos materiales educativos navegables que los atrapen, los obligue a utilizar todos los sentidos y por supuesto, los diviertan a los chicos.
-¿Cómo es su aporte en este sentido?
-Ahora en Estados Unidos promueven la clase inversa: el aula es un lugar de intercambio, de consulta, de experimentar y en la casa, a través de un video, se aprende la teoría. En el proyecto de investigación MeDHiME (de la Facultad de Ciencias Exactas) vamos más allá, proponemos que la apropiación de la teoría pase por la tecnología. Para eso los docentes deben diseñar materiales educativos navegables por Internet. Nuestro aporte es capacitarlos porque entendemos que tienen miedo a la computadora y no tienen conocimientos informáticos y ayudarlos con la colaboración de voluntarios de la carrera de Informática para que logren esos materiales a través de una plataforma que permite subir ese contenido a la red. Ellos tienen el contenido. Nosotros aportamos el cómo. Entre el 2011 y el 2012 hemos realizado 18 talleres y se han capacitado más de 450 docentes de todos los niveles educativos. Eso no es todo, hay más de 250 objetos virtuales que cualquier docente puede utilizar. Ahora estamos planificando nuevos talleres abiertos para todo el mundo. http://www.diariodecuyo.com.ar/oh/images_v2/logo_oh.gif
Paulina Rotman. Foto Federico Levato |
"Yo no puedo creer como a esta altura de las circunstancias hay docentes que les piden a los chicos del secundario que a sus clases no lleven las netbooks o en la Universidad, profesores que se quejan por el uso del Facebook o de los celulares, cuando son sencillas herramientas de comunicación\'\', comienza la charla Sirvente y da pie a la pregunta de si hay una brecha comunicacional entre docentes y alumnos.
S- Hay incomunicación porque los chicos son nativos digitales y algunos de nosotros somos inmigrantes digitales pero otros son analfabetos digitales. Muchos docentes o mejor dicho muchos adultos le tienen miedo a la tecnología porque supera sus estructuras de pensamiento. Es la resistencia al cambio. El gran desafío es ver cómo aprovechar la tecnología en la vida cotidiana y por supuesto en el aula, ya que esta herramienta ha hecho que cambien hasta las formas de pensar, de conceptuar la manera en que nos comunicamos. Nunca como hasta ahora los chicos habían estado tan comunicados. Eso sí, ha cambiado el modo de comunicarse. Pero eso no es nuevo, en otras épocas se hacían con señales de humo o por carta, ahora es por mensaje de texto, whatsApp, Facebook, redes sociales, etc, etc. Es más, la conectividad ha transformado el uso de la escuela: hoy los puntos de encuentro son las plazas o los alrededores de las escuelas donde hay alcance de wi-fi. Y no hay que perder esa oportunidad.
-¿Cómo se hace para acortar entonces estas distancias?
-Yo creo que los docentes tenemos que entender que estos mecanismos tecnológicos nos sirven para comunicarnos con los chicos. No es el único pero sí uno muy interesante. Alguna vez discutí con un colega que planteaba que si el docente hace su material de clase y lo sube a Internet, ya no va a hacer falta el rol docente. Para mí está equivocado porque el docente va a seguir siendo docente. Solo que en este caso aplica una herramienta novedosa y el mismo lenguaje de los alumnos.
-Para eso, ¿cómo debería ser el ámbito educativo ideal?
-Antes que nada hay que entender que el ambiente educativo, o sea el edificio escolar, ya no es el único lugar dónde uno va a aprender. Ahora el conocimiento está en la red, es ilimitado y los jóvenes se han apropiado de él. Solo por dar un ejemplo, cuando apareció el teléfono tardó 50 años en implementarse, pero el celular sólo necesitó 7 años, mientras que las redes sociales en apenas 3 años habían sido un boom revolucionario. Los tiempos se van acortando. Hoy, con los celulares, todos somos un número que permite que otros nos ubiquen, estemos donde estemos, inclusive en el baño. Entonces a los docentes no nos queda otra salida que apropiarnos de la tecnología, más en un momento de la escuela argentina donde el Estado va a repartir hasta fines del 2013 más de 3,5 millones de netbooks en todos los secundarios de gestión pública, los colegios para chicos especiales y las escuelas de formación docente, lo que significa que al menos el 9 por ciento de la población total de la Argentina va a tener computadora. Es una herramienta poderosísima, de uso cotidiano y a la que la educación debe darle lugar. Entonces los docentes no podemos reaccionar tarde, tenemos que integrarla porque esos son nuestros alumnos.
-¿Y entonces habrá también que aggionar las corrientes pedagógicas?
-Afortunadamente los pedagogos ya están hablando de que la manera de construir el conocimiento y tenderle puentes al alumno debe ser a través de la tecnología y el estar conectados a Internet y las redes sociales. Además le han agregado el humorismo, que es enseñar a partir de un disparador humorístico. Ya lo decían los griegos cuando sostenían que las cosas que se aprenden estando contentos, se aprenden mejor y quedan en la memoria porque cuando se está en un estado de felicidad los recuerdos permanecen más tiempo. Yo promuevo que los docentes apelen a Mafalda, Les Luthiers, los emoticones y otros tantos ejemplos parecidos para iniciar sus clases como disparadores de temas. Que prueben y me cuenten. Si a un chico se le pide que marque con una carita como se sintió al hacer un ejercicio, seguramente podremos comprobar cual cuenta le cuesta hacer más o menos. Hay que apelar a los dichos de Sarmiento que, palabras más, palabras menos, afirmaba que "enseñar no es aprender algo nuevo, sino que transformar a la persona\'\'. Eso es lo que trato de transmitir en los cursos para los docentes: hagamos materiales educativos navegables que los atrapen, los obligue a utilizar todos los sentidos y por supuesto, los diviertan a los chicos.
-¿Cómo es su aporte en este sentido?
-Ahora en Estados Unidos promueven la clase inversa: el aula es un lugar de intercambio, de consulta, de experimentar y en la casa, a través de un video, se aprende la teoría. En el proyecto de investigación MeDHiME (de la Facultad de Ciencias Exactas) vamos más allá, proponemos que la apropiación de la teoría pase por la tecnología. Para eso los docentes deben diseñar materiales educativos navegables por Internet. Nuestro aporte es capacitarlos porque entendemos que tienen miedo a la computadora y no tienen conocimientos informáticos y ayudarlos con la colaboración de voluntarios de la carrera de Informática para que logren esos materiales a través de una plataforma que permite subir ese contenido a la red. Ellos tienen el contenido. Nosotros aportamos el cómo. Entre el 2011 y el 2012 hemos realizado 18 talleres y se han capacitado más de 450 docentes de todos los niveles educativos. Eso no es todo, hay más de 250 objetos virtuales que cualquier docente puede utilizar. Ahora estamos planificando nuevos talleres abiertos para todo el mundo. http://www.diariodecuyo.com.ar/oh/images_v2/logo_oh.gif
viernes, 29 de marzo de 2013
El cerebro, la ciencia del futuro
La especialista Uta Frith relata los avances en el tratamiento de pacientes autistas. Ahora se los trata como “diferentes” y no como “discapacitados”.
POR Kate Kellaway
Uta Frith es profesora emérita de desarrollo cognitivo de
University College London, y en 2012 recibió el título de dama
(equivalente al de caballero en los honores británico). Hacia el final
de nuestra charla, relata una conversación que tuvo con una persona
autista que estaba obsesionada con los artefactos de luz de los vagones
de tren y trataba de interesarla en las diminutas diferencias entre una
lámpara y otra. Cuando ella reconoció que no podía distinguirlas, el
hombre se rió con incredulidad.
Se sabe que las personas con autismo son terriblemente detallistas y Frith siempre ha estado dispuesta a reconocerles esta y otras “habilidades cognitivas”. Pero también es responsable de indagar en la particular dificultad que tienen los autistas para la “teoría de la mente”, la intuición de lo que pasa en la cabeza de otras personas. Es improbable que al entusiasta de los artefactos de luz se le hubiera ocurrido la posibilidad de que su interlocutor no compartiera su arrollador interés.
Desde hace cincuenta años, Frith tiene su propia obsesión: la del autismo. Llegó a Gran Bretaña desde la Alemania de posguerra (donde había estudiado historia del arte y psicología experimental) y realizó una pasantía en el hospital Maudsley del sur de Londres. Cuando empacaba para volver a Alemania, un estudiante dejó el curso de psicología clínica en el cual ella anhelaba inscribirse y pudo quedarse. Fue en Maudsley donde nació su fascinación por los chicos autistas, “a menudo tan hermosos y sin embargo tan diferentes”. Tenían un aura “de cuento de hadas”, como si estuvieran bajo un hechizo.
En las décadas de 1950 y 1960, se atribuía el autismo a las madres “heladeras”. El psicoanálisis era “una fuerza importante” en esos tiempos. Frith luego agrega: “La terapia hablada no funciona, pero llevó mucho tiempo entenderlo. El poder de los factores psicológicos como el estrés para producir una patología cerebral ha sido enormemente exagerado”.
