lunes, 3 de junio de 2013

Solidaridad y educación, pilares decisivos para un futuro mejor


Desde 2004, la Fundación Ruta 40 trabaja para contribuir al desarrollo integral de escuelas rurales de todo el país
Por   | Fundación LA NACION

A los 33 años, Paula Torres Carbonell recuerda cuando -en su adolescencia- viajaba con su familia durante las vacaciones de verano, recorriendo el país. Estas travesías no eran iguales a cualquier otra, aventurarse en ellas implicaba combinar itinerarios turísticos con solidaridad. "Desde chicos mis papás nos inculcaron esto de devolver un poco lo que uno tiene y, casi sin darnos cuenta, aprendimos ese valor de ayudar a los demás", revela.
Junto con sus padres y sus hermanos, Andrés y Luli, se subían al auto en busca de un nuevo destino, pero también de un lugar donde brindar su tiempo y generosidad. Empezaron con gestos pequeños como, por ejemplo, llevar libros para armar una biblioteca escolar, entregar donaciones a comunidades de escasos recursos o jugar con niños en situación de vulnerabilidad social.
"Con mis hermanos [de edades distintas], cuando estábamos allá, en ese ámbito, éramos iguales y nos divertíamos de la misma forma. Disfrutábamos compartir un rato con chicos de realidades diferentes", cuenta Paula.
Hasta que un día, en La Poma, al noroeste de Salta, pararon para almorzar en el único sitio que encontraron y su dueño los invitó a conocer la escuela rural más cercana. Esta experiencia marcó un nuevo capítulo en sus vidas.
Los directivos de la institución educativa -cuyo único medio de comunicación era el teléfono público de la plaza- les contaron la necesidad puntual de construir un jardín de infantes. Al llegar a Buenos Aires, Paula y su familia se movilizaron hasta lograr el objetivo. Los viajes por el país continuaron y en cada uno de ellos siguieron descubriendo las numerosas carencias. Se adentraron allí donde el desafío de estudiar se interpone con obstáculos como la falta de luz, agua potable o gas; distancias kilométricas para llegar al colegio y situaciones de violencia familiar, entre muchas otras.
En 2004, esta familia viajera sintió el llamado de crear una organización sin fines de lucro que bautizó Ruta 40. "Al ser la ruta 40 la columna vertebral que atraviesa nuestro país de Norte a Sur, la elegimos como símbolo de lo que la educación es para una persona: la columna vertebral de su futuro", explica Paula, directora ejecutiva de la fundación, que acompaña el desarrollo integral de 30 escuelas rurales en 11 provincias.
A través de variados proyectos, Fundación Ruta 40 contribuye con instituciones educativas equipándolas con útiles, material didáctico y realizando mejoras edilicias. Promueve la capacitación de alumnos, docentes y padres, en temas como nutrición, valores, prevención de accidentes o tecnología. Y genera iniciativas sustentables con planes que impulsan la participación de la comunidad educativa, por ejemplo: el armado de una huerta orgánica.
"Su mayor deseo es sentirse acompañados. Valoran lo que tienen y están orgullosos de sus pueblos originarios. Trabajamos acercándoles proyectos que potencian sus capacidades. Encuentran en nosotros un compañero y se genera una relación a largo plazo", sostiene Paula.
Así lo confirma María Ivone Viera, directora de una escuela rural de Purmamarca (Jujuy): "Valoramos que hayan puesto su mirada y confianza en nuestra escuelita tan necesitada y agradecemos todo el amor que nos brindan para que continuemos con la tarea cotidiana y los niños se sientan tan felices como todos nosotros".
Para colaborar con un aporte mensual o con donaciones de libros, instrumentos de música, calzado o elementos deportivos hay que comunicarse a www.fundacionruta40.org.ar , al teléfono 011 4732-4232 o al mail info@fundacionruta40.org.ar..
 http://www.lanacion.com.ar/

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