¿Qué es el aprendizaje basado en problemas?
El aprendizaje basado en problemas es un método que se basa en que el alumno aprenda a resolver los problemas que se le plantean de acuerdo con los recursos adquiridos. Uno de los principios básicos de este método es que los alumnos refuezan los conocimientos aprendidos a partir del desarrollo de su propio razonamiento crítico. La ya habitual pregunta ‘¿para qué nos va a servir aprender esto?’ encuentra en esta metodología una eficaz respuesta: resolver problemas utilizando la materia estudiada permite dar sentido a esos conocimientos que aún están por adquirir, junto con los anteriores.
Se tiende a pensar que se trata de un sistema únicamente aplicable a la asignatura de Matemáticas, pero nada más lejos de la realidad. El docente puede idear problemas ajustándolos a la materia impartida y al nivel particular de sus alumnos. Tanto en las ciencias sociales como en las experimentales, el planteamiento de problemas ha servido para poder buscar una solución al mismo y continuar avanzando en el desarrollo del conocimiento, ¿por qué no funcionar igual en las clases?
¿En qué consiste el aprendizaje basado en problemas?
El objetivo del aprendizaje basado en problemas (PBL) es que el alumno descubra qué necesita aprender para resolver un determinado problema que se propone. Para ello deberán comprender e integrar los contenidos que efectivamente plantea el problema. El profesor no les explica cómo resolverlo, sino que los acompaña mientras ellos descubren qué conocimientos necesitan para aprenderlo. De esta forma, por una parte el alumno descubre que los problemas son reales, que son situaciones cotidianas que requieren conocimientos concretos; mientras que se fomenta el trabajo en equipo, ya que el escuchar las propuestas del otro constituye un elemento fundamental de este método.
¿Qué diferencias presenta con el método tradicional de aprendizaje?
Es interesante observar en qué se diferencian estos dos métodos de aprendizaje para comprender realmente el alcance de sus ventajas. Te las presentamos a continuación:
- Tradicionalmente, es el docente el que dice a los alumnos qué deben estudiar, y de forma habitual, también el cómo hacerlo. Con el PBL, el profesor únicamente motiva a los estudiantes a que descubran la solución a las cuestiones que se plantean. En ocasiones, para los estudiantes el enigma será confuso y difícil, y se darán cuenta de que necesitan buscar más información para poder resolverlo. Los alumnos deberán identificar, por una parte, lo que saben, y por otra, lo que necesitan saber. De esta forma, los conocimientos son adquiridos de forma más activa, con implicación directa de los estudiantes, lo que garantizará un aprendizaje más efectivo de los mismos.
- Al contrario que en el método tradicional, la responsabilidad del aprendizaje recae en los alumnos, no en el profesor, quien se convierte en un guía que les acompaña.
- Mientras que en el aprendizaje tradicional el proceso es generalmente individual, ya que el estudian y trabajan solos; con el PBL se fomenta el trabajo en equipo y los alumnos aprenden a desenvolverse en diferentes contextos. Lo ideal es que los estudiantes lleguen a la solución compartiendo conocimientos e ideas. El ambiente tiene que ser colaborativo y la participación debe convertirse en un pilar fundamental de este método.
- Con el PBL se enriquece la relación profesor-alumno, ya que la transmisión del contenido académico no es unidireccional, como pasa en el método tradicional
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