Frith dice cosas interesantes sobre las madres de esa era. Muchas estaban conmovedoramente dispuestas a aceptar el mote de “heladeras” por la posibilidad implícita de que un cambio en su conducta produjera la cura, un deshielo salvador. “Revelaba un inmenso amor maternal”, reflexiona Frith. Pero a ella nunca la convenció la tesis de la falta de apego. La contrapropuesta, que el autismo era orgánico –algo de la naturaleza, no de la crianza–, fue un cambio drástico.
Cualquiera sea el coeficiente intelectual de una persona con autismo –y el espectro es enorme –, es universal algún grado de discapacidad social. “El cerebro no se parece a un flan; es más parecido a un exquisito motor tradicional”. A las personas con autismo que carecen de la teoría de la mente les falta el “diminuto aparatito del gran motor que nos permite tomar en cuenta sin esfuerzo lo que otra persona desea, cree o piensa”. A menudo se dice que las personas con autismo carecen de empatía cuando la realidad no es tan simple. “Esto todavía es motivo de discusión”, dice Frith. “La empatía es un tema amplio y tiene diferentes formas. Puede ser contagio: uno ve a alguien que siente dolor y se estremece. Muchos autistas tienen esa capacidad. Pero la teoría de la mente es más sutil…” No es de extrañar que Frith quiera “hacer que la neurociencia sea tenida en cuenta en la educación”. Según explica: “Estamos descubriendo más y más cosas sobre la plasticidad del cerebro”. Le impresiona cómo las personas con autismo aprenden las normas sociales “de un modo diferente de las personas comunes”. Algunos prefieren mantenerse distantes pero “a muchos les gusta tener amigos”. Sin embargo, trata por todos los medios de destacar que las herramientas de aprendizaje social tienen que ver con “la compensación, no con el restablecimiento”, “no son una cura”.
Su libro Autism: Explaining the Enigma (Autismo: Explicar el enigma) se publicó en 1989 y sus conclusiones han sido ampliamente aceptadas (aun cuando la tesis de la madre heladera subsiste, por ejemplo, en Francia). Con la ecuanimidad y brillantez que la caracteriza, ahora me señala otra complicación, “un contramovimiento de gente bien intencionada que dice que los autistas altamente funcionales no tienen una discapacidad sino que sólo son diferentes. Dicen ‘No nos estudien como si tuviéramos un déficit o una discapacidad; en muchos sentidos, somos superiores’”. A Frith, las palabras “déficit” y “normal” no le gustan. “Qué es lo normal es una cuestión sumamente complicada desde el punto de vista de la psiquiatría”, prosigue Frith. “Si se sigue esta línea de pensamiento, la desventaja es que no habrá ayuda adicional para los autistas”.
Frith habla con entusiasmo sobre los avances de las neurociencias y lo que ha posibilitado la tecnología. “Podemos hacer visibles las cosas con increíble precisión y mirar dentro de las neuronas para ver cómo viaja la información. Pero lo que yo busco es macroscópico: la mente”. Con respecto a la mente autista, sigue “tan interesada y desconcertada como siempre”. Pero es de lo más optimista. ¿Nunca entenderemos cómo funciona el cerebro? “Sí, a fin de este siglo. Es muy evidente que la ciencia del cerebro será la ciencia del siglo XXI.”
(c) The Observer
Traducción: Elisa Carnelli http://www.revistaenie.clarin.com/rn/
Se sabe que las personas con autismo son terriblemente detallistas y Frith siempre ha estado dispuesta a reconocerles esta y otras “habilidades cognitivas”. Pero también es responsable de indagar en la particular dificultad que tienen los autistas para la “teoría de la mente”, la intuición de lo que pasa en la cabeza de otras personas. Es improbable que al entusiasta de los artefactos de luz se le hubiera ocurrido la posibilidad de que su interlocutor no compartiera su arrollador interés.
Desde hace cincuenta años, Frith tiene su propia obsesión: la del autismo. Llegó a Gran Bretaña desde la Alemania de posguerra (donde había estudiado historia del arte y psicología experimental) y realizó una pasantía en el hospital Maudsley del sur de Londres. Cuando empacaba para volver a Alemania, un estudiante dejó el curso de psicología clínica en el cual ella anhelaba inscribirse y pudo quedarse. Fue en Maudsley donde nació su fascinación por los chicos autistas, “a menudo tan hermosos y sin embargo tan diferentes”. Tenían un aura “de cuento de hadas”, como si estuvieran bajo un hechizo.
En las décadas de 1950 y 1960, se atribuía el autismo a las madres “heladeras”. El psicoanálisis era “una fuerza importante” en esos tiempos. Frith luego agrega: “La terapia hablada no funciona, pero llevó mucho tiempo entenderlo. El poder de los factores psicológicos como el estrés para producir una patología cerebral ha sido enormemente exagerado”.
Frith dice cosas interesantes sobre las madres de esa era. Muchas estaban conmovedoramente dispuestas a aceptar el mote de “heladeras” por la posibilidad implícita de que un cambio en su conducta produjera la cura, un deshielo salvador. “Revelaba un inmenso amor maternal”, reflexiona Frith. Pero a ella nunca la convenció la tesis de la falta de apego. La contrapropuesta, que el autismo era orgánico –algo de la naturaleza, no de la crianza–, fue un cambio drástico.
Cualquiera sea el coeficiente intelectual de una persona con autismo –y el espectro es enorme –, es universal algún grado de discapacidad social. “El cerebro no se parece a un flan; es más parecido a un exquisito motor tradicional”. A las personas con autismo que carecen de la teoría de la mente les falta el “diminuto aparatito del gran motor que nos permite tomar en cuenta sin esfuerzo lo que otra persona desea, cree o piensa”. A menudo se dice que las personas con autismo carecen de empatía cuando la realidad no es tan simple. “Esto todavía es motivo de discusión”, dice Frith. “La empatía es un tema amplio y tiene diferentes formas. Puede ser contagio: uno ve a alguien que siente dolor y se estremece. Muchos autistas tienen esa capacidad. Pero la teoría de la mente es más sutil…” No es de extrañar que Frith quiera “hacer que la neurociencia sea tenida en cuenta en la educación”. Según explica: “Estamos descubriendo más y más cosas sobre la plasticidad del cerebro”. Le impresiona cómo las personas con autismo aprenden las normas sociales “de un modo diferente de las personas comunes”. Algunos prefieren mantenerse distantes pero “a muchos les gusta tener amigos”. Sin embargo, trata por todos los medios de destacar que las herramientas de aprendizaje social tienen que ver con “la compensación, no con el restablecimiento”, “no son una cura”.
Su libro Autism: Explaining the Enigma (Autismo: Explicar el enigma) se publicó en 1989 y sus conclusiones han sido ampliamente aceptadas (aun cuando la tesis de la madre heladera subsiste, por ejemplo, en Francia). Con la ecuanimidad y brillantez que la caracteriza, ahora me señala otra complicación, “un contramovimiento de gente bien intencionada que dice que los autistas altamente funcionales no tienen una discapacidad sino que sólo son diferentes. Dicen ‘No nos estudien como si tuviéramos un déficit o una discapacidad; en muchos sentidos, somos superiores’”. A Frith, las palabras “déficit” y “normal” no le gustan. “Qué es lo normal es una cuestión sumamente complicada desde el punto de vista de la psiquiatría”, prosigue Frith. “Si se sigue esta línea de pensamiento, la desventaja es que no habrá ayuda adicional para los autistas”.
Frith habla con entusiasmo sobre los avances de las neurociencias y lo que ha posibilitado la tecnología. “Podemos hacer visibles las cosas con increíble precisión y mirar dentro de las neuronas para ver cómo viaja la información. Pero lo que yo busco es macroscópico: la mente”. Con respecto a la mente autista, sigue “tan interesada y desconcertada como siempre”. Pero es de lo más optimista. ¿Nunca entenderemos cómo funciona el cerebro? “Sí, a fin de este siglo. Es muy evidente que la ciencia del cerebro será la ciencia del siglo XXI.”
(c) The Observer
Traducción: Elisa Carnelli http://www.revistaenie.clarin.com/rn/
Agrandar la cavidad del lenguaje
"Obra poética" recopila todos los libros e incluye
algunos textos inéditos de Juan Antonio Vasco, el más polémico y mordaz
de nuestros poetas surrealistas.
