17/01/2014 MÁS SEGURO
Usan en un trasplante tecnología que reduce el riesgo de rechazo
Clinimacs, un aparato de última generación único en el país, filtra de la sangre del donante los linfocitos T, células que cumplen una función clave en la compatibilidad. Fue usado con un bebé de 20 meses.
Un niño bebé de 20 meses fue sometido a un trasplante de médula ósea en el hospital Sor María Ludovica de La Plata y para evitar el rechazo del procedimiento, en el que su madre fue la donante, se usó un aparato que filtra en la sangre del donante los linfocitos T, células que cumplen una función clave en la compatibilidad.
El trasplante realizado el 19 de diciembre estuvo a cargo de especialistas del hospital Sor María Ludovica de la Plata y del hospital Juan Garrahan que estrenaron un aparato de última generación denominado Clinimacs, único en el país.
El bebé trasplantado, Kilian Valdemarin, nació en Rosario y a los seis meses le diagnosticaron ’inmunodeficiencia combinada severa’, una patología genética que priva al organismo de defensas y por eso los llaman ’chicos de la burbuja’, ya que deben vivir aislados pues pueden enfermar y morir rápidamente por cualquier infección.
Fiama y Sebastián, los papás de Kilian, estuvieron mucho tiempo en estado de shock: a los 3 meses de nacer, el bebé comenzó a bajar de peso y a llorar sin parar, día y noche. Nadie sabía decirles qué tenía.
El año pasado, entre enero y abril estuvieron junto al nene internado en el hospital rosarino Víctor Vilela, donde tras decenas de estudios le diagnosticaron deficiencia combinada severa y les dijeron que no había esperanza.
Sin empleo y sin saber qué hacer, la joven pareja se resignó a estar cerca de su bebé todo el tiempo que fuera posible.
Hace cuatro meses se instalaron en La Plata, donde Fiama, de 16 años, se alojó con Kilian en el Ludovica, mientras que Sebastián consiguió un trabajo y podía pagarse una pensión, a la espera de un trasplante.
’Normalmente se apela a un hermano como donante, porque suelen ser compatibles, pero en este caso el chiquito es hijo único’, explicó el presidente del Cucaiba, Adrián Tarditti.
’El caso requería de una actuación urgente’, explicaron los médicos, por lo que descartada esa opción, en la que la posibilidad de compatibilidad es del 25%, debían recurrir al banco internacional de médula ósea, donde la posibilidad de encontrar un donante compatible asciende al 60%. Pero no había tiempo para eso. ’Acá es donde entra en juego el trasplante haploidéntico’ (entre padres e hijos), que tienen un 50% de compatibilidad genética y también el riesgo de que no ’prenda’ por diferencias entre las células de la madre y el hijo, señalaron los expertos.
El procedimiento utilizado para minimizar ese riesgo, que se realizó en el Garrahan, se llama hemoféresis y consiste en la extracción de las células madres que circulan en el torrente sanguíneo del donante. Utilizando por primera vez el Clinimacs separaron los linfocitos T, las células que podían generar el rechazo de injerto, es decir que la médula ósea trasplantada atacara al organismo del bebé.
Esa es ’la única forma que existe de realizar un trasplante haploidéntico, acá y en el resto del mundo’, señalaron en el Garrahan, que utilizó en el trasplante la mitad de las células madres obtenidas.
Kilian está ahora en recuperación, internado en el Ludovica, y la mitad de la muestra de células madre fue guardada por si sufre una recaída, aunque los médicos aseguran que ’la médula ósea prendió perfectamente en el organismo del bebé y que, hasta el momento, su evolución es buena’.
Sebastián dice que se desespera cuando los médicos le permiten ver a su bebé, que está en aislamiento, porque apenas puede tocarlo, cuidando mil y una medidas de seguridad. ’Quiere que lo agarre a upa, quiere jugar, imaginate, es un nene’, dice.
