La existencia en el aula de alumnos y alumnas de diferentes edades supone la consideración de diferencias psicológicas, madurativas…, es decir, de que existen en ella distintos rasgos que diferencian a unas edades y otras y al mismo tiempo las caracterizan. Así, podemos destacar que los niños de 3 años aprenden mediante la imitación, el juego, el dibujo y el lenguaje; su capacidad de atención es menor que la de los niños y niñas de 4 y 5 años; sus intereses son también distintos, etc.
Se trata de una experiencia enriquecedora porque:
- Con ella se supera el egocentrismo (siendo éste una de las limitaciones del período abordado), ya que provoca la confrontación de puntos de vista. Los mayores se ponen en el lugar de los más pequeños.
- “Como el aprendizaje se realiza en contextos interactivos, las personas que rodean al sujeto son agentes de desarrollo”. Esta idea la comparto con Vigotsky. Según él, el compañero más capaz colabora, ayuda y guía a los niños y niñas más pequeños.
- Los niños pequeños imitan conductas más evolucionadas siendo ésta una idea aportada por Ausubel.
Organización del aula con alumnos y alumnas de 3, 4 y 5 años
Para organizar mi aula hay que tener  presentes los siguientes elementos organizativos: espacio, tiempo, programación, materiales, agrupamientos, actividades, dinámica del aula.
- La organización del espacio. Se necesita  un espacio común para todas las edades en el que se realicen actividades colectivas como: asamblea, juegos psicomotrices, aprendizajes de canciones, cuentos… y un espacio específico para cada edad que ha de estar  organizado por rincones. En ella ha de haber rincones para todas las edades como por ejemplo el rincón de la afectividad, aunque más indicado para tres años no quiere decir que no puedan ocuparlo alumnos de 4 y 5 años; rincón de lógico-matemática más indicado para 5 años…
- La organización del tiempo. Hay que contemplar dentro de la jornada escolar un tiempo para el trabajo de rincones y otro tiempo para actividades de gran grupo. Estas últimas actividades se llevan a cabo en la primera parte de la jornada y al finalizar ésta. Por el contrario en el trabajo por rincones hay que atender a cada grupo considerando las necesidades específicas de cada uno, aunque es positivo aprovechar el trabajo autónomo de un grupo para atender al otro.
- A nivel de programación : se deben programar para las tres edades, de manera que coincidan las Unidades Didácticas y que varien solamente los contenidos y el tipo de actividades a realizar.
- Los materiales han de disponerse de manera sencilla para que todos los niños y niñas puedan colaborar en su distribución. Los materiales de juego se comparten entre todas las edades, excepto algunos como punzones, tijeras, etc, que se usan en actividades concretas.
- Los agrupamientos han de ser  los más variados posibles, es decir, en previsión de realizar  actividades colectivas, actividades de pequeño grupo, actividades individuales e  incluso talleres interciclo.
- Las actividades. Se han de llevar  a cabo actividades comunes como: asamblea con sus distintas rutinas de saludo, quién falta, qué tiempo hace…; juegos psicomotrices y canciones en las que se ponen en fila a un niño de 3, uno de 4 y otro de 5 para que este último enseñara al más pequeño; observación y lectura de imágenes; recapitulación de lo aprendido, recogida y despedida y actividades por grupos como realización de fichas individuales en los distintos rincones con distinto nivel de complejidad (ejemplo: 3 años pone gomets, 4 años colorea y pica y 5 años recorta); ejercicios manipulativos también en los distintos rincones, como por ejemplo la realización de puzzles de diferentes piezas apropiadas a cada edad, ensartables con piezas de diferentes tamaños para las distintas edades, etc.
- La dinámica del aula. Las responsabilidades han de ser asumidas todo el grupo. Aunque cuando los niños y niñas de 3 años  aún no hayan adquirido ciertas capacidades, estas responsabilidades estas han de ser  compartidas con niños mayores como por ejemplo los recados.
Se debe explicar  a todos los niños que van  a realizar actividades diferentes. Por ejemplo, mientras los de 3 años estan jugando, los de 4 y 5 años estan trabajando, ya que también hemos de tener en cuenta las necesidades fisiológicas de cada grupo.
Asimismo, es importante recordar a los niños mayores que no pueden tratar a los niños de 3 años como “niños pequeños”. De igual manera, estos últimos tampoco se deben de aprovechar  de las circunstancias, es decir, de ser los pequeños, y para eso se pueden establecer sistemas de ayuda mutua y en algunas actividades que requieran  la observación visual como la proyección de una película, los niños y niñas de 3 años se situan los primeros.
Como cualquier otra intervención, el tratamiento de la diversidad debe ser debidamente evaluado. Por ello, tuve en cuenta una evaluación del proceso de enseñanza y una evaluación del proceso de aprendizaje.
 Evaluación: en relación con el proceso de enseñanza podemos contemplar:
- La organización del espacio.
- La organización del tiempo, es decir, sí se tienen en cuenta las necesidades fisiológicas, psicomotoras, etc. de los niños y niñas de las distintas edades.
- La organización de los materiales en los distintos rincones.
- La propia  actuación como guía y orientador en la realización de las actividades.
- La relación-interacción que se produce entre los compañeros y compañeras.
Evalucación :En relación con el proceso de aprendizaje podemos contemplar:
- Si amplian el vocabulario.
- Si expresan mediante el lenguaje oral sentimientos, deseos e ideas como medio de comunicación con los demás.
- Si muestran interés por las actividades propuestas.
- Si los objetivos marcados son claros.
- Si los contenidos son  adecuados.
- Si surgen imprevistos.
Hay tres momentos fundamentales en los que se ha de centrar la atención para llegar a realizar una evaluación: inicial (al comenzar el proceso que sirve para descubrir las necesidades de cada edad), procesual (a lo largo de todo el proceso de enseñanza-aprendizaje) y final (se realiza al final del proceso).
Para llevar a cabo la evaluación se puede utilizar la principal técnica propia de la etapa de Educación Infantil como es: la observación directa y sistemática.
Los instrumentos en los que podemos recoger  información sobre la evaluación son fundamentalmente: el diario de clase y el registro anecdótico.
La escuela infantil atiende a la diversidad y atiende al desarrollo máximo de las posibilidades de cada niño y de cada niña.
Como conclusión  he de comentar que este tipo de situaciones se suele presentar en entornos rurales. En ellos se pueden apreciar inconvenientes aunque también algunas ventajas. En cuanto a los inconvenientes,me refiero al aislamiento geográfico que acaba dificultando el contacto con otros profesionales y con ello el trabajo en equipo. De todos modos, no siempre las circunstancias tienen por qué ser o vivirse desfavorablemente. Entre las ventajas voy a citar las “condiciones positivas” de las que habla Sauras entre las que destaca menos problemas de conducta en el alumnado, mayor atención a compañeros, mejora del clima social y afectivo, y sentimiento de eficacia; la fluida y beneficiada relación con las familias; la convivencia cercana desde temprana edad entre el alumnado de diferentes edades; el reducido número de alumnos; la convivencia mantenida en grupo favorece el establecimiento de un adecuado clima de aula.
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