POR Juan Antonio Vasco
Prohibido pasar
No se puede pasar por aquí no hay puerta no hay
llave no hay más que la roca y la baba y
no hay nada que hacer
y no hay más que signos y símbolos y cercos y
ceros y caries y cáscaras y cofres y corchos
y curias y culpas y no hay nada que hacer
no nada que engendre ni para ni ruja ni ría ni
mate ni ordeñe ni trepe a los árboles ni
escupa en el río ni cuelgue el teléfono ni
limpie la baba de no hay nada que hacer
ni los barcos ardiendo de música ni los
gallardetes del sexo ni el jabón de los
parques ni la televisión de la jungla ni la
nuca de pelo ni nalgas ni vértebras ni dos
mil millones de cepillos de dientes
no hay nada que hacer
No se puede pasar por aquí ni desnudo ni negro
ni occiso ni arcángel ni a tiros ni fantasma
ni enfermo ni un jueves ni a gatas ni ahora
ni nunca ni nadie ni nada que hacer
No nada ni el cuerpo maniatado hasta los ojos
podrá sacar de los bolsillos una gota de
sangre para el peaje en el alma enredada
en sus tripas encuentra la cédula
ni el espíritu con su ojo enrojecido
da luz ni la familia se moverá un
centímetro del retrato de las Bodas de Oro
de la Edad de Oro de nada de la conquista
del espacio para nada de la civilización
occidental por nada de la producción en
masa de NO HAY NADA QUE HACER
Poco interés
Al que llama a la puerta con su cesta de vituallas
le decimos que no hay interésTenemos lámparas
Tenemos huevos
huevos-lámparas lámparas que alumbran los huevos
huevos que dan a luz lámparas de huevo
Tenemos pan, cal, almanaques, guirnaldas,
fe, esperanza, caridad,
calzoncillos,
poemas, paciencia,
partos, medos, niños de pecho
Tenemos un kakemono
un calientapiés
una unesco
Tenemos relojes pero no tenemos tiempo
Es tarde
Basta por hoy
Basta por este siglo
Vendedores abstenerse
La agonía de un pariente
El hombrecito que se inclina para salir por la
puerta de su casa
ese agujero de bala cuyos bordes ostentan la pátina
de los años
saca primero un ojo luego un brazo
luego una obra en dos tomos
Empuja con todo el cuerpo para agrandar la
cavidad de su lenguaje
pero está herido de muerte
morirá dentro de su casa
Un último esfuerzo consigue sacar medio cuerpo
por el tragaluz
Su cabeza de plomo fundente cae chorrea sobre la
Multitud http://www.revistaenie.clarin.com/rn/
García Ferré, la infancia de todos
La muerte de Manuel García Ferré (8 de octubre de 1929 – 28 de marzo de 2013) enlutó a todas las generaciones que, desde los años 50 a esta parte, transitaron su infancia en compañía de sus entrañables personajes. Y está claro que esto (nos) abarca a todos: desde aquellos que se criaron jugando a la bolita o compitiendo a embocar un balero –para los cuales la aparición de la televisión en sus vidas y la llegada del hombre a la Luna fueron eventos relativamente comparables- hasta el piberío de ahora, que navega en internet y juega más al fútbol en la consola de videojuegos que en el potrero.
POR Néstor Rivas - Especial para Ñ Digital
García Ferré fue uno de los artistas más populares que tuvo la Argentina. Quizás, el mayor de todos. Al fin y al cabo, el hombre cortó ancho, porque se hizo fuerte en la infancia, a la que le regaló aventura, imaginación, sentimiento y la sabiduría infinita de Petete.
Que ´nuestro´ Walt Disney haya recalado en estas pampas, debemos agradecerlo a la fortuna, porque como se ha recordado hasta el cansancio en estas horas, nació lejos, en España, y llegó a Argentina ya grandecito, a los 17 años. Y por fortuna también, alguien en Billiken le dio bolilla a los dibujos que el estudiante de arquitectura García Ferré llevaba en su carpeta y con los cuales trajinaba las redacciones de las revistas. Más tarde, los compinches de Pi-Pío –personaje central de aquellas historietas iniciales-, Hijitus y Oaky, conocerían el estrellato, aunque para ello debieron mudarse de la modesta Villa Leoncia a la más citadina Trulalá.
García Ferré fue un genio que no deja herederos artísticos. La distancia entre su obra y otros intentos locales en materia de animación, es abismal. Sin dudas, fue el patriarca de los dibujos animados made in Argentina. Sus largometrajes animados abrumaron -en materia de convocatoria- a ilustres competidores extranjeros, aunque se tratara del enésimo relanzamiento La Guerra de las Galaxias de George Lucas o de los talentosos chicos de Pixar. Les ganó a todos, aun disponiendo de menos presupuesto y tiempo y de recursos infinitamente más artesanales, pero lo hizo a fuerza de una imaginación prodigiosa. Más allá de la sencillez de sus planteos (lo bueno, noble y saludable del lado de ´los buenos´; la ambición desmedida, el resentimiento y el tabaquismo, del lado de ´los malos´), la originalidad de sus personajes fue y seguirá siendo superlativa. Las palabras mágicas de Hijitus (“sombrero, sombreritus, ¡conviérteme en Superhijitus!”), el lema de Oaky (“tiro, lío y cosha golda”) o el “rrrretonto” con el que el profesor Neurus estigmatizaba a sus secuaces, formarán parte del acervo popular por varias décadas más, del mismo modo que Larguirucho seguirá boyando entre buenos y malos (es un buenazo, pero medio corto de luces y no hay manera de hacerle entender, por más fuerte que se le hable). Del mismo modo, el Boxitracio continuará a los golpes, la colilla de Pucho jamás se consumirá, Anteojito seguirá viviendo con su tío Antifaz y habrá que ver la suerte del magnate Gold Silver, de acuerdo a su exposición en el mercado de derivados financieros…
García Ferré fue un artesano, un precursor. La comparación con Walt Disney no es arbitraria. No sólo porque utilizó la misma cámara con la que el viejo Walt filmó las inmortales Pinocho, Bambi y Dumbo para realizar –sesenta años después- Manuelita y Pantriste. García Ferré fue también un genio del merchandising -¿cómo soslayar la alianza estratégica que mantuvo por largo tiempo con la fábrica de golosinas de inefable heredero y que nos brindó tantas alegrías y muñequitos?- y lideró el mercado editorial infanto-escolar con la imprescindible “Anteojito” durante 30 años.
Sus cortos animados –que con intervalos produjo entre las décadas del 60 y 90 y midieron altísimos niveles de rating en cada repetición- fueron la primera serie de dibujos animados realizada en el país. Visionario, a finales de los años 60 ya producía en color, pensando en el futuro de la televisión. Era una verdadera ´patriada´ rodar esos breves cortometrajes (te lo digo ahora, García Ferré, sin resentimientos, ¡pero eran demasiado breves! ¡en un desliz, por ir al baño, me los podía perder!) dibujados a mano, a razón de 18 dibujos por segundo. Para producir “Ico, el caballito valiente” (1981), fueron necesarios dos años de trabajo y 600.000 dibujos, realizados en los estudios que García Ferré mantenía en el edificio Apolo, cerquita del Obelisco.
Lo dicho: fue un precursor, un artesano y un visionario, animado por una imaginación prodigiosa y un amor ilimitado por su trabajo. En una de sus últimas apariciones públicas, en la ciudad de Posadas (Misiones) a fines del año pasado, declaró que pretendía morir trabajando. Y así fue.
Sin lugar a duda, todas las generaciones que actualmente habitan este suelo, lo despiden con tristeza. Y los ciudadanos de Trulalá ni te cuento, porque han perdido un padre amoroso. http://www.revistaenie.clarin.com/rn/
La ciencia de encontrar perlas en un océano de información
Los recursos y contenidos generados por
los usuarios en Internet conforman un cúmulo de información denominado
Big Data, que las compañías analizan para ofrecer servicios y productos
en tiempo real, acorde a la vorágine de las redes sociales
A medida que la cantidad de información en línea crece, se vuelven más
importantes las herramientas para procesar esos
datos. Foto: Morguefile.com
Estos son algunas de las perlas encontradas por los genios de la información, que pasan sus días escarbando el océano de los datos. Hay un creciente número de compañías que ofrecen como servicio recolectar enormes cantidades de datos y analizarlos, con la promesa de darles a los negocios información que los ponga en ventaja frente a la competencia.
Desde los términos de búsqueda más usados por la gente hasta los videos que descargan, desde los mensajes que mandan por las redes sociales hasta los artículos que recomiendan. La información que se genera en Internet es mucho más útil de lo que parece.
Es el campo de lo que en inglés se ha denominado como Big Data , y en español se traduce como grandes datos.
"Para que algo sea Big Data tiene que, obviamente, tener un gran volumen", explica Yvonne Genovese, analista de Gartner, una firma de investigación tecnológica. Pero también tiene que tener variedad: incluye fotos, video y texto, no solo números. Y también hay velocidad; se genera rápidamente", agrega la especialista.
Perlas útiles
El Big Data fue un problema para los negocios en el pasado porque es costoso de guardar y, para que sea útil, requiere muchos conocimientos sobre informática. Pero con el tiempo se ha vuelto más barato guardar el Big Data y han aparecido recursos de computación que permiten que el análisis de los datos no sea un reto financiero.Pero un problema se mantiene, dice Genovese: "¿Cómo conseguir perlas útiles a partir del Big Data?" La respuesta, dice, se obtiene desarrollando complejas fórmulas matemáticas o algoritmos diseñados específicamente para ese objetivo: analizar datos.
"El mar de grandes
volúmenes de datos es tan rico que miles de empresas pueden acceder a él
y encontrar algo diferente que beneficia su negocio", dice Yvonne
Genovese, analista de Gartner
Necesitan constante
mantenimiento a medida que se produce la información. Y resulta que
desarrollarlos y mantenerlos es una tarea significativamente difícil;
una que sigue siendo cuestión de especialistas.