Pese a esa restricción, para Fiama y Sebastián son días de esperanza: la enfermedad retrasó el desarrollo y recién ahora, al año y nueve meses, su bebé empezó a decir mamá y papá y a dar los primeros pasos.http://www.diariodecuyo.com.ar/home/new_noticia.php?noticia_id=606700
El trasplante realizado el 19 de diciembre estuvo a cargo de especialistas del hospital Sor María Ludovica de la Plata y del hospital Juan Garrahan que estrenaron un aparato de última generación denominado Clinimacs, único en el país.
El bebé trasplantado, Kilian Valdemarin, nació en Rosario y a los seis meses le diagnosticaron ’inmunodeficiencia combinada severa’, una patología genética que priva al organismo de defensas y por eso los llaman ’chicos de la burbuja’, ya que deben vivir aislados pues pueden enfermar y morir rápidamente por cualquier infección.
Fiama y Sebastián, los papás de Kilian, estuvieron mucho tiempo en estado de shock: a los 3 meses de nacer, el bebé comenzó a bajar de peso y a llorar sin parar, día y noche. Nadie sabía decirles qué tenía.
El año pasado, entre enero y abril estuvieron junto al nene internado en el hospital rosarino Víctor Vilela, donde tras decenas de estudios le diagnosticaron deficiencia combinada severa y les dijeron que no había esperanza.
Sin empleo y sin saber qué hacer, la joven pareja se resignó a estar cerca de su bebé todo el tiempo que fuera posible.
Hace cuatro meses se instalaron en La Plata, donde Fiama, de 16 años, se alojó con Kilian en el Ludovica, mientras que Sebastián consiguió un trabajo y podía pagarse una pensión, a la espera de un trasplante.
’Normalmente se apela a un hermano como donante, porque suelen ser compatibles, pero en este caso el chiquito es hijo único’, explicó el presidente del Cucaiba, Adrián Tarditti.
’El caso requería de una actuación urgente’, explicaron los médicos, por lo que descartada esa opción, en la que la posibilidad de compatibilidad es del 25%, debían recurrir al banco internacional de médula ósea, donde la posibilidad de encontrar un donante compatible asciende al 60%. Pero no había tiempo para eso. ’Acá es donde entra en juego el trasplante haploidéntico’ (entre padres e hijos), que tienen un 50% de compatibilidad genética y también el riesgo de que no ’prenda’ por diferencias entre las células de la madre y el hijo, señalaron los expertos.
El procedimiento utilizado para minimizar ese riesgo, que se realizó en el Garrahan, se llama hemoféresis y consiste en la extracción de las células madres que circulan en el torrente sanguíneo del donante. Utilizando por primera vez el Clinimacs separaron los linfocitos T, las células que podían generar el rechazo de injerto, es decir que la médula ósea trasplantada atacara al organismo del bebé.
Esa es ’la única forma que existe de realizar un trasplante haploidéntico, acá y en el resto del mundo’, señalaron en el Garrahan, que utilizó en el trasplante la mitad de las células madres obtenidas.
Kilian está ahora en recuperación, internado en el Ludovica, y la mitad de la muestra de células madre fue guardada por si sufre una recaída, aunque los médicos aseguran que ’la médula ósea prendió perfectamente en el organismo del bebé y que, hasta el momento, su evolución es buena’.
Sebastián dice que se desespera cuando los médicos le permiten ver a su bebé, que está en aislamiento, porque apenas puede tocarlo, cuidando mil y una medidas de seguridad. ’Quiere que lo agarre a upa, quiere jugar, imaginate, es un nene’, dice.
Pese a esa restricción, para Fiama y Sebastián son días de esperanza: la enfermedad retrasó el desarrollo y recién ahora, al año y nueve meses, su bebé empezó a decir mamá y papá y a dar los primeros pasos.http://www.diariodecuyo.com.ar/home/new_noticia.php?noticia_id=606700
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