GEOGRAFÍA URBANA
Los cinco lugares inmortales
Hay sitios sanjuaninos que permanecen intactos por décadas, incluso por un siglo. Por allí no pasó la modernidad, ni el progreso, ni el devenir. Por Ernestina Muñoz.
JUEVES, 30 DE ENERO DE 2014
Calle San Sebastián, en Marquesado
Ernestina Muñoz
Canal 13 San Juan
Canal 13 San Juan
En Villa del Carril, Marquesado, Alto de Sierra; perviven casas preterremoto y partes de barrios enteros que no vieron modificaciones. Por diversas razones, como la seguridad o la falta de servicios, el sector inmobiliario no miró con interés de desarrollo esos sectores.
Estos son los cinco lugares por los que no pasó el tiempo.
1 – Calle San Sebastián, en Marquesado
Frente a la parroquia de Marquesado, a una cuadra de Avenida Libertador, se levanta una casa centenaria de tapiales. En la humilde vereda apisonada yacía “tomando el fresco” una de las propietarias, en su silla de totora. Más que el “Far West”, el lugar parecía estar lejos en la historia. A una cuadra del Club Marquesado, esa vivienda la construyeron los suegros de la mujer, que fallecieron hace 30 años. En el interior, los muebles y retratos también dan cuenta de un pasado romántico y mejor.
2 – Calle Santiago del Estero, Trinidad
Las cinco casas que ocupan el codo de la diagonal “Periodistas Argentinos” le hacen homenaje a la canción “Calle Angosta”, inspirada en un Villa Mercedes, San Luis. Una vereda sola, chocos ladrando y la ausencia de timbres que obliga a golpear puertas.
Las humildes rejas, el frente de adobe, el dintel de gruesa madera, los frentes planos que caen directo a la tierra apisonada que sirve de veredín. La mayoría de esos caserones están desocupados. Pertenecían a familias que se instalaron detrás de la fábrica de fideos Coronita de Oro, adyacente a la zona. Trabajaban allí o en la bodega cercana. Nada tiene que ver con el paisaje de unas cuadras más adelante. Casi sobre Alem el despliegue inmobiliario ha sido más notorio. Se erigen edificios de departamentos a estrenar de una o dos habitaciones cuyo principal atractivo es estar cerca del centro. En plena Trinidad, Capital, contrastan dos eras en lo arquitectónico y parece no tener sentido.
3 – Alberdi y Roca, Concepción
También en Capital, pero hacia el Norte, hay un conjunto de casas que forman una “viborita” por donde no pasa nada ni nadie. Tanto es así que el paso de la cámara de Tiempo de San Juan alteró a los vecinos que salieron a “corrernos”. Es la “Rioja Chica”, en Concepción. Ese espacio en el que caóticamente confluyen las calles Paraguay, General Roca, Alberdi y Sarmiento es un rompecabezas que desanima el tránsito. Las casas se levantan, la mayoría con construcciones mixtas de adobe y block. Los grandes árboles añosos le suman aire tétrico a la zona. Hay pintados a mano carteles publicitarios sobre una de las viviendas que funciona como quiosco.
4 – Laspiur y Hugo Wast, Alto de Sierra
En la Villa Don Arturo conviven casas modernas con otras como la de este cruce. Los escombros, los eucaliptos gigantes, la fachadas planas rememoran la época anterior al terremoto. Entre esas casas está la de una docente que prepara alumnos en inglés.
5 – Reconquista y Belgrano, Rivadavia
En la Villa Wilkinson el único atisbo de modernidad es el arribo de pianitos a la calle. En esa esquina hay una casona que fue blanqueada con una capa de cal. La reutilizó una organización religiosa que le ha dado nueva vida a la zona, bastante oscura y pedestre.
Cerca del mítico “caserón”, histórico “aguantadero” rivadaviense recientemente erradicado, la casa no sumó mucha vecindad salvo la tradicional.
Estos son los cinco lugares por los que no pasó el tiempo.
1 – Calle San Sebastián, en Marquesado
Frente a la parroquia de Marquesado, a una cuadra de Avenida Libertador, se levanta una casa centenaria de tapiales. En la humilde vereda apisonada yacía “tomando el fresco” una de las propietarias, en su silla de totora. Más que el “Far West”, el lugar parecía estar lejos en la historia. A una cuadra del Club Marquesado, esa vivienda la construyeron los suegros de la mujer, que fallecieron hace 30 años. En el interior, los muebles y retratos también dan cuenta de un pasado romántico y mejor.
2 – Calle Santiago del Estero, Trinidad
Las cinco casas que ocupan el codo de la diagonal “Periodistas Argentinos” le hacen homenaje a la canción “Calle Angosta”, inspirada en un Villa Mercedes, San Luis. Una vereda sola, chocos ladrando y la ausencia de timbres que obliga a golpear puertas.
Las humildes rejas, el frente de adobe, el dintel de gruesa madera, los frentes planos que caen directo a la tierra apisonada que sirve de veredín. La mayoría de esos caserones están desocupados. Pertenecían a familias que se instalaron detrás de la fábrica de fideos Coronita de Oro, adyacente a la zona. Trabajaban allí o en la bodega cercana. Nada tiene que ver con el paisaje de unas cuadras más adelante. Casi sobre Alem el despliegue inmobiliario ha sido más notorio. Se erigen edificios de departamentos a estrenar de una o dos habitaciones cuyo principal atractivo es estar cerca del centro. En plena Trinidad, Capital, contrastan dos eras en lo arquitectónico y parece no tener sentido.
3 – Alberdi y Roca, Concepción
También en Capital, pero hacia el Norte, hay un conjunto de casas que forman una “viborita” por donde no pasa nada ni nadie. Tanto es así que el paso de la cámara de Tiempo de San Juan alteró a los vecinos que salieron a “corrernos”. Es la “Rioja Chica”, en Concepción. Ese espacio en el que caóticamente confluyen las calles Paraguay, General Roca, Alberdi y Sarmiento es un rompecabezas que desanima el tránsito. Las casas se levantan, la mayoría con construcciones mixtas de adobe y block. Los grandes árboles añosos le suman aire tétrico a la zona. Hay pintados a mano carteles publicitarios sobre una de las viviendas que funciona como quiosco.
4 – Laspiur y Hugo Wast, Alto de Sierra
En la Villa Don Arturo conviven casas modernas con otras como la de este cruce. Los escombros, los eucaliptos gigantes, la fachadas planas rememoran la época anterior al terremoto. Entre esas casas está la de una docente que prepara alumnos en inglés.
5 – Reconquista y Belgrano, Rivadavia
En la Villa Wilkinson el único atisbo de modernidad es el arribo de pianitos a la calle. En esa esquina hay una casona que fue blanqueada con una capa de cal. La reutilizó una organización religiosa que le ha dado nueva vida a la zona, bastante oscura y pedestre.
Cerca del mítico “caserón”, histórico “aguantadero” rivadaviense recientemente erradicado, la casa no sumó mucha vecindad salvo la tradicional.
http://www.tiempodesanjuan.com/notas/2014/1/30/cinco-lugares-inmortales-49736.asp
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