"Antes existían compañías que proveían correos
electrónicos y otra información, porque recolectarla era muy difícil",
dice David Feinleib, director de la consultora de tecnología The Big
Data Group."Ahora el Big Data está libremente disponible en Internet , pero desarrollar los algoritmos es difícil".
Un ejemplo de compañía que ofrece este servicio es Bloomreach, cuya sede es en California. En palabras simples, la compañía analiza el Big Data para entender el lenguaje que usan los clientes para buscar las cosas que necesitan comprar. Después se asegura que las páginas de sus clientes usen las palabras correctas y se estructuran de una manera que el consumidor encuentre con facilidad lo que busca.
La compañía obtiene la mayor cantidad de la información que necesita de internet, usando servicios de depósito que alquila de Amazon, la famosa tienda de ventas en internet.
El fin del SEO
"Uno se imagina que puede contratar un experto en optimización de motores de búsqueda (SEO, por sus siglas en inglés), pero eso no tiene la misma efectividad que tiene usar algoritmos", dice Mike Relich, jefe de información de la marca de ropa Guess, uno de los clientes de Bloomreach."En moda, el léxico usado por los compradores en los buscadores cambiar rápidamente", explica. Puede ser "animal print" un día y "jeans impresos" el otro. Eso quiere decir que cualquier cambio que hace un consultor de SEO probablemente se volverá obsoleto antes de que sea publicado en la página del cliente, añade.
Pero como Bloomreach tiene la capacidad de analizar el Big Data en tiempo real -tan pronto es recolectado- la página de Guess puede ser actualizada automáticamente según los descubrimientos que se hayan hecho en cualquier momento.
¿Saturación?
Una cosa que es importante tener en cuenta desde el punto de vista empresarial es cómo pueden las empresas que ofrecen análisis de Big Data dar un servicio que signifique una ventaja competitiva para sus clientes.Después de todo, los grandes volúmenes de datos de internet son ahora una mercancía al alcance de todos. Y si los competidores pueden utilizar los mismos servicios, parecería que todos podrían encontrar las mismas perlas.
Pero Yvonne Genovese sostiene que ese no es el caso, en absoluto. "No hay que olvidar que cada empresa está buscando algo diferente", dice. "El mar de grandes volúmenes de datos es tan rico que miles de empresas pueden acceder a él y encontrar algo diferente que beneficia su negocio". .http://www.lanacion.com.ar/
Comenzaron las actividades por Semana Santa Jueves, 28 de Marzo de 2013 15:46
jueves, 28 de marzo de 2013
Cómo conservar la historia del trabajo
La historiadora Mirta Lobato se suma al debate sobre el destino del patrimonio argentino (Ñ del 23.2.2013). Explica y alerta sobre la importancia de documentos y edificios que hacen referencia a la cultura de las clases populares.
POR Mirta Zaida Lobato
Los debates sobre la conservación del patrimonio cultural son recurrentes en nuestro país. Que la Argentina carece de una política de conservación o que los recursos son insuficientes no son una novedad como tampoco lo es la indiferencia de los ciudadanos. Pareciera que la reacción sólo se produce ante la amenaza de destrucción y frente al sentido de pérdida de algo que podría asociarse con nuestra cultura. Ese sentimiento desencadena a su vez explosiones de nostalgia.
Sin embargo, la cuestión del patrimonio constituye un tema complejo que tiene décadas de discusiones en muchos países. El debate sobre el destino de los vagones del subterráneo o sobre los árboles de la avenida 9 de Julio es sólo la punta del iceberg del descuido patrimonial en el que vivimos y requiere del intercambio de ideas para definir qué conservar y de qué manera.
Como historiadora de las clases trabajadoras me he enfrentado a la permanente destrucción de documentos y artefactos culturales relacionados con su cultura. La calle Nueva York de Berisso es sólo uno de los ejemplos más interesantes para pensar los sentidos de expresiones como “patrimonio cultural” y “patrimonio histórico”.
Según el historiador Raphael Samuel ambas expresiones encierran una variedad de artefactos desde grandes mansiones hasta viviendas obreras, desde viejas estaciones ferroviarias hasta fábricas, pasando por rizadores de cabellos, discos de vinilo o jardines.
En muchos países cuando las fábricas fueron cerradas por las políticas neoliberales la acción de historiadores amateurs, coleccionistas y la movilización de comunidades enteras ayudaron a conservar y reflexionar sobre las transformaciones de la vida laboral.
Berisso no es una consecuencia directa de esas medidas pero sí del proceso de desindustrialización de la localidad debido a cambios en la industria de la carne, a los negocios financieros, al fraude y la corrupción.
La destrucción sistemática de puestos de trabajo convirtió a la localidad en territorio de desocupados y en un espacio donde se libran batallas semióticas, pedagógicas y políticas. Porque la cuestión patrimonial se ubica en un cruce conflictivo de intereses colectivos e individuales en pugna de cuyas confrontaciones surge qué y cómo se conserva o en qué ámbitos la desidia oficial es más fuerte aunque sea menos visible.
Patrimonio y museos
La calle Nueva York y la comunidad de Berisso fueron el corazón industrial de la ciudad de La Plata. Hoy es una calle corta que corre paralela a los restos abandonados del frigorífico Swift. En 1985 su nombre fue cambiado por el de “17 de octubre”, aunque sus habitantes siguen llamándola como en el pasado, y en 2005 se publicó un decreto en el Boletín Oficial que la declaraba como Sitio Histórico Nacional. El decreto firmado por Néstor Kirchner destacaba que la calle constituye un testimonio histórico relevante.
Desde entonces, la calle se convirtió en el escenario de varias celebraciones que reforzaron el sentido de pertenencia a un pasado inmigratorio y al peronismo. Se transformó en un espacio de memoria y en un lugar de escenificación de ambos eventos históricos. Sin embargo, la omisión del cambio de nombre tiene varias implicancias ya que se relaciona con la gran narrativa de los orígenes del peronismo, con sus omisiones y con las búsquedas de las nuevas generaciones por reconstruir el pasado y construir nuevas versiones de la historia. En ese proceso todos los participantes seleccionan, ordenan y resignifican los fragmentos de una herencia compartida.
Aunque mi intención no es explorar el poder de la toponimia en la construcción histórica, ella se encuentra relacionada con cuestiones de patrimonio pues muchos de los edificios de la histórica calle se están perdiendo. El interés sobre la conservación de algunas viviendas es de los vecinos, de un grupo de arquitectos, del gobierno municipal y provincial. Pero como lo demuestran otras experiencias, además de declaraciones son necesarias políticas concretas y recursos económicos que hagan efectiva su conservación, ya que la preservación, especialmente las vinculadas con las clases populares, carecen de inversores o tienen recursos escasos porque no dan mucha visibilidad o no aportan votos.
El interés por el patrimonio local fue también visible en el plano educativo, lo que pone en evidencia su potencial. Una de esas experiencias pedagógicas se conoció en marzo de 2000 cuando la Escuela Nº 9 hizo conocer su proyecto de crear un museo. En la concreción del proyecto participó toda la comunidad. La actividad promovida por los docentes impulsó procesos de recordación y se recogieron numerosos objetos que fueron expuestos inicialmente en la escuela. El sentido pedagógico de la iniciativa se articulaba con la noción de legado y con la “poética del trabajo”. A través de fotografías y objetos, niños y niñas podían repensar el sentido histórico de la vida en las fábricas y en sus calles adyacentes. Pero ¿qué hacer con esos desechos qué ahora tenían un sentido diferente?
El destino fue el Museo 1871, una esforzada iniciativa de Luis Guruciaga. Como en la escuela, don Luis apeló a las emociones locales para la formación del museo. La propuesta es interesante pues el pasaje de la colección particular al museo cumple con el rasgo distintivo de toda colección que es su transmisibilidad ya que crea una nueva constelación práctica donde al buscar, encontrar, clasificar y agrupar se reordena lo caótico implícito en la pasión de la recolección y en la desorganización de los recuerdos.
Las “colecciones” convertidas en objetos de un museo hablan de detalles y vida cotidiana. La mayoría de ellas no son piezas únicas ni han pertenecido a un personaje histórico considerado relevante, aunque tienen importancia para entender la vida en una comunidad obrera. Pero el museo sin el apoyo de instituciones privadas y públicas tiene una limitada capacidad económica, se convierte en un museo local pobre con pocas posibilidades de construir una narración sustentada en un diseño museográfico moderno.
La historia de estas experiencias desnuda la complejidad de las cuestiones patrimoniales que involucra a los ciudadanos, a las asociaciones de la sociedad civil, a las instituciones gubernamentales y a las fuerzas políticas que, por otra parte, se encuentran inmersas en problemas que desnudan la desidia, intransigencia, negligencia e ineficiencia burocrática.
