Uno de los redactores del sitio de tecnología The Verge aceptó la prueba y estuvo doce meses sin estar conectado a la Red
Lo que comenzó como una suerte de
experimento excéntrico del sitio de tecnología The Verge, en donde el
redactor Paul Miller aceptó el desafío de estar un año sin estar
conectado a Internet, llegó a su fin por estos días. En un mundo cada
vez más conectado, no sólo desde una computadora sino también desde un
teléfono móvil, una tableta y hasta en los electrodomésticos y los
autos, Miller decidió encarar los últimos doce meses tras sentirse
agobiado por tantos estímulos del mundo virtual (siempre pensando en una
sociedad moderna, por supuesto; hay una parte importante de la
población mundial que no accede a Internet).
The Verge publicó un artículo en donde el redactor cuenta la experiencia de estar un año off line, sin acceso a la red.Sin chequear su buzón de correo electrónico ni navegar la Web, Miller esperaba encontrar en su reclusión del mundo digital una respuesta ante los desafíos que imponen las nuevas tecnologías. Las primeras conclusiones a las que llegó fueron que Internet suele ser un motivo de distracción y dispersión para determinadas tareas.
Bajo estas nuevas condiciones, el redactor reemplazó su smartphone por un teléfono celular de primera generación, sin Internet y que sólo permite realizar llamadas de voz y mensajes de texto. Comenzó a tener un mayor contacto con las personas en la vida real, bajó unos siete kilos y logró entregar a tiempo sus artículos, que escribía en su casa y debía llevar en persona a la redacción en un pen drive.
"No voy a decir que mi vida era diferente sin Internet, pero tampoco era la vida real", dijo Miller
La ausencia de la mensajería instantánea lo obligó a
enfrentar situaciones sociales que, en otro momento, hubiera respondido
con un emoticón y algunos mensajes.A pesar de los beneficios iniciales que le había brindado su desconexión, las dificultades comenzaron a aparecer en la vida de Miller ante el uso del correo tradicional. "Responder una docena de cartas a la semana resultó ser tan tedioso como contestar los mensajes de correo electrónico en un día", dijo el redactor.
Sin tener acceso a un mapa digital o a la geolocalización, encontrarse con personas fue todo un desafío. Y ante la ausencia de las redes sociales, los vínculos de Miller se redujeron tras la partida de un amigo a China, y con el cambio de trabajo de otro.
"No voy a decir que mi vida era diferente sin Internet, pero tampoco era la vida real", dijo Miller sobre su experiencia, que se reflejó en varias publicaciones que realizó de forma off line en The Verge .
El 1 de mayo se cumplió el primer año sin acceso a Internet de Miller, que tiene presente cuáles serán los viejos problemas conocidos, y espera volver a realizar una videoconferencia con su sobrina Keziah. "He perdido un año sin usar Internet, pero ahora volví y puedo hablar contigo otra vez por Skype otra vez", agregó.
"Es probable que pierda el tiempo en la Web, que me distraiga o que ingrese en sitios inadecuados, y seguro no me alcanzarán los días para escribir una novela. Pero volveré a estar conectado", dijo Miller, al finalizar su artículo tras su regreso a la Red..
¿Te animarías a estar un año
sin Internet? ¿Cómo te imaginás tu vida sin tener acceso a la Web, a las
redes sociales y al correo electrónico, entre otros servicios? Dejá tu
opinión en los comentarios de la nota
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