Ideas para enriquecer el tiempo libre

POR ALFREDO DILLON

Durante las vacaciones, la promoción de la lectura, las salidas culturales en familia y los deportes al aire libre son solo algunas de las opciones que recomiendan los especialistas para "robarles" horas a las pantallas.

Las vacaciones son un período de descanso y diversión, pero también una oportunidad para promover el desarrollo intelectual, físico y emocional de los chicos. ¿Qué deben tener en cuenta los padres para ofrecerles a sus hijos entornos de aprendizaje en estos meses de verano?

El psicólogo Jesús Alonso Tapia, autor del libroMotivar en la escuela, motivar en la familia, sostiene que el desafío en casa es generar oportunidades de aprendizaje en las actividades diarias. “Lo que los niños aprenden depende del entorno que crean los adultos: algunas claves pueden ser disponer de cuentos, ir al zoológico, poder jugar con otros chicos, con los adultos o solos”, afirma. Pero Alonso Tapia añade que no alcanza con proponer una lectura o una salida “cultural”: también hay que dar el ejemplo. “Una gran parte de lo que aprendemos, lo aprendemos por imitación. Por esta razón, por ejemplo, no se puede pretender ejercer una influencia favorable en el interés de los hijos por la lectura, para que lean en vez de ver la televisión, si los padres hacen lo contrario”, sostiene.

En otras palabras, si el objetivo es que los chicos apaguen la tele, los adultos tendrán que empezar por apagarla ellos. Y si la meta es que lean al menos un libro durante el verano... ¿qué mejor que compartir esa lectura con ellos?

Daniel Stelluto, director de Inglés en el colegio Master College de Belgrano, plantea que estos aprendizajes informales pueden servir muchas veces para reforzar los contenidos que los estudiantes incorporaron durante el año escolar. “Una vez que los chicos comienzan sus vacaciones, la tendencia es tomar una suerte de distancia con todo lo referente a la escuela. Si bien la constancia en el estudio es crucial, los descansos largos a veces borran hasta los esfuerzos más intensos”, advierte. Y añade que los docentes deberían sugerir a los alumnos y a los padres actividades para que no se “desconecten” por completo del aprendizaje.

Salidas culturales en familia

Para evitar esa desconexión, Daniel propone algunas ideas concretas:

*Ver películas, fuera o dentro de casa, con o sin subtítulos.

*Aprovechar las opciones que ofrece Internet: juegos educativos,cursos online, salas de chat, mirar y escuchar videos en Youtube para optimizar la pronunciación.

*Hacer crucigramas o sopas de letras para mejorar el vocabulario y la ortografía.

*Escuchar música en otro idioma, bajarse las letras y leerlas mientras suena la canción.

*Ir al teatro, conciertos, ver series de televisión subtituladas, elegir algún buen libro para leer.

De esta manera, una salida familiar al cine o al teatro puede volverse una experiencia de enriquecimiento tanto para los chicos como para los adultos.

También los museos son espacios dignos de ser aprovechados durante el verano. Muchos de ellos cuentan con equipos educativos que preparan una programación específica para las vacaciones. Allí el aprendizaje se basa en juegos y actividades que estimulan las emociones y los sentidos: los chicos aprenden a partir de la experiencia y la curiosidad.

Una oportunidad para leer

Patricia Muiños, maestra de Inglés en la primaria del colegio Newlands de Adrogué, sugiere aprovechar el verano para apostar por la lectura. “Los libros les abren a los chicos un mundo nuevo. Muchas veces ellos no leen sencillamente porque no descubrieron que les gusta leer, tal vez porque tienen la lectura asociada con el colegio, como si fuera una carga”, explica. Para Patricia, las vacaciones son el momento ideal para que los chicos “se descubran a sí mismos como lectores, se den cuenta de que leer es un placer”.

Para lograr ese descubrimiento, lo mejor parece ser dejar que los chicos elijan qué es lo que quieren leer, sin despreciar ninguna opción: desde novelas hasta revistas, historietas o cuentos. Nunca se sabe qué chico esconde dentro de sí a un lector voraz... Y ni siquiera es necesario gastar mucha plata: si no fuera posible comprar libros, en casi todos los barrios hay bibliotecas que prestan tanto títulos clásicos como contemporáneos. El desafío es ayudar a cada chico a encontrarun libro que le guste.

Patricia añade que desde la escuela se puede dar una mano: “Al terminar el año, siempre sugerimos libros para leer en el verano”. La docente recomienda entregar el último día de clase una lista de opciones de lectura, y hasta propone un título para esa lista: “Tips para un día de lluvia”.

Al aire libre

Así como coincidieron en resaltar el valor de la lectura, los docentes consultados también subrayaron la importancia de las actividades al aire libre, los deportes de grupo y las oportunidades de estar encontacto con la naturaleza.

El psicólogo deportivo Román Barrós explica: “El deporte te prepara para la vida: enseña a comunicarse, a respetar reglas, a acordar con otro, a tolerar la frustración; a afrontar ni más ni menos que lo que te puede tocar en un trabajo o en cualquier otro lado”. De esta manera, la actividad física forma parte de una educación integral, que contempla el aprendizaje de valores, el cuidado del cuerpo y el trabajo en equipo.

Esto quiere decir que el juego y la recreación no se oponen al aprendizaje, sino que son también instancias educativas, que contribuyen al desarrollo físico, cognitivo, social y emocional de los chicos. Al igual que al elegir un libro, las fuentes destacan que lo más importante es que los chicos puedan disfrutar del juego. La premisa es que cuando se practica por placer, el deporte es más enriquecedor.

Es que de eso se trata, ni más ni menos: de pensar en nuevas maneras de enriquecer el tiempo de los chicos, ahora que tienen todavía un mes libre por delante. Mariana Vázquez, maestra de primaria y profesora de Arte, sintetiza: “Los chicos necesitan apoyo y estímulo, también en vacaciones. Como padres y primeros educadores debemosorientar el ocio de nuestros hijos con propuestas variadas y atractivas que puedan favorecer el disfrute adecuado del tiempo, estimular la imaginación y la fantasía, potenciar actividades manuales y físicas y favorecer la capacidad de creación”.

La cuestión, concluye, es brindarles “propuestas de juego, acercamiento a la cultura y diversión inteligente que ayuden a adquirir conocimientos valiosos, con las que desarrollen sus capacidades y eviten las temibles horas muertas frente a la tele o la PC”.

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