Existen entonces poderosos elementos históricos, políticos, sociales y culturales en las rutas del patrimonio y en sus debates. La discusión en la ciudad de Buenos Aires reactualiza viejos dilemas que se hacen dramáticos cuando se trata del patrimonio proveniente de las clases trabajadoras. http://www.revistaenie.clarin.com/rn/
Cómo se hace un lector
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Hace
bastantes años, cuando la Feria del Libro porteña todavía estaba en el
predio de Pueyrredón y Figueroa Alcorta, en una de esas noches
desapacibles y frías de abril, se desarrollaba una de las últimas mesas
redondas del encuentro, que trataba sobre la lectura. Los años no dejan
ver, diría Borges, ni recordar tampoco, todos los nombres de los
participantes, pero uno de ellos era la entrañable escritora Alicia
Steimberg. Como podía esperarse, su ponencia fue deliciosamente irónica y
realista. "Cuando yo era muy joven -contó-, ya era raro encontrar gente
que leyera; en realidad, leer, y mucho, siempre fue cosa rara, de gente
rara."
Han pasado los años, pero las costumbres parecen no
haber cambiado tanto, a pesar de que nunca se ha leído en la forma en
que se lee hoy en el mundo entero. Los jóvenes, en particular, leen y
leen mucho, porque están en contacto permanentemente con textos: textos
visuales y textos lingüísticos, en soporte papel y, sobre todo, en
pantallas que les exigen, además, interactuar, reescribir, participar,
investigar.Esta nota se pregunta si esos nuevos lectores, ahora que ya no se ven perseguidos por las famosas "lecturas obligatorias" impuestas por el manual o el profesor de turno en el secundario, y pueden elegir con total libertad, siguen leyendo. El mismo interrogante, hecho al azar, entre algunos conocidos, puede servir para empezar a ubicarse en un contexto que por fuerza será siempre incompleto y cambiante. Por ejemplo, Tomás (21 años), estudiante de abogacía, está leyendo ahora, y en inglés, 1984 , de George Orwell, tomado de la biblioteca de su padre. Alan (21) está preparando la tesina para terminar la carrera de comunicación, y tiene un libro empezado que comenzó a leer por placer y que quizás use para su trabajo final: La segunda revolución china , de Eugenio Bregolat, sobre las ideas con que Deng Xiaoping gobernó China en los años noventa. Ana Francisca (25) cursa veterinaria y comenzó a leer Conducción política de Juan Domingo Perón, por consejo de su padre, y alterna esa lectura con historietas ( Maitena , Mafalda y Patoruzito ), pero acota que en el trabajo, muchas compañeras de su edad leen novelas de Danielle Steel.
Están, por supuesto, de manera más sistematizada, los resultados de algunas encuestas hechas a partir del Plan de Promoción de la Lectura nacional. Así, la profesora Patricia Bailoff, que participa en el Plan Provincial de Lectura de La Pampa, en el equipo técnico y también como tallerista, cuenta parte de su experiencia: "Luego de recopilar datos de alumnos ya egresados y recibidos, y también escuchando la opinión de jóvenes docentes, pude observar que el gusto por la lectura permanece y que buscan por distintos medios interiorizarse de los libros actuales, cuáles son los más vendidos o cuáles pueden servirles de acuerdo con sus intereses. También van a bibliotecas o pierden horas en las librerías". La tecnología aparece como una herramienta de ayuda, sobre todo: "Permite el encuentro con los libros y, si no es posible la compra, existe la posibilidad de bajar un PDF, aunque todavía se advierte el gusto por la versión en papel y no tanto la lectura en pantalla".
Un párrafo aparte merecen, para la profesora Bailoff, aquellos otros a los que directamente no les interesa leer: "Aunque están en los primeros años de una carrera universitaria o de un profesorado, no tienen interés por la lectura. Generalmente leen algún texto 'suelto' de Coelho o Bucay, y no leen los diarios, ni siquiera los digitales. No están informados sobre la realidad cotidiana y al preguntarles por el uso de Internet para búsqueda de información o lectura de libros, señalan que no les interesa, pero sí destacan que utilizan mucho Facebook".
De todas formas, de esas encuestas, se desprenden algunos títulos y temas para tener en cuenta. Mario Vargas Llosa, por distintas razones, aparece con más de un texto: Travesuras de la niña mala , La tía Julia y el escribidor ; entre otros, están Fogwill, Cuentos completos ; Juan José Saer, El entenado ; Siri Hustvedt, El verano sin hombres ; por supuesto, Alejandra Pizarnik, Poesía completa ; novelas de Claudia Piñeiro (en especial, Betibú , que figura en listas de best sellers ); Indias blancas , de Florencia Bonelli; Eduardo Galeano, Las venas abiertas de América Latina , o la trilogía policial de Stieg Larsson, Millennium . Como se ve, elecciones heterogéneas, en las que predominan, además, las hechas por lectoras, porque las mujeres están leyendo más, por lo menos en cantidad.
No a la domesticación
Es cierto que la sociedad puede ser impiadosa con los jóvenes, siempre exigiéndoles ser ese "futuro" inalcanzable, que sus propios padres no lograron conseguir. El filósofo e investigador Hugo E. Biagini ha dedicado su libro La contracultura juvenil. De la emancipación a los indignados (Capital intelectual, 2012) a tratar en parte el tema. Escribe Biagini en la introducción:La estrecha afinidad entre utopismo y juventud presupone una serie de atributos que pueden ligarse con dicha etapa existencial. [...] En ese perfil relativamente singular aparecen matizadamente el inconformismo, la creatividad, el desprendimiento, la preferencia por la acción, el jugarse con osadía, la lealtad, etcétera. Las cualidades mencionadas han hecho que la juventud haya sido glorificada por concentrar todas las virtudes o por su monto de heroicidad y al mismo tiempo se la haya detractado por considerarla fuente de anarquía y perturbación social, con ribetes delictivos.
Es a esa juventud tan pronto endiosada como discriminada a la que la sociedad (sus padres, sus maestros; los adultos, en fin) le pedimos que lea, que lea incluso por lo que el resto no lee ni leerá. Por ello, es muy importante detenerse en este testimonio de una escritora que, como Verónica Sukaczer -también periodista y logogenista; entre otros libros, escribió Hay que ser animal (Segundo Premio Nacional de Literatura Infantil) y Lindo día para volar (mención especial del premio El Barco de Vapor)-, tiene contacto habitual con los jóvenes porque dirige talleres literarios: "Hace poco, tuve dos experiencias que me trastornaron bastante. Por un lado, un grupo de participantes en un taller literario, todos veinteañeros, se aburrieron soberanamente con Fahrenheit 451 , de Ray Bradbury. Y mi hijo adolescente casi se infarta al tener que leer un único cuento de Poe para una tarea escolar". Un repaso personal de esos mismos textos arrojó la siguiente conclusión: "Me encontré con largas descripciones, diálogos a veces más literarios que reales, con modos de contar que, aunque a mí me siguen apasionando, entiendo que no resulten interesantes para nuestros nativos digitales. Y aquí entran muchos otros elementos que juegan en contra: el caudal cultural de los chicos de hoy en día es decididamente pobre, y por eso no comprenden muchas de las relaciones que el texto hace con momentos históricos o personajes o lo que fuera. También el lenguaje se ha empobrecido, los tiempos de lectura no son los mismos ni de la misma calidad, y las fuentes de distracción son variadas y están encendidas las veinticuatro horas del día".
Las experiencias de la escritora Silvia Plager (su último libro publicado es Boleros que matan , y ahora Sudamericana reedita La rabina ) son tan variadas como los años que lleva dirigiendo su taller literario. "Empecé coordinando los talleres literarios de los años ochenta en el Centro Cultural San Martín, cuando lo dirigía Javier Torre, con gente de todas las edades. Hoy, personalmente, no elegiría tener en mi grupo a alguien de 20 años, porque hay que tener lecturas básicas, que no siempre han hecho, y porque mi taller es de narración, no de expresión". También Plager coincide, como lo hará la mayoría de los entrevistados en esta nota, en que "hay que ser lector primero y después escritor. El que no venera el texto escrito no puede ser escritor". También ella va a destacar que le llama la atención "esa ansiedad por leer el propio texto, antes que leer uno de un escritor consagrado". De todas maneras, reconoce que cuando ella empezó a hacer taller con el escritor Roger Pla ("que tenía una cultura impresionante; si no habías leído nada de filosofía, te recomendaba qué leer"), en esa época también estaban las chicas que leían tanto Corín Tellado como Herman Hesse ( El lobo estepario ), porque eran las lecturas de ese momento. Finalmente, Silvia Plager rescata una "expresión escrita" que le parece importante: "Las largas parrafadas en Facebook de comentarios de libros, que se van armando entre los participantes, y que están muy bien escritas y tienen su valor", y que comprende a gente de todas las edades.
