CON FANS EN ALEMANIA
Se trata de Alta Bonanza de Los Andes, del alemán Gerhard Haase, quien llevó sus vinos a Alemania y Emiratos Árabes y fueron furor. Este año compró una línea de fraccionamiento y amplió los viñedos. Por Viviana Pastor.
DOMINGO, 15 DE DICIEMBRE DE 2013
Gerhard Haase y su familia en Barreal, durante la presentación de Vinos y Sabores 2013
Por Viviana Pastor
Estará en Sorocayense, Calingasta, y será la primera bodega subterránea de San Juan. Alta Bonanza de Los Andes ya tiene casi terminada la excavación y la idea es empezar la construcción a corto plazo. Su propietario, Gerhard Haase, es un alemán que se enamoró de Calingasta y elabora allá sus vinos desde el 2008.
Juan Patricio Vilanova, enólogo y apoderado de Haase, contó que la excavación está casi terminada. La idea tiene que ver con la filosofía del dueño de elaborar vinos cuidando el medio ambiente, una forma de hacerlo es usando una menor cantidad de energía y siendo subterránea la bodega se puede captar el frío del suelo.
La excavación tiene 900 m2 y la bodega ocupará 650 m2, el resto corresponde al trabajo de contención con piedra bola y un drenaje natural ya que la obra aprovechará una pendiente natural del terreno. “La visión será de una bodega semienterrada, con tierra y pasto en el techo y si bien hay cavas subterráneas, esta será la primera diseñada para que esté toda subterránea. Las cavas, que es donde estarán las botellas en estiva, tendrá paredes formadas por gaviones, que son paredes de piedra contenidas con malla de alambre”, señaló el enólogo.
La bodega Alta Bonanza de Los Andes empezó como un hobbie de Haase, sólo para tener sus propios vinos. Pero la calidad lograda lo convenció de apostar a más en esa tierra prometida.
De los 700 litros elaborados hace 5 años como un ensayo, pasaron a los 34.000 litros logrados en la última cosecha, de las variedades Syrah, Cabernet Sauvignon, Malbec, Bonarda y Torrontés Sanjuanino. El volumen se logró aumentando las hectáreas de viñedos propios y también sumando la uva de algunos productores que elaboran a maquila. La meta es llegar a los 100.000 litros con nuevas plantaciones.
Este año se realizó una plantación intensiva, media hectárea de Syrah donde pusieron 2.500 plantas. Además, este año también se invirtió en una moderna línea de fraccionamiento semiautomática con capacidad para 800 botellas por hora. “Cada año vamos aumentando la capacidad con tanques de acero inoxidable. Se adquirió una despalilladora de acero inoxidable y el resto son maquinarias recicladas ya que eso quería el dueño”, dijo Vilanova.
A pesar de su tamaño y su corta edad, la bodega ya tuvo experiencia exportando a mercados muy exigentes como Alemania y los Emiratos Árabes, la última exportación tuvo este último destino en enero de 2013.
“En Alemania tiene varios fans, les gusta mucho nuestro vino. La gente que los prueba está muy positiva, no pueden creer que están tomando vinos del 2011 ó 2012 porque son muy maduros, de muy buena calidad, hasta Medio Oriente exportamos vinos y los especialistas en hoteles cinco estrellas están sorprendidos de la calidad”, contó Gerhard Haase.
Cuando los vinos de Calingasta han logrado llamar la atención de los argentinos por su calidad, son vinos de altura en un valle ubicado a 1.600 metros sobre el nivel del mar, Haase agregó un plus: No tienen químicos. El clima de la zona permite no usar pesticidas y las plantas sólo reciben un tratamiento preventivo con azufre.
Estará en Sorocayense, Calingasta, y será la primera bodega subterránea de San Juan. Alta Bonanza de Los Andes ya tiene casi terminada la excavación y la idea es empezar la construcción a corto plazo. Su propietario, Gerhard Haase, es un alemán que se enamoró de Calingasta y elabora allá sus vinos desde el 2008.
Juan Patricio Vilanova, enólogo y apoderado de Haase, contó que la excavación está casi terminada. La idea tiene que ver con la filosofía del dueño de elaborar vinos cuidando el medio ambiente, una forma de hacerlo es usando una menor cantidad de energía y siendo subterránea la bodega se puede captar el frío del suelo.
