La reencarnación de Sarmiento
Investigación. “American Sarmiento” es una crónica híbrida de Hernán Iglesias Illa que actualiza las ideas del autor del “Facundo” y Estados Unidos.
El error fatal de la colonización española en la América del Sur, la llaga profunda que ha condenado a las generaciones actuales a la inmovilidad y al atraso, viene de la manera de distribuir las tierras”, sentenció Domingo Faustino Sarmiento enViaje a los Estados Unidos en 1847. Aunque ya en Facundo y en diversos artículos periodísticos había apuntado al problema de la propiedad (no grandes extensiones en pocas manos sino pequeñas parcelas para una multitud de propietarios-productores individuales) y la actividad económica de la tierra (no ganadería extensiva sino agricultura intensiva e industria), pocas dudas caben de que tras ese primer viaje a Estados Unidos, país al que regresó en 1865, las ideas de Sarmiento sobre el tipo de capitalismo que buscaba desarrollar en la naciente Argentina quedaron mejor establecidas. Quedó demostrado cuando, ya presidente de la República, en 1870 le escribió con fervor a José Posse: “Puedo asegurar que la revolución que nos hará norteamericanos, que destronará al estanciero que hace nacer al gaucho y a la montonera, no sólo está próxima sino realizada”. Lo decía entusiasmado porque, dos años antes, había visto realizado su proyecto en la región centro-oeste de la provincia de Buenos Aires: “En toda la América del Sur la tierra ha sido librada al favor, sin mensura, sin linderos, sin cercos, único símbolo y sello de la propiedad. Chivilcoy tuvo una ley especial que la distribuyó en proporciones y formas regulares. De manera que en el mapa topográfico, un norteamericano reconocería en él su patria”. El pequeño experimento agrario sería la concreción de su sueño americano: “Chivilcoy es una muestra de lo que pueden las ideas”, resaltaba el voluntarista sanjuanino.
American Sarmiento de Hernán Iglesias Illa revisita al entonces joven adulto (en 1847 Sarmiento tenía 36 años) que experimentaba una epifanía pro-norteamericana. Lo revisita simultáneamente desde dos planos de producción de sentido para traerlo al presente: se propone hacer físicamente el mismo itinerario trazado por Sarmiento en su viaje por Estados Unidos mientras lee Viajes en relación con otros textos de Sarmiento y de otros autores que escribieron sobre el sanjuanino y su obra; una suerte de viaje por los viajes textuales de Sarmiento.
En las primeras páginas de American Sarmiento, el autor cuenta que, luego de diez años sin siquiera hojearlo, comenzó a leer por primera vez un voluminoso libro que recoge los textos de sus viajes a Europa, Africa y América, además de diversos artículos escritos por estudiosos de la vida y obra del sanjuanino. El azaroso encuentro con dicho volumen (lo redescubrió luego de que su mujer reordenara la biblioteca doméstica), lo decidió a redactar “un libro sobre las ciento y pico de páginas dedicadas al paso de Sarmiento por Estados Unidos”.
Periodista como Sarmiento, Iglesias Illa se sirve del mismo dispositivo ampliamente utilizado por el sanjuanino: una cruza entre el ensayo como diagnóstico social y la crónica como género literario. La diferencia entre uno y otro libro yace en las condiciones de producción: Viajes fue trasuntado viajando (hasta entonces Sarmiento había escrito su visión de mundo rodeado de libros, no de viajeros), American Sarmiento fue producido entre la biblioteca y el viaje. Pero el estilo literario de ambos libros es el mismo: “[American Sarmiento] no es una novela ni un ensayo ni una crónica de viajes ni una crítica literaria ni una autobiografía. O es todo lo anterior al mismo tiempo”. Sobre esta identificación estilística (como género de la literatura), Iglesias Illa volverá una y otra vez. Y así como Sarmiento se valía de la literatura para debatir sobre las tácticas y estrategias encaminadas a construir una nación (el ensayo como diagnóstico social o, parafraseando a David Viñas, la literatura como realidad política), Iglesias Illa exclama: “Cómo voy a perder el tiempo con la literatura si hay tanto que hacer con la política. No me va a quedar otra que politizar mi investigación y apuntarla contra mi presente. Contra Kirchner. Kirchner es mi Rosas”.
La escritura work in progress del “sarmientino en ascenso” (así se autodefine Iglesias Illa) no se limita a comentar la realidad (literaria y política) del autor del Facundo: “Me gustaría que mi investigación se pareciera a la relación de un compositor con su intérprete: Sarmiento escribió la partitura, que es la sección norteamericana de Viajes , y yo voy a tratar de cantarla, fraseando por encima o por debajo de ella, respetando la letra pero haciéndola mía, poniéndole emoción e ironía donde crea que hagan falta, reescribirla como si hablara de mí mismo”.
Dicha interpretación es un emotivo homenaje al liberal que quiso plasmar un país bien diferente del actual y cuyo derrotero lo llevó, ya derrotado y acostumbrado al exilio, a hacer un último viaje final al Paraguay.
http://www.revistaenie.clarin.com/literatura/resenas/American-Sarmiento-Hernan-Iglesias-Illa_0_1064293585.html
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