Existen juegos de azar que a, día de
hoy, por su antigüedad e historia representan mucho más que simples
juegos. Me refiero a juegos que nos han acompañado durante, en algunos
casos, siglos. El secreto de su éxito es el resultado de mezclar
diferentes ingredientes: diversión, entretenimiento, emoción,
competencia y, sobre todo, la sensación de poder experimentar la emoción
de la victoria.
Juegos como el dominó, el bingo o las
cartas o más recientes como el famoso Tetris, han aportado infinitas
sesiones de entretenimiento a la humanidad. Su popularidad ha llegado
hasta tal punto que incluso, algunos de ellos, se utilizan en numerosas
aulas de enseñanza como herramientas de aprendizaje para niños.
El juego como vía de aprendizaje es
utilizado en proyectos educativos como un valioso medio de
identificación de trastornos en la conducta y el aprendizaje. Además,
facilita el desarrollo de diferentes aspectos de la conducta del niño
como, por ejemplo, su carácter, sus habilidades sociales, y el
desarrollo de capacidades físicas. Sobre todo es importante en edades
tempranas, aunque cualquier alumno puede aprovecharse de los beneficios
del juego, ya que solo es necesario adaptar el juego a la edad de los
participantes.
En todos ellos la interactividad es un
elemento primordial. Ya sean empleados por diversión o como herramienta
educativa, representan una actividad social que requiere de la relación
entre personas, cosa que ya por sí misma, genera diversión.
Algunos ejemplos de esto juegos atemporales son:
Tetris
El clásico de Nintendo. Actualmente, su
popularidad ha llegado a cada rincón del mundo. Creado, en Rusia, su
nombre deriva del prefijo numérico griego tetra. La mecánica de juego es
bastante simple, figuras geométricas, caen de la parte superior de la
pantalla y el jugador no puede impedir esta caída pero puede decidir la
rotación de la pieza y en qué lugar debe caer. Cuando una línea
horizontal se completa, esa línea desaparece y todas las piezas que
están por encima descienden una posición, liberando espacio de juego y
por tanto facilitando la tarea de situar nuevas piezas. Siguiendo esta
mecánica, actualmente, existen aplicaciones informáticas en el mercado
que lo han adaptado al panorama educativo. Los creadores han generado
numerosas variantes según la materia. Con esto se consiguen multitud de
opciones. En una de ellas, por ejemplo, se trabaja la correspondencia de
fonemas con imágenes de palabras que contienen la grafía. Con esto, se
consigue agilizar el reconocimiento de silabas dentro de las palabras.
Dominó
El dominó surgió hace más de tres mil
años, a partir de los juegos de dados. En Europa fue introducido por
italianos a finales del siglo XVII. Actualmente está totalmente
extendido por todo el mundo con infinidad de variables de juego en
función del país o área geográfica donde se encuentre. Esencialmente, el
juego consiste en que cada jugador colocará una de sus piezas en la
mesa, con la restricción de que dos piezas sólo pueden colocarse juntas
cuando los cuadrados adyacentes sean del mismo valor (ej. el 1 con el 1,
el 2 con el 2, etc. hasta el 6). Su utilización como herramienta de
aprendizaje no va unida al uso de tecnología. Solo debes crear tus
propias piezas con silabas de palabras y ya puedes comenzar a jugar. Es
una herramienta valiosísima para el aprendizaje de idiomas.
Bingo
Algunas teorías remontan el origen de
éste popular juego de azar al tiempo de la cultura romana. Otras lo
relacionan a la antigua Italia en el siglo XVI, pero lo realmente cierto
es que el Bingo constituye una de las primeras formas de juego popular,
apasionante y divertido. La dinámica de juego combina emoción con
entretenimiento, ya que consiste en completar unos cartones, que llevan
unos números escritos en ellos. Un locutor o cantor va sacando bolas
numeradas de un bombo y las canta en voz alta. Gana el juego quien
complete su cartón en menos tiempo. Su popularidad ha llegado a tal
nivel que, actualmente, se puede disfrutar de él tanto de manera
presencial, en cualquier sala de bingo, como de manera online, jugando
al bingo online
desde su casa. Su uso como herramienta de enseñanza, también puede
llevarse a cabo sin la necesidad del uso tecnológico. Solo hace falta un
bombo de lotería que contenga bolitas con palabras. El alumno pulsará
el bombo para ponerlo en funcionamiento y dejará caer una bolita con una
palabra. Los cartones los podemos pintar con casillas con dibujos
representativos de cada palabra, así los niños podrán ir completando el
cartón. A través de esta sencilla adaptación del bingo, se consigue que
el niño mejore la audición de textos sencillos (mensajes orales), a la
vez que se potencia la palabra como unidad básica con significado.
También tiene muchas posibilidades en la enseñanza de idiomas.
En resumen, existen multitud de juegos
en nuestro día a día, clásicos que no pasan de moda y que solo
utilizamos de vez en cuando o incluso algunos que hemos olvidado. Así
que nuestro consejo es que los busques y le saques el polvo porque
pueden desempeñar nuevas y muy útiles funciones para tu familia. http://educacion2.com/5390/juegos-para-aprender/#more-5390
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