La excavación tiene 900 m2 y la bodega ocupará 650 m2, el resto corresponde al trabajo de contención con piedra bola y un drenaje natural ya que la obra aprovechará una pendiente natural del terreno. “La visión será de una bodega semienterrada, con tierra y pasto en el techo y si bien hay cavas subterráneas, esta será la primera diseñada para que esté toda subterránea. Las cavas, que es donde estarán las botellas en estiva, tendrá paredes formadas por gaviones, que son paredes de piedra contenidas con malla de alambre”, señaló el enólogo.
La bodega Alta Bonanza de Los Andes empezó como un hobbie de Haase, sólo para tener sus propios vinos. Pero la calidad lograda lo convenció de apostar a más en esa tierra prometida.
De los 700 litros elaborados hace 5 años como un ensayo, pasaron a los 34.000 litros logrados en la última cosecha, de las variedades Syrah, Cabernet Sauvignon, Malbec, Bonarda y Torrontés Sanjuanino. El volumen se logró aumentando las hectáreas de viñedos propios y también sumando la uva de algunos productores que elaboran a maquila. La meta es llegar a los 100.000 litros con nuevas plantaciones.
Este año se realizó una plantación intensiva, media hectárea de Syrah donde pusieron 2.500 plantas. Además, este año también se invirtió en una moderna línea de fraccionamiento semiautomática con capacidad para 800 botellas por hora. “Cada año vamos aumentando la capacidad con tanques de acero inoxidable. Se adquirió una despalilladora de acero inoxidable y el resto son maquinarias recicladas ya que eso quería el dueño”, dijo Vilanova.
A pesar de su tamaño y su corta edad, la bodega ya tuvo experiencia exportando a mercados muy exigentes como Alemania y los Emiratos Árabes, la última exportación tuvo este último destino en enero de 2013.
“En Alemania tiene varios fans, les gusta mucho nuestro vino. La gente que los prueba está muy positiva, no pueden creer que están tomando vinos del 2011 ó 2012 porque son muy maduros, de muy buena calidad, hasta Medio Oriente exportamos vinos y los especialistas en hoteles cinco estrellas están sorprendidos de la calidad”, contó Gerhard Haase.
Cuando los vinos de Calingasta han logrado llamar la atención de los argentinos por su calidad, son vinos de altura en un valle ubicado a 1.600 metros sobre el nivel del mar, Haase agregó un plus: No tienen químicos. El clima de la zona permite no usar pesticidas y las plantas sólo reciben un tratamiento preventivo con azufre.
Enamorado de Barreal
Se lo divisa de lejos adivinando que no es de la zona: con su 1,90 de altura y sus rasgos germanos, Gerhard Haase se destacaba entre los sanjuaninos y mendocinos reunidos en Barreal para celebrar el segundo encuentro SOEVIN. Haase llegó en el 2004 a Calingasta junto a su esposa haciendo turismo por el interior del país, había llegado a Argentina en 1999 para trabajar en Buenos Aires.
“Nos encantó, cuando llegamos a Barreal nos encantó la montaña y nos quedamos un tiempo. Estuvimos con mi amigo ‘El Alemán’ que tiene hospedaje acá, y desarrollamos un loteo al lado río Los Patos, pero yo quería invertir más en algo que crezca en la naturaleza”, contó Gerhard.
Es que siendo geólogo, lo enamoró la tierra y la pureza del aire y del agua. Entonces conoció a Pastorelli que tenía en venta una finca con viñas de uvas blancas y una bodeguita artesanal y le compró esa propiedad. Empezó a invertir y a plantar uvas tintas para ver qué variedad podía ser la mejor para ese ambiente. Plantaron media hectárea de cada uno de los cuatro varietales tintos –Malbec, Syrah, Cabernet Sauvignon y Bonarda- y vieron que todas daban excelente resultado.
Haase interesó a sus amigos de Buenos Aires y del exterior de invertir en esa joya que prometía, los viñedos de Calingasta, y logró sumar hectáreas. “Yo les di la idea de invertir acá y compraron terrenos y están ahí con uvas y elaboramos en la bodega que armamos de cero porque era artesanal. Compramos maquinaria, tanques de acero inoxidable, toda la infraestructura y línea de fraccionamiento”, dijo el alemán.
