20/04/2014 INVESTIGACIÓN DE ESPECIALISTAS EN MENDOZA
Aconsejan cambiar el mobiliario escolar para evitar enfermedades
Proponen modificar el diseño en las sillas. Quieren aumentar el ángulo entre tronco y muslo para que sea mayor a 90 grados al sentarse.
 |  |  |  |
Investigadores de la Universidad Nacional de Cuyo (UNC) en Mendoza aconsejaron cambiar el diseño del mobiliario escolar para mejorar el rendimiento de los niños, al detectar que los actuales pupitres y sillas no favorecen una buena postura en el aula.
Un estudio ergonómico realizado en las escuelas indica que la cantidad de horas que los chicos pasan sentados en la escuela ‘tiene fuertes implicancias en cómo se estructura la columna vertebral y, en algunos casos, produce patologías que aparecen luego en trabajadores jóvenes‘, informó recientemente la UNC en un comunicado.
Roxana Del Rosso, Diseñadora Industrial y Ergónoma, y un equipo de investigadores de la UNC, concluyeron que la silla y el pupitre en el aula intervienen no solo en el proceso de aprendizaje de chicos y adolescentes sino también en su futura vida adulta.
Ahora procuran que la investigación sea atendida en políticas públicas que intenten mejorar la postura de los alumnos para prestar atención, ‘porque baja el nivel de tensión muscular, permite un buen flujo sanguíneo y nos permite concentrarnos‘, concluyó la directora del estudio.
Estos datos llevaron al equipo de investigadores a estudiar toda la normativa técnica y legal respecto a las condiciones que debe cumplir el equipamiento escolar a nivel provincial y nacional. La propuesta es aumentar el ángulo entre tronco y muslo para que sea mayor a 90 grados. Esto requiere un cambio en el diseño de las sillas para que sea más elevado el asiento, es decir, menos profundo y permita buen apoyo de los huesos de la pelvis y que el muslo, rodillas y tobillos mantengan un ángulo mayor a 90 grados. Además, al apoyar los pies firmes en el piso, se lograría que tengan más carga las piernas que la que tiene la postura sedente convencional y que no recargue la curvatura lumbar, ni la modifique.
Como resultado del análisis se encontraron con lo que Del Rosso llamó “dos problemas graves”. El primero es la relación del tamaño del mobiliario con respecto al de los chicos. “No porque los niños tengan la misma edad tienen la misma talla y el mismo peso, entonces a un chico que es más alto y se tiene que sentar en un banco que le resulta chico para él, se siente incómodo, cambia la postura porque el cuerpo busca estar cómodo y termina mal sentado, y eso a la larga le afecta. También recurren al balanceo corporal o inclinan el cuerpo sobre el pupitre”, explicó la investigadora.
El otro problema que detectaron fue la ubicación en la que están dispuestos los niños con respecto a la clase y a la maestra que está en el frente. “Los chicos que quedan al lado de alguna de las paredes suelen tener que sentarse torcidos”, comentó.
Del Rosso dijo que lo ideal es que cada niño tuviese una silla y un banco adaptados a sus medidas pero que, como esto es muy difícil de lograr, lo que ellos proponen es que lo que se incorporen sean sillas regulables en su altura y que en las mesas también puedan adaptarse los apoyapiés.
‘El ángulo entre asiento y respaldo, la curvatura del asiento, la altura y forma del respaldo, los caños expuestos en contacto con el cuerpo y los remaches son desventajas que se pueden encontrar en el mobiliario escolar tradicional‘, señalaron los investigadores.
Esas características del mobiliario " inducen a los chicos posturas inconvenientes, como tronco inclinado hacia el frente, compresión en piernas y abdomen, disminución de irrigación sanguínea y menor oxigenación del cerebro y los tejidos" , detalla el informe. Los especialistas debieron medir la angulación y la flecha de curvatura que tenían los respaldos de las sillas y los pupitres. Además, realizaron relevamientos fotográficos para analizar las posturas de los alumnos.
Fuente: Télam
Un estudio ergonómico realizado en las escuelas indica que la cantidad de horas que los chicos pasan sentados en la escuela ‘tiene fuertes implicancias en cómo se estructura la columna vertebral y, en algunos casos, produce patologías que aparecen luego en trabajadores jóvenes‘, informó recientemente la UNC en un comunicado.
Roxana Del Rosso, Diseñadora Industrial y Ergónoma, y un equipo de investigadores de la UNC, concluyeron que la silla y el pupitre en el aula intervienen no solo en el proceso de aprendizaje de chicos y adolescentes sino también en su futura vida adulta.
Ahora procuran que la investigación sea atendida en políticas públicas que intenten mejorar la postura de los alumnos para prestar atención, ‘porque baja el nivel de tensión muscular, permite un buen flujo sanguíneo y nos permite concentrarnos‘, concluyó la directora del estudio.
Estos datos llevaron al equipo de investigadores a estudiar toda la normativa técnica y legal respecto a las condiciones que debe cumplir el equipamiento escolar a nivel provincial y nacional. La propuesta es aumentar el ángulo entre tronco y muslo para que sea mayor a 90 grados. Esto requiere un cambio en el diseño de las sillas para que sea más elevado el asiento, es decir, menos profundo y permita buen apoyo de los huesos de la pelvis y que el muslo, rodillas y tobillos mantengan un ángulo mayor a 90 grados. Además, al apoyar los pies firmes en el piso, se lograría que tengan más carga las piernas que la que tiene la postura sedente convencional y que no recargue la curvatura lumbar, ni la modifique.
Como resultado del análisis se encontraron con lo que Del Rosso llamó “dos problemas graves”. El primero es la relación del tamaño del mobiliario con respecto al de los chicos. “No porque los niños tengan la misma edad tienen la misma talla y el mismo peso, entonces a un chico que es más alto y se tiene que sentar en un banco que le resulta chico para él, se siente incómodo, cambia la postura porque el cuerpo busca estar cómodo y termina mal sentado, y eso a la larga le afecta. También recurren al balanceo corporal o inclinan el cuerpo sobre el pupitre”, explicó la investigadora.
El otro problema que detectaron fue la ubicación en la que están dispuestos los niños con respecto a la clase y a la maestra que está en el frente. “Los chicos que quedan al lado de alguna de las paredes suelen tener que sentarse torcidos”, comentó.
Del Rosso dijo que lo ideal es que cada niño tuviese una silla y un banco adaptados a sus medidas pero que, como esto es muy difícil de lograr, lo que ellos proponen es que lo que se incorporen sean sillas regulables en su altura y que en las mesas también puedan adaptarse los apoyapiés.
‘El ángulo entre asiento y respaldo, la curvatura del asiento, la altura y forma del respaldo, los caños expuestos en contacto con el cuerpo y los remaches son desventajas que se pueden encontrar en el mobiliario escolar tradicional‘, señalaron los investigadores.
Esas características del mobiliario " inducen a los chicos posturas inconvenientes, como tronco inclinado hacia el frente, compresión en piernas y abdomen, disminución de irrigación sanguínea y menor oxigenación del cerebro y los tejidos" , detalla el informe. Los especialistas debieron medir la angulación y la flecha de curvatura que tenían los respaldos de las sillas y los pupitres. Además, realizaron relevamientos fotográficos para analizar las posturas de los alumnos.
Fuente: Télam
http://www.diariodecuyo.com.ar/home/new_noticia.php?noticia_id=618682
No hay comentarios:
Publicar un comentario