La pequeña sala del teatro está iluminada por unas diminutas luces que alumbran una treintena de sillas ubicadas en el centro. No hay escenografía, parlantes, reflectores ni escenario. Una vez que todas las personas están en sus asientos las pocas luces se apagan y la sala queda sumergida en la más absoluta oscuridad. Al instante se agudizan el resto de los sentidos, sólo se escucha la respiración de los presentes hasta que una potente voz da la bienvenida al "primer teatro del mundo que realiza sus espectáculos a oscuras".
Los actores no se limitan a contar historias, sino que realizan ruidos y sonidos con sus cuerpos y otros objetos. Nada está grabado ni previamente editado, todo ocurre en el lugar y los presentes están siempre en el centro de la escena. Las voces, sonidos y sensaciones vienen de todos lados. También se utilizan olores y fragancias para ambientar las situaciones, gotas de agua para simular la lluvia y en algunas obras los espectadores puedan degustar comidas sin siquiera contar con la tenue luz de una pequeña vela.
"Es impresionante. Me pareció excelente. La verdad que cuando uno inhibe un sentido inevitablemente se agudizan los otros. Aunque era una obra infantil yo también la disfruté, la imaginación no es exclusiva de los niños", dijo Giselle Calás, quien decidió llevar a sus hijos al Centro Argentino de Teatro Ciego donde se puede experimentar por una noche, o aunque sea durante un par de horas, cómo sería disfrutar de un espectáculo sin poder ver.
El objetivo no es resaltar las complicaciones de los no videntes, sino demostrar que aun sin uno de los sentidos más elementales se puede vivir y disfrutar de una salida en familia, en pareja, en grupo o solo. "Es la primera vez que venimos, nos daba curiosidad ver de qué se trataba. Los chicos la pasaron muy bien", agregó Calás una vez finalizada la obra Mi amiga la oscuridad , el primer espectáculo infantil de teatro ciego.
Victoria Cestau, directora de la obra, explicó que el hecho de que la función se realice en total oscuridad "da mayor libertad a la hora de crear porque cada espectador se imagina un lugar diferente". Y agregó: "No es una restricción, todo lo contrario, el actor tiene que actuar mejor con la voz y utilizar el cuerpo para hacer sonidos y ruidos".
El Centro Argentino de Teatro Ciego se encuentra en Zelaya 3006. Es el primer (y hasta ahora único) teatro del mundo en el que todas las obras están realizadas en un espacio absolutamente oscurecido. Fue fundado el 4 de julio de 2008 por Martín Bondone y Gerardo Bentatti. "En 2008 empezamos con una obra, en 2009 teníamos tres. En 2010, cuatro y ahora tenemos diez. Hoy hay 30.000 fans en la página de Facebook que para un teatro independiente es un montón", dijo Bondone, quien agregó que allí trabajan casi 70 personas de las cuales más de la mitad son no videntes.
Aprender a "mirar" desde otro lugar
En el Teatro funciona además una escuela que tiene como objetivo desarrollar la técnica del teatro ciego y brindar trabajo a las personas que presenten alguna disminución visual. Tanto las actividades de la escuela como las obras son gratuitas para no videntes y para quienes tienen algún tipo de problema en la visión, sin embargo, muchos igualmente eligen pagar aunque no estén obligados a hacerlo. Actualmente cuentan con alrededor de 30 alumnos. "Hay dos objetivos, por un lado fomentar y desarrollar la técnica del teatro ciego que tiene un montón de aristas y posibilidades y, por el otro lado, incluir personas con discapacidad visual al mercado laboral", agregó Bondone. Además de las clases de "Teatro a ciegas" y "Meditación a oscuras" se destaca "Tango a ciegas", donde los alumnos aprenden a bailar en total oscuridad. Además, un día a la semana se puede escuchar a músicos a oscuras.
El Centro Argentino de Teatro Ciego fue declarado de Interés Cultural y Social por la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, recibió el premio ACE 2009 por "su acción solidaria y eficaz en contra de los prejuicios" y el premio especial Florencio Sánchez 2010 por su labor teatral 2009.
"Trabajamos también con organizaciones sociales. Hacemos obras fuera de horario y ellos se llevan el 50% de la recaudación. Eso les permite tener una fuente de ingreso más importante que si salen a vender rifas o tortas. Lo estamos haciendo hace dos años con buenos resultados. Trabajamos con comedores comunitarios y organizaciones que no pueden invertir ni pagar nada pero se llevan el 50% de lo recaudado", concluyó Bondone.
Facundo Bogarín es uno de los tantos artistas no videntes que encontraron en el Teatro un lugar que les permite vivir dignamente haciendo lo que les gusta. "Soy músico y antes de entrar acá trabajaba en cosas ajenas al arte. Nunca se me había ocurrido la idea de actuar. Me enteré que se hacía un casting acá y me sumé. Las obras se asemejan a las vivencias de una persona ciega porque el hecho de no ver te lleva a basarte más en otros sentidos. No es que vas a escuchar mejor, pero estás más atento a lo que escuchas o a lo que oles. La gente suele prestarle más atención a lo que ve que a lo que escucha", explicó Bogarín.
Además, sostuvo que "el teatro ciego aporta a la inclusión" porque "en las clases de teatro cuando se apaga la luz los que pueden ver se unen a nuestro mundo, el de los no videntes, y nosotros nos unimos también al de ellos".
Génesis
Aunque recién en los últimos años el teatro ciego está siendo masivo la modalidad surgió en Córdoba en el año 1993 cuando Ricardo Sued y un grupo de actores, inspirados en técnicas de meditación a oscuras, deciden realizar Caramelo de limón , la primera obra de teatro que se desarrolla en total oscuridad. El 27 de octubre de 1996, bajo la dirección de Sued, un grupo de actores franceses recreó la obra bajo el nombre Bombom acidulé en el Théâtre National de la Colline de París.
En el año 2001, Gerardo Bentatti, ex miembro del elenco de Caramelo de limón convocó al actor José Menchaca para dirigir una obra de teatro en la oscuridad y formaron el grupo "Ojcuro". A diferencia del elenco de Caramelo de limón, en este nuevo grupo la mayoría de los actores son no videntes.
Otras propuestas
Big Bang sensorial
es una obra catalogada como "teatro experimental y se define como "el primer espectáculo sensorial del mundo". Allí los espectadores son continuamente parte de la obra, se abrazan, se dan la mano, o se mueven siempre ayudados por los artistas. Masajes, la sensación de calor o frío, el temblor del piso y algunas gotas en forma de lluvia son algunos de los recursos que utilizan a lo largo de la función. Se presentan en el teatro La Comedia (Rodríguez Peña 1062).
Otra opción es ir al Centro Cultural Konex (Sarmiento 3131) a presenciar La isla desierta, una adaptación de la obra de Roberto Alt, presentada por el grupo "Ojcuro". La obra que inauguró el teatro ciego en Capital Federal sigue en cartelera y ya superó los 150.000 espectadores.
Financiamiento
"Como casi todos los teatros independientes tenemos un apoyo económico del Instituto Nacional del Teatro y de la Secretaria de Cultura del Gobierno de la Ciudad. Representa entre un 10 y un 20 por ciento de las necesidades del Teatro. Tenemos que pagar el alquiler que ronda los $30.000 por mes y el subsidio anual que recibimos es de $45.000. Somos un teatro independiente, casi la totalidad de los recursos se generan por la venta de entradas", explicó Bondone.
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