Aseguró que su proyecto es llegar hasta las 100.000 botellas, “no queremos elaborar millones de litros como producen otras bodegas, queremos destacarnos por la altitud y la ecología, no usamos pesticidas porque no necesitamos, estamos en una isla y no hay problemas de sanidad”, señaló.
Hoy Haase trabaja como gerente en una empresa petrolera alemana con sede en Río de Janeiro. “Antes de mi salida del país estaba dos veces al año en San Juan y el resto del año estábamos en contacto por Skype o por mail con el enólogo y funcionamos muy bien, había muy buena onda y comunicación con la gente de la finca. Ahora mi plan es, después de 4 meses en Río, llegar más seguido a San Juan pero es difícil por los vuelos que llegan a Santiago o a Buenos Aires”, contó.
Sobre su familia dijo que es “muy internacional”, sus hijos están grandes y muchas veces cada uno está en un continente distinto. “Mi esposa es la que me sigue en todo y estamos muy contentos, tengo una nuera argentina porque mi hijo más grande se casó con una chica de Buenos Aires. Vamos a seguir invirtiendo acá si las condiciones son buenas”, destacó el germano.http://www.tiempodesanjuan.com/notas/2013/12/15/proyectan-calingasta-primera-bodega-subterranea-47244.asp
Se lo divisa de lejos adivinando que no es de la zona: con su 1,90 de altura y sus rasgos germanos, Gerhard Haase se destacaba entre los sanjuaninos y mendocinos reunidos en Barreal para celebrar el segundo encuentro SOEVIN. Haase llegó en el 2004 a Calingasta junto a su esposa haciendo turismo por el interior del país, había llegado a Argentina en 1999 para trabajar en Buenos Aires.
“Nos encantó, cuando llegamos a Barreal nos encantó la montaña y nos quedamos un tiempo. Estuvimos con mi amigo ‘El Alemán’ que tiene hospedaje acá, y desarrollamos un loteo al lado río Los Patos, pero yo quería invertir más en algo que crezca en la naturaleza”, contó Gerhard.
Es que siendo geólogo, lo enamoró la tierra y la pureza del aire y del agua. Entonces conoció a Pastorelli que tenía en venta una finca con viñas de uvas blancas y una bodeguita artesanal y le compró esa propiedad. Empezó a invertir y a plantar uvas tintas para ver qué variedad podía ser la mejor para ese ambiente. Plantaron media hectárea de cada uno de los cuatro varietales tintos –Malbec, Syrah, Cabernet Sauvignon y Bonarda- y vieron que todas daban excelente resultado.
Haase interesó a sus amigos de Buenos Aires y del exterior de invertir en esa joya que prometía, los viñedos de Calingasta, y logró sumar hectáreas. “Yo les di la idea de invertir acá y compraron terrenos y están ahí con uvas y elaboramos en la bodega que armamos de cero porque era artesanal. Compramos maquinaria, tanques de acero inoxidable, toda la infraestructura y línea de fraccionamiento”, dijo el alemán.
Aseguró que su proyecto es llegar hasta las 100.000 botellas, “no queremos elaborar millones de litros como producen otras bodegas, queremos destacarnos por la altitud y la ecología, no usamos pesticidas porque no necesitamos, estamos en una isla y no hay problemas de sanidad”, señaló.
Hoy Haase trabaja como gerente en una empresa petrolera alemana con sede en Río de Janeiro. “Antes de mi salida del país estaba dos veces al año en San Juan y el resto del año estábamos en contacto por Skype o por mail con el enólogo y funcionamos muy bien, había muy buena onda y comunicación con la gente de la finca. Ahora mi plan es, después de 4 meses en Río, llegar más seguido a San Juan pero es difícil por los vuelos que llegan a Santiago o a Buenos Aires”, contó.
Sobre su familia dijo que es “muy internacional”, sus hijos están grandes y muchas veces cada uno está en un continente distinto. “Mi esposa es la que me sigue en todo y estamos muy contentos, tengo una nuera argentina porque mi hijo más grande se casó con una chica de Buenos Aires. Vamos a seguir invirtiendo acá si las condiciones son buenas”, destacó el germano.http://www.tiempodesanjuan.com/notas/2013/12/15/proyectan-calingasta-primera-bodega-subterranea-47244.asp
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