El
libro busca reflejar la revolución que ha significado en nuestra era la
aparición de Internet, y lo hace utilizando un medio que significó una
revolución igual de importante y que cambió la manera de acceder a la
información: la imprenta de Gutenberg. Así, utilizamos un medio de
impresión visionario para hablar de un medio de comunicación visionario.
El libro ya no es un mero contenedor de información, traspasa esta
función a la Red y se convierte en otra cosa, se libera de su carga.
El libro en sí es un objeto, ediciones cuidadas que se convierten en libros especiales.
Prestamos atención al
papel, su textura y color. Cuidamos la encuadernación hecha a mano y con
el título gofrado en la portada, respetamos todo el proceso de
elaboración: el libro está realizado a mano en todas sus fases. Desde la
maquetación, la composición e impresión con tipografía, hasta la
presentación.
Los textos se han impreso
manualmente en una imprenta tipo Minerva a cuatro tintas (RGB y negro)
como si se tratase de los colores de un monitor de ordenador.
Las capas se superponen,
la información aparece de manera caótica y desordenada. Esto lo hemos
reflejado mediante la encuadernación tridimensional del libro, con
distintas caras y distintas formas de lectura.
El libro carece de
instrucciones, Internet también. Internet no tiene páginas, el libro
tampoco. El lector se mueve por él libre e intuitivamente.
Las
tipografías se mueven en distintas direcciones. Se muestran en
diagonal, vertical, boca abajo... El libro no tiene ni derecho ni revés,
no tiene una posición concreta ni un orden de lectura, a veces hay que
ponerlo boca abajo o de lado para poder leerlo. El espectador tiene que
interactuar con él, ha de buscar su forma de navegar por el libro.
Como usamos tipografía
explotamos sus posibilidades y peculiaridades reforzando sus
características propias en la impresión: imprimiendo con exceso de tinta
y con falta de ella, mostrando la veta de la madera de algunas letras,
el exceso y la falta de presión... Explotar los “errores” de la
impresión para convertirlos en virtudes, mostrar la vertiente táctil de
los tipos móviles, de la que carece la impresión digital.
El libro es un juego, hay
muchas maneras de verlo pero no hay por qué descubrirlas todas. No hay
una forma de lectura correcta, la buena es la del espectador.
Eva Mengual, editora del libro de artista "Cultura Compartida" (Editorial La seiscuatro)http://www.dosdoce.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario