viernes, 18 de octubre de 2013

El hombre que vio nacer a La Tropilla de Huachi Pampa

Historias inéditas


Ventura Manrique conoció a Eusebio Dojorti cuando tenía 14 años. Por Viviana Pastor.


jueves, 17 de octubre de 2013

El hombre que vio nacer a La Tropilla de Huachi Pampa
Memorioso como Funes, el protagonista del cuento de Borges, a sus 93 años Ventura Mario Manrique recuerda los días de su adolescencia, cuando con apenas 14 años fue testigo de los primeros pasos de lo que sería La Tropilla de Huachi Pampa, aunque fue muchos años después que pudo hilar fino y definirlo así.
Su hermano mayor, Pedro Adolfo, era amigo de Eusebio Dojorti, más conocido como Buenaventura Luna, y en la casa paterna, ubicada en calle General Acha 828, se hicieron las primeras reuniones de talentos para conformar lo que después sería la famosa Tropilla de Huachi Pampa.
La historia la relató Manrique en un pequeño libro de su autoría, aunque a él no le gusta decirle 'libro' por considerar esa palabra demasiada pretensiosa para su obra, “es un ensayo”, dice, llamado "El mensaje cristiano de Vallecito de Huaco".
Allí aparece impresa la misma historia que le repitió a Tiempo de San Juan. "Todo comenzó después del fallecimiento de mi madre, en septiembre de 1934 cuando yo tenía 14 años. Por este motivo no debía oírse en el exterior de la vivienda el más mínimo sonido musical o de canto, ya que era considerado "desprolijo" en una casa de luto", cuenta Ventura.
Por eso su hermano eligió para esas reuniones una de las habitaciones ubicadas en el segundo patio de la casa, bien al fondo.
"Pedro era dos años más grande que Buenaventura y congeniaron mucho, los dos eran escritores. Mi hermano llegó a ser diputado por Jáchal y ambos fueron muy amigos. La Tropilla Nació, en parte, en mi casa de antes del terremoto, una casa que había heredado mi mamá.  Yo era el niño de los mandados, entraba sólo para llevar agua o café, y cuando podía me quedaba más tiempo del necesario. Allí escuché canciones como "Los último gauchos", "Allá en el Quinto Cuartel" o "Puentecito de mi río".
A Don Buena lo recuerda como un "hombre muy inteligente, gran decidor de las cosas nuestras. El no sabía tocar la guitarra, aunque le hicieron una estatua con una guitarra. Mi hermano tampoco tocaba".
Cuando tiene que recordar nombres, Manrique se toma su tiempo y duda, pero termina encendiendo su memoria.
"Físicamente era alto, buen mozo, más bien robusto sin ser gordo. Era periodista, tuvo un diario, La Montaña, fue preso político de Cantoni habiendo sido Bloquista en un principio. Estuvo detenido con otros tres y lograron huir a Mendoza", reseña.
Rodeado de libros y de fotos de sus hijos y nietos, Ventura destaca que Eusebio era gran fumador y que por ese motivo murió joven, a los 49 años, de cáncer. "La última vez que lo vi, vino a visitar a mi hermano, antes del terremoto del '44, ya  tenía dificultad para hablar", dijo. Don Buena falleció en 1955.
-¿Por qué se le ocurrió escribir el libro? -Yo quiero mucho a Jáchal, mi padre era jachallero. Me parecía que tenía que escribir estas circunstancias, este aspecto interesante de la mirada cristiana de Vallecito de Huaco.
El libro está en línea con el pensamiento cristiano de Manrique, él y su esposa Beba, estuvieron entre los fundadores del Movimiento Familiar Cristiano en San Juan y crearon los cursillos para novios.
El "ensayo" lo terminó a antes de cumplir los 90 años y fue el souvenir que entregó en su fiesta a sus amigos y familiares. No lo presentó nunca en sociedad.
 La Tropilla y sus inicios
Para el escritor, investigador de la obra y nieto de Buenaventura Luna, Carlos Semorile, "el valor del testimonio de Manrique, a mi entender, radica en que seguramente él sea el último testigo vivo de los verdaderos inicios de La Tropilla, o de la ‘Proto-Tropilla’, y estos ensayos suyos en Jáchal y en San Juan hablan a las claras de que este fue un conjunto nacido de su esfuerzo y su trabajo, y que fue probando distintas variantes hasta dar con los cantores y guitarristas adecuados", señala Semorile.
Y agrega: "creo que es muy valioso saber que en tal casa de San Juan y en tales fincas de Jáchal se pergeñó tamaño conjunto".


Abogado y profesor
Aunque nació en la Ciudad de San Juan, don Ventura Manrique se crió en Jáchal y eso lo marcó, sobre todo en sus recuerdos camperos. Tanto es así que puede recitar Vallecito con con tonada jachallera. “He sido muy feliz en mi juventud”, dice y si bien quedó huérfano de madre muy joven, en las vacaciones su padre lo mandaba a la casa de un tío que tenía finca en 25 de Mayo, y también a Jáchal, de donde era su padre y tenían propiedades. “Yo me iba a caballo de Jáchal a Villa Mercedes o hasta Huaco y San Isidro”, cuenta.
“Soy hijo de un abogado, yo para no ser menos que él también soy abogado, egresado en Córdoba en 1946. Andes de eso fui maestro de la normal en Jáchal, en Villa Mercedes, de donde era mi viejo”.
Ya como abogado fue inspector de Sociedades Jurídicas, integró el PJ (Poder Judicial, aclara), fue abogado del Banco Nación y profesor en la Universidad Católica de Cuyo durante 40 años.
Dice que el estudio de abogados que abrió su padre es el más antiguo que trabajó de forma ininterrumpida en San Juan y donde sigue trabajando uno de sus hijos, Luis Marique.
Hincha de Boca Juniors y de San Martín, Ventura lleva 63 años junto a su esposa Beba; “todavía no nos hacemos pis en la cama”, bromea. Van juntos a un instituto de estimulación para personas mayores que les ayuda a mantener muy activa la cabeza. “Estamos en la última etapa, somos conscientes de eso, pero creemos en la vida eterna, claro que primero hay que cortar el lazo”, dice.
Los Marique tuvieron 4 hijos, uno es abogado, dos son contadores y la única mujer es fonoaudióloga. Además tienen cinco nietos y cuatro bisnietos. “Hemos sido muy viajeros con la vieja, yo dejé de manejar a los 90 años, pero anduvimos por todo el país y por el extranjero también”, relata.
http://www.tiempodesanjuan.com/notas/2013/10/17/hombre-nacer-tropilla-huachi-pampa-41583.asp

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