Por esa razón, hay especialistas que creen que un lector, mejor aún, un "buen lector" (porque de eso se trata, en definitiva), puede hacerse como se hace un deportista, un músico, una persona que disfruta de los amigos y de los afectos, o del cine: con acceso frecuente, con disponibilidad del espacio apropiado, del estímulo. Y también de lo que se entienda por "buen, poco o mal lector". Para Lola Rubio, especialista en literatura infantil y juvenil, bibliotecaria, que está actualmente al frente del Área de Obras para Niños y Adolescentes de la editorial Fondo de Cultura Económica, "hay tantos buenos lectores jóvenes como buenos lectores adultos; lectores frecuentes, habituales, en general muy estimulados por su entorno social, familiar, escolar. Lo interesante es pensar que también hay espacio para generar lectores si la lectura deja de estar tan domesticada, tan asociada a los valores, a lo correcto, a la aceptación de pautas. Para muchos jóvenes, leer es casi como mostrar otra forma de obediencia: algo que puede provocar rechazo en muchos de ellos. La lectura tiene que ser un espacio de rebeldía, ya sea por la temática, por el autor, por el momento elegido para leer. La domesticación juega en contra. Cuántas anécdotas conocemos de grandes lectores que leían a escondidas o leían textos no admitidos (incluso prohibidos), o lo hacían robando tiempo a otras tareas, e incluso enfrentándose a adultos que aseguraban que leer era una pérdida de tiempo. No tendríamos que equiparar el goce de la lectura con el cepillado diario de los dientes".
Se pueden buscar, entonces, otras maneras de interesar a jóvenes (y adultos) en ese ámbito tan personal e inasible. En principio, ellos mismos se encargan de hacerlo. Por ejemplo, confiando en la recomendación de sus pares, que se da ahora a través de las redes sociales y que permite así convertir -o no- el libro en fenómeno. Como dice la periodista y editora de Norma, Hinde Pomeraniec, "ahí están lo que se llama fandoms , que son nuestros viejos clubes de admiradores. Pueden ser de libros, de series, de cómics". Estos lectores, muchos de ellos a punto de terminar el secundario, "aman las fan pages y debaten, discuten y hasta les dan ideas a los guionistas o escritores para segundas, terceras o cuartas partes".
Para Pomeraniec, los temas todavía siguen divididos "entre los lectores que buscan sólo fantasía, distopías y realidades paralelas, y aquellos que prefieren historias más reales, más cercanas, son ésos a los que de adultos les va a gustar leer biografías. Los primeros suelen ser lectores voraces, que consumen grandes tomos; los segundos son más vagos, y por lo tanto les produce tremenda felicidad llegar al final de un libro".
La vida misma
Esa circulación de la lectura a través de las redes sociales es una de las características más importantes para rescatar hoy. Si bien Eduardo González, autor de novelas juveniles y policiales, está convencido de que los jóvenes lectores provienen de familias lectoras en las que se comparten charlas y opiniones sobre los libros que se publican o se leen, esos libros finalmente hoy forman parte de lo cotidiano, de la vida. "Están los lectores de blogs que se enteran de las opiniones con sus pares a través de la Web. El cine es otro medio de abordaje a la lectura, como así también algunas series, ya que muchos llegan a los libros después de verlas: Crepúsculo , Los juegos del hambre , Juego de tronos ", películas que también comparten con los adultos, por lo que se da un interesante intercambio generacional, como cuando en la casa todo el mundo leyó la serie de Harry Potter. Para González, también es importante la temática de algunos títulos:Llegan a ser best sellers aunque tocan temas como el abuso sexual infantil, el filicidio, el fratricidio o el vampirismo. Por eso, estoy convencido de que un joven sabe por qué elige un libro, por qué lo compra. Entiende perfectamente qué quiere leer a la hora de comprar un libro, porque la Web ha permitido la diversidad y esa situación para un joven inquieto es maravillosa.
La vida misma parece encargarse de darles a estos lectores actuales muchas más oportunidades que las que tuvieron sus mayores. También Eduardo González recuerda una anécdota muy interesante al respecto: "En el festival BAN [el de la Novela Negra de Buenos Aires], estábamos debatiendo sobre el policial juvenil, y dos profesores de la Universidad Nacional de Villa María, Córdoba, comentaron que sus alumnos leían empleando soportes electrónicos y también papel; en especial buscaban libros usados, sobre todo, las primeras ediciones del Séptimo Círculo".
Es evidente, entonces, que las nuevas tecnologías tienen su lado altamente positivo. Los que frecuentan Twitter, ese reino de la "escritura corta" por lo de los 140 caracteres, saben que son infinitas las posibilidades de recibir y dar recomendaciones sobre todo tipo de lecturas. Así, está por ejemplo, desde Venezuela, @QuéLeer -sus integrantes se autodefinen como "lectores caseros que buscamos experiencias literarias, para enriquecer nuestro intelecto y nuestras bibliotecas" ( www.queleer.com.ve )- un colectivo, como les gusta decir a los españoles de España, que hace, además, entrevistas a distintos autores, generalmente una vez por semana, cuyo pensamiento se va desgranando -nunca mejor usado el verbo- a lo largo de decenas de tuits; al final de la entrevista, se hace una pregunta sobre un libro en particular del escritor, y aquellos tuiteros que aciertan ganan un ejemplar de la obra mencionada. Una de sus últimas recomendaciones ha sido esta: "@QuéLeer esta Semana Santa: Novelas Ejemplares de Cervantes en #ebook. ¡Mirad qué portadas más originales! http://ow.ly/joziS". De estos ejemplos, hay muchísimos en la Red.
Para Daniel Divinsky, creador de la ya mítica Ediciones de la Flor, no hay todavía datos fehacientes como para conformar estadísticas tan completas sobre el fenómeno de la lectura, tanto en soporte papel como en pantalla. Para él, estamos viviendo un poco el imperio de la cultura adolescente, porque la lectura en pantalla es predominante en un público cuya edad promedio son los 20 años. Por eso quizá también el auge de la novela gráfica; la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (Conabip) que realiza anualmente envíos colectivos a las bibliotecas de todo el país y que siempre consulta a los bibliotecarios para hacer sus encargos, compró mucha novela gráfica a Ediciones de la Flor -específicamente, Los dueños de la tierra , de David Viñas, con adaptación de Juan Carlos Kreimer e ilustraciones de Dante Ginevra-, "y eso es porque esa debe de haber sido la recomendación", concluye Divinsky. Con respecto al humor gráfico, un plato fuerte de su editorial, también señala que ya son varios los autores que le comentan que, a raíz del número creciente de seguidores en las redes sociales, ese fenómeno levantó la demanda en la venta de sus libros.
Este otro fenómeno, la llamada "novela gráfica", ha merecido un libro: el del historietista español Santiago García - La novela gráfica , Astiberri Ediciones, 2010-, en el que su autor opina que no se trata del equivalente a una novela literaria, ni es un género, un formato o una temática, sino más bien una intención, una decisión consciente de un autor "de hacer un tebeo adulto", una decisión fundada sobre todo en la libertad que se ha conseguido en el transcurso de la historia y en la conciencia de autor, que en opinión de García es el punto clave del nuevo cómic. Independientemente de que estemos o no ante un nuevo género (aunque su denominación lo sea), el trasvasamiento de la novela gráfica al ámbito local puede llegar a dar resultados interesantes, y no es menor el hecho de que una institución como la Conabip haya decidido hacer una compra grande de una obra como la de Viñas que, en su época y aun ahora, por su valor literario e histórico, sigue siendo profundamente cuestionadora.
Otras voces, otros caminos
Todos los entrevistados están de acuerdo en señalar que un escritor debe ser (sí, obligatoriamente) un muy buen lector. ¿Se cumple este apotegma hoy? Una experiencia interesante es la que está haciendo Casa de Letras (CdL, www.casadeletras.com.ar ), la asociación civil creada en 2006 y dedicada a "enseñar y desarrollar integralmente la lectura, la escritura, la narración oral, y los universos vinculados a ellas". Su directora, Blanca Herrera, cuenta que los integrantes de CdL ahora han decidido crear la Escuela de Escritura Online, que comenzará sus cursos en abril próximo. "En realidad, esta idea surgió porque gente de otros lugares, Rosario o Neuquén, por ejemplo, no podían asistir a nuestros cursos presenciales; se trata de recrear en un aula virtual las condiciones de intercambio y comunicación entre docentes y alumnos propias de un aula presencial". Lo que Herrera destaca es que, en la formación que ellos dan, el tema de la práctica de la escritura tiene la misma entidad que la de la lectura, aunque aquí se trate de una lectura "para escritores": herramientas técnicas, artilugios, etcétera, importantes de reconocer cuando se está intentando escribir un texto literario.Con respecto a las lecturas que pueden tener los que se acercan a cursar en CdL, dice Herrera que "el espectro es heterogéneo en cuanto a las edades; en su mayoría están entre los 25 y los 40 años, aunque hemos tenido asistentes de 70 años y más. Aquí se da también, como arrastre del secundario, el fenómeno de la pobre o mala comprensión de textos. E incluso entre los más jóvenes, que vienen porque quieren escribir, ocurre que no quieren leer, están enamorados de sus textos y no están interesados en leer los textos de otros, aunque se trate de Borges o de Nabokov". Por eso, en las reuniones de claustros, se ha acordado con el equipo de profesores, todos escritores conocidos y que producen su propia literatura, trabajar primero con la lectura y análisis de textos literarios.
"Hay un ejemplo muy interesante -cuenta Blanca Herrera- y está relacionado con un texto clásico, por su belleza literaria y porque se da siempre en el secundario, «El hombrecito del azulejo» de Manuel Mujica Lainez. Cuando fuimos a una escuela para leerlo en voz alta -nosotros hacemos alianzas con distintas empresas, como parte de su responsabilidad social empresaria, para ir a contar historias a las escuelas y así crear un vínculo recreativo y afectivo con la literatura-, sólo entonces los chicos parecieron comprenderlo, tanto que después se lo contaban ellos al maestro." Conclusión: CdL recupera el valor de la narración oral, para adultos también, en sus cursos de narradores orales, "a partir de los cuales, se han formado grandes lectores".
Leer para ser feliz
Lola Rubio vuelve a definir muy bien este proceso vital tan particular que es elegir qué se quiere leer:Comparto la idea de que hay un tiempo, un tiempo interno, que requiere de cierta suspensión mental, o de una inmersión total más propia de un mundo analógico que va a contramano de este mundo digital que transitamos, hiperapurado y que superpone estímulos. Me parece que sí tenemos dos lógicas en tensión. La lectura de ficción (o de alta demanda de concentración, lo mismo que si se trata de no-ficción) pide y proporciona aislamiento. De ahí todas las metáforas vinculadas a los mundos que conocemos mientras leemos, o de estar en otro mundo gracias a la lectura. Esta lectura rechaza otras distracciones. Cuando se está metido en una lectura, uno quisiera eliminar las llamadas, la conversación, todo.
Por eso, y como nos recuerda también el escritor Eduardo González, sigue teniendo inmensa vigencia lo que alguna vez escribió Jorge Luis Borges: "El verbo leer, como el verbo amar y el verbo soñar, no soporta el imperativo. La lectura debe ser una de las formas de la felicidad y no se puede obligar a nadie a ser feliz". .http://www.lanacion.com.ar/
Una pelea digital está afectando el funcionamiento de Internet
Una entidad que combate el correo
basura, Spamhaus, está sufriendo un ataque de parte de varios grupos de
piratas informáticos, que también afecta a los servidores raíz de
Internet
En Internet el correo basura es plaga. Y una organización europea sin fines de lucro, Spamhaus
, creó una lista negra de servidores que se usan para enviar spam por
el mundo, y que muchos proveedores de correo electrónico usan para
filtrar los mails no deseados.
A mediados de mes Spamhaus agregó a su lista negra a
una compañía holandesa, Cyberbunker, que ofrece hosting para cualquiera y
sobre cualquier cosa (excepto pornografía infantil y terrorismo).Según reporta la BBC , desde entonces los servidores de Spamhaus están sufriendo lo que se denomina un ataque distribuido de denegación de servicio : un enjambre de computadoras le hace múltiples pedidos espurios a los servidores, hasta que estos se saturan y se caen, o dejan de estar accesibles (es decir, dejan de prestar su servicio).
Una compañía a la que Spamhaus le pidió ayuda para mantener activos sus servidores, CloudFlare, también se vio afectada .
Los expertos entrevistados por el New York Times sobre esta pelea argumentan que este es el mayor ataque conocido, con varias redes criminales actuando al unísono, ocupando un ancho de banda cada vez mayor; esto afecta a los servidores de Spamhaus, a su servicio (es decir, las firmas que proveen correo electrónico no pueden consultar sus listas negras) y al resto de Internet, ya que están saturando las conexiones generales y -según los expertos- están atacando también los servidores DNS raíz (los que mantienen una tabla que traduce un dominio inteligible para un ser humano -lanacion.com.ar- con el número IP que lo identifica en Internet). Ocupados en evitar estos ataques, se reduce su disponibilidad para el resto de los usuarios.
Esto redunda en sitios que tardan en cargar, o que no están accesibles por un rato. Los ataques no parecen haber terminado, y hasta ahora no se ha determinado quiénes están detrás, aunque varias fuerzas policiales europeas están investigando el hecho.
.http://www.lanacion.com.ar/
El peor ataque informático de la historia afectó ayer a Internet
Twitter: @arieltorres
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Una escaramuza entre dos grupos online,
uno que ofrece servicios antispam y otro de alojamiento Web, derivó
esta semana en el que posiblemente sea el mayor ataque informático de la
historia de Internet y que tuvo su pico de violencia ayer. Según
fuentes de Cablevisión y administradores de sistemas consultados por LA
NACION, sus efectos no se sintieron en la Argentina; pero millones de
usuarios en Europa tuvieron dificultades para ingresar a sitios Web.
Netflix, informó el diario norteamericano The New York Times, fue de los
servicios más afectados.
La trifulca comenzó cuando la organización Spamhaus,
que tiene sede en Londres y en Ginebra, y se dedica a crear listas
negras de los que envían publicidad no solicitada (o spam), añadió a sus
bloqueos a Cyberbunker, una firma holandesa que ofrece alojamiento para
toda clase de contenidos, "excepto -aseguran- pornografía infantil y
terrorismo".La respuesta fue un ataque que puso a Spamhaus fuera de combate. Pero eso fue sólo el principio. Por la técnica de ataque utilizada, los efectos se propagaron por la infraestructura de Internet, haciendo que el acceso a la Web, entre otras cosas, funcionara muy lentamente. En particular, además de Spamhaus, se vio afectado un servicio esencial para la Red, llamado DNS.
DNS son las siglas en inglés de Servicio de Nombres de Dominio, una denominación hermética para una tarea tan simple como fundamental. Cada vez que entramos en un sitio Web, enviamos un correo o chateamos por Skype, incluso cuando usamos WhatsApp en el móvil o miramos un video de YouTube en la tablet, el DNS debe convertir nombres como www.lanacion.com.ar o www.facebook.com , fáciles de recordar para los seres humanos, en lo único que la Red comprende. Esto es, números. Números IP.
Por diversos motivos, los servidores DNS pueden ser objeto de ataques informáticos. El problema es que si esa traducción falla o se demora, Internet o deja de andar o se pone demasiado lenta.
Para entender lo que ocurrió estos días hay que mirar cómo se realiza el ataque a un sitio web. Una de las formas más utilizadas es el DDoS, siglas en inglés de Ataque Distribuido de Denegación de Servicio. En breve, un DDoS envía simultáneamente millones de solicitudes de página al sitio, que por lo tanto se inunda de tráfico y deja de responder. Para esto se usan computadoras personales infectadas con un tipo de software malicioso llamado botnet (por red de robots). Las botnets les otorgan control remoto de las PC infectadas a los atacantes. Son una pesadilla para los administradores de sistemas y uno de los negocios más ricos de los delincuentes informáticos, que alquilan el tiempo de estas redes para los DDoS, el envío de virus y la distribución de spam. En rigor, el que Cyberbunker se haya atribuido el DDoS contra Spamhaus es una confesión de partes respecto de su relación con el submundo informático.
Ahora bien, la magnitud del ataque de estos días alcanzó picos de tráfico de datos sin precedente, cinco veces mayores que los que se habían visto en otras crisis, de hasta 300.000 millones de bits por segundo. Para lograr algo así, las botnets usadas por Cyberbunker tendrían que ser multitudinarias.
Pero no, porque los atacantes emplearon una técnica llamada reflexión por DNS. Es decir, utilizaron los servidores DNS para amplificar el tráfico contra Spamhaus. Los detalles técnicos exceden el horizonte de este artículo, y por mucho, pero el lector interesado puede leer más, en inglés, en esta página de Cloudflare, la empresa de seguridad que Spamhaus contrató para que la asistiera en la crisis, y que se volvió ella misma una víctima del ataque (http://blog.cloudflare.com/deep-inside-a-dns-amplification-ddos-attack), lo mismo que las compañías que le proveían conexión a ambas.
Lo cierto es que esta vulnerabilidad no es nueva y, según los administradores de sistemas consultados por LA NACION, nada de esto habría ocurrido si se hubieran respetado recomendaciones hechas por la Fuerza de Tareas de Ingeniería de Internet en mayo de 2000. Ayer a la tarde, las cosas estaban volviendo a la normalidad, pero de momento no existe ninguna garantía, aseguran los expertos, de que algo así no vuelva a ocurrir.
Daño colateral en la Red
La vulnerabilidad había sido advertida en 2000- El detonante
El grupo antispam Spamhaus incluyó a la empresa de web hosting holandesa Cyberbunker en sus listas negras. En venganza recibió un ataque de denegación de servicio masivo
- No fue global
Anoche, el prestigioso sitio de tecnología Gizmodo ( http://us.gizmodo.com ) ponía en duda los verdaderos alcances del ataque, asegurando que sólo había afectado a Holanda, no a Internet en general
- Una vieja historia
Con todo, la vulnerabilidad que explotaron los atacantes ya había sido advertida por la Fuerza de Tareas de Ingeniería de Internet, mediante una recomendación de mayo de 2000. A juzgar por la crisis de ayer, esa directiva no fue escuchada, aseguran los administradores de sistemas
últimas notas de
Internet
http://www.lanacion.com.ar/
Murió el historietista Manuel García Ferré
El artista que creó a Anteojito, Hijitus
y Petete, entre otros emblemáticos personajes infantiles que marcaron a
distintas generaciones, falleció a los 83 años, durante una operación
de corazón
Manuel García Ferré,
uno de los historietistas más reconocidos del país, falleció esta
mañana durante una operación de corazón, según informaron sus
familiares.
Los restos de García Ferré serán inhumados en Jardín de Paz, de Pilar, aunque la familia no dio mayores precisiones.En sus más de 60 años de trayectoria, García Ferré ganó el reconocimiento de varias generaciones a partir de la creación de personajes infantiles, como Anteojito, Hijitus, Larguirucho y Petete.
García Ferré nació el 8 de octubre de 1929 en Almería, España, y a los 17 años viajó hacia la Argentina junto con sus padres, escapándose de los años difíciles de la España de la posguerra civil.
Una vez aquí, rindió las equivalencias del bachillerato que había cursado en España e ingresó en la Facultad de Arquitectura. Para poder subsistir, trabajaba como free-lance para agencias de publicidad, y por las noches comenzaba a darle forma a su futura galería de personajes.
"Mis personajes tienen un fin didáctico o moralizador porque expresan ternura, sabiduría en lugar de violencia o expresiones de mal gusto. Creo que haber sufrido la Guerra Civil Española hizo surgir en mí la idea de buscar personajes que fueran símbolos de comprensión y de paz", contó en 1999.
Su carrera
Después de algunos intentos para conseguir que alguno de sus personajes encontrara la fama, en 1952 llegó el primer "sí". Fue por su personaje Pí-Pío -que vivía en un pueblo llamado Villa Leoncia, donde aparecerían después Oaky e Hijitus- quien fue aceptado por la revista infantil Billiken.En una entrevista con LA NACION, donde García Ferré recorrió su carrera, el historietista recordó ese momento.
"Recorriendo editorial por editorial, llegué a Atlántida con una carta de recomendación de un dibujante. Me recibió Carlos Vigil y le dejé mis trabajos. Más adelante me atendió su padre, don Constancio. Nos reuníamos semanalmente para hablar sobre mis personajes. Para un joven en una ciudad desconocida, contar con los consejos de un hombre mayor como Vigil era algo que daba mucho apoyo e impulso. Me acuerdo que cada día me esforzaba más, porque sabía que enfrente tenía un juez muy severo", comentó.
Más adelante, en 1959, decidió crear su propia empresa de publicidad de dibujos animados, desde donde creó cientos de jingles y, finalmente, en 1964 desarrolló su propia revista infantil, Anteojito, después de que este personaje de convirtiera, junto con su tío Antifaz, en uno de los más queridos de los niños en ese momento. La revista dijo adiós en 2002.
En 1967 estrenó en televisión la primera serie de dibujos animados de la Argentina, Hijitus, que se transmitió diariamente por Canal 13 hasta 1974. A partir de ahí comenzó su carrera en los medios audiovisuales, que incluyó seis films.
Su sexta y última película, Soledad y Larguirucho, fue estrenada en el invierno del año pasado, con la cantante Soledad Pastorutti como la protagonista que acompañaba a uno de sus personajes más memorables, Larguirucho, quien en la serie Hijitus repetía "Hablá más fuerte que no te escucho".
Entrevista de Beto Casella a García Ferré en 2012
El año pasado, el artista habló de su llegada a la Argentina, sus inicios en la profesión y sus personajes.Sus personajes
PeteteInforme: ¿Es necesario que las escuelas exijan libros de texto nuevos todos los años?
Los mismos comerciantes reconocen que los libros escolares
están diseñados para que los chicos no puedan reutilizarlos. Sin embargo
una especialista peruana asegura que en su país está prohibido por ley
que las escuelas pidan libros de texto nuevos.
Es correcto que todos los años las escuelas pidan libros de texto nuevos a los chicos y que estos no puedan usar libros usados o que les heredaron sus hermanitos. ¿Todos los papás están en condiciones de pagar los más de cien pesos que cuesta un libro? ¿Y cómo se sienten lo que no pueden pagar, se quedan afuera de la clase?
Estas son sólo algunas de las premisas que intentó contestar un informe realizado por Canal 8 en el que se plantea la problemática que todos los años afrontan los papás a la hora de comprar los libros para sus hijos.
Un comerciante de la provincia reconoció directamente que los libros están “diseñados” para que se puedan usar sólo una vez porque traen ejercicios para completar o partes que recortar que hacen que el ejemplar no pueda ser reutilizado. Ante este panorama la única salida es comprar un libro nuevo, aunque no todos tienen para pagar más de $100 por un libro.
En medio de este debate planteado aparece la opinión de una especialista peruana que explica la experiencia de su país en donde se prohibió por ley que las escuelas exijan libros nuevos y asegura que el libro debe servir como una “guía” en el aula pero que de ninguna manera su falta debe ser un limitante para los chicos. http://www.sanjuan8.com/export/system/modules/com.tfsla.diario.sanjuan8/resources/images/sanjuanocho.png
Objetos históricos
Rescatando el Packard
El lujoso auto modelo 1927 que le regaló Presidencia a Federico Cantoni para que luzca en autos oficiales estaba olvidado en el Garaje Oficial desde 1986. Ahora lo están pintando y restaurando parte por parte para exhibirlo como pieza de museo. Dicen que podría ubicarse en el Centro Cívico. Por Miriam Walter.
jueves, 28 de marzo de 2013
Casco negro brillante, faros plateados, asientos de pana bermellón y llamativos escudos de San Juan. En sus épocas de esplendor, el Packard 1927 que le obsequió Presidencia de la Nación a la Provincia durante el gobierno de Federico Cantoni fue la movilidad más exquisita con la que contó San Juan para actos oficiales y paseos presidenciales. De ese apogeo pasó a la ruina. Los años deslucieron a esa movilidad al punto que llevaba hasta hace poco 27 años guardada en un galpón céntrico, el Garage Oficial, preservada por el personal del lugar con plumeros y lustramuebles. Ahora, el descapotable está desarmado para poder tratar sus partes de a una, recuperarlas, y ponerlas nuevamente en su lugar para que vuelva a ser una joya de estilo, y poder exhibirlo como una pieza de museo, probablemente en el Centro Cívico.
Considerado un automóvil de alta gama, con aires de limousine, el Packard sanjuanino es una pieza de colección. En 1927, durante la Presidencia de Marcelo T. de Alvear, fue traído directamente al país desde una fábrica de Detroit, Estados Unidos, siendo de los más avanzados de su época: auxilios en los flancos, llantas con rayos de hierro, capota desmontable, motor de 8 cilindros en línea que permitían llegar a una velocidad máxima de 104 km/h, caja de tres velocidades y marcha atrás y un tanque de combustible con capacidad para 94 litros, con rendimiento de 6 km por cada litro. Incluso, cuentan que el automóvil tenía un bar escondido en el asiento delantero para deleite y comodidad de los viajantes.
El Packard se utilizó siempre para grandes ocasiones. En 1936 paseó en él el presidente Agustín P. Justo cuando vino de visita, y en 1940 lo usó Monseñor Audino Rodríguez y Olmos. La historia da cuenta de que el apogeo de este automóvil fue en los ’40, durante la intervención de Evaristo Pérez Virasoro y la gobernación de Ruperto Godoy, quienes hasta lo usaban para recorrer departamentos alejados. El último presidente que lo usó fue Raúl Alfonsín, en una visita que hizo a San Juan, escoltado por el bloquista Leopoldo Bravo, quien lo había usado también cuando ganó las elecciones a gobernador en 1983. El paseo alfonsinista en 1986 fue el último que hizo el Packard en público, para dormir luego por casi tres décadas en el predio de la calle Tucumán.
Durante años, los empleados del Garage Oficial hicieron pedidos para que se rescate el auto. Alfredo Avelín, en 2001 siendo él gobernador, quiso remozarlo para cederlo gratis para el traslado de las novias a la iglesia, pero la idea no prosperó porque el Packard había sido declarado Reliquia Histórica en 1982, con uso limitado a muestras y actos oficiales. Una década después, en 2011, José Luis Gioja hablaba de restaurarlo para exhibirlo en el Museo Histórico Provincial Agustín Gnecco. Pero no hubo novedades hasta ahora que efectivamente se lo está restaurando.
¿Dónde irá? La directora del Museo Agustín Gnecco, María Julia Gnecco, dijo a Tiempo de San Juan que no hay pedidos formales para que se incorpore a las piezas que tienen en exhibición pero que, sin duda, le gustaría que sea así. Incluso dijo que alguna vez se habló de exhibirlo en un espacio especial, a construir en la ampliación del edificio del museo ubicado sobre Avenida Rawson, pero que las obras están en carpeta. Gnecco aseguró que en pocos días refrescará esa idea las autoridades provinciales. Otra versión dice que el Packard irá al Centro Cívico, donde ya hay objetos históricos como las banderas de Talavera y de Cabot. Por lo pronto, al Packard le están devolviendo la elegancia.
((fotos apertura)))
Desarmado y con trabajos de pintura nueva, poco a poco el Packard recobra su color original, como se lo veía en 1983 en la asunción de Bravo.
((foto alfonsin)))
Raúl Alfonsín fue el último presidente que lo usó en su visita a San Juan en 1986 .http://www.tiempodesanjuan.com/imgs/gral/tiempo-de-san